Sherly La Adolecente Muy Sexy (CUENTO)

Sherly era una adolecente apetitosa, a quien la vida junto con Francis les había pasado a jugar a ambos una mala pasada, por no haberse cuidado y por su falta de madurez, todo ello tras aquellos 6 meses de relaciones sexuales muy vividas e intensas.

-Ven a mi Sherly, -¿Qué me vas a hacer?, preguntaba ella la adolecente muy sexy, un tanto asustada por estar encerrada en aquel departamento de soltero, a solas con Francis.

-Te voy a hacer mujer, -¿Me harás el amor?, preguntaba Sherly a aquel hombre fisicamente maduro, pero a la vez psicologicamente inmaduro, inmaduro e irresponsable de sus actos, puesto que se metía con una adolecente.

-Claro que si, te haré mía, apuntaba aquel calenturiento macho, de 30 años de edad, y quien ya deseaba hacer suya a Sherly, la adolecente muy sexy. Después de aquella cita en aquel lugar acogedor, mas poco amplio, pero al mismo tiempo limpio y poseído, por un buen aroma, que incitaba a portarse mal, Sherly la adolecente muy sexy quedaba embarazada.

Ella era una adolecente de tan solo 14 años de edad, que le pasara a regalar de instante a instante, su cuerpo exquisito, delicioso y perfumado por una fragancia tan natural, que lograba encender y prender sobre manera a Francis, quien no se podía refrenar ante todo esto.

Francis había quedado para su sorpresa prendidamente enamorado de aquella niña de figura frágil, pero muy apetitosa, para todo aquel que pensara en los placeres de la carne, pues Sherly era una adolecente con cuerpo de mujer, que le hiciera vivir intensamente su vida sexual a Francis.

Francis era un agente de seguridad privada, que laboraba en el antro para tardeadas, de adolecentes, al cual acudía Sherly la adolecente de figura muy apetitosa, de manera regular, y lugar a donde se habían pasado a conocer.

-Estoy embarazada, -No te preocupes que te cumpliré como un hombre responsable, -Pero yo no quiero tenerlo, piensa en mis padres Francis, -Yo me casaré contigo Sherly. Esto le comentaba Francis a ella, queriéndose ver muy maduro y responable, cuando que la realidad era otra. Sherly solo acertaba a hacerle ver que no lo amaba, -Yo no te amo Francis.

Francis rentaba aquel departamento de manera compartida, con los otros 7 agentes de seguridad privada que laboraban en el antro de perdición.

Ese departamento era el refugio para combatir el cansancio, y así mismo para el agotamiento, por el trabajo realizado en las tardeadas para adolecentes, y depravaciones para jóvenes de unos 20 años de edad en adelante, e igualmente para adultos infieles, esto, por las noches y por las madrugadas también, en aquel antro de mala muerte.

Sherly al saberse embarazada y angustiada, le preguntaba a Francis en caso de decidirse a tener al bebe, -¿A donde me piensas llevar a vivir Francis?,-Ya veremos, -¿Qué aquí no es tuyo?, solo eres un carita, pero careces de estudios y de un buen trabajo. De esto último Sherly si ya era consciente, pues pertenecía a un estrato social, más alto, pero más alto que al que pertenecía Francis, por ello se lo reprochaba Sherly, puesto que Francis era un irresponsable, no obstante de que estaba enamorado de ella.

Por otro lado se habían conocido durante el solsticio de invierno, llegando de esta forma a ese departamento, cómodo y confortable, en un día sábado por la noche, habiéndose evadido Francis de su trabajo y de sus responsabilidades, solo por la calentura de pasarla bien en aquel departamento con Sherly, la adolecente muy sexy, pues cuando alguno de los agentes de seguridad privada del antro, tenía movida los otros 7 se borraban del mapa, para darle libertad de acción al que tenía la jugada con alguna chica.

Francis mantenía limpias las sabanas cada que llevaba a Sherly por el apacible departamento de soltero, departamento cuyo pórtico de madera era poco alumbrado, bueno solo lo suficiente, para que se medio viera a la vista, de las visitas, el número del mismo.

Francis lavaba con suavizante para ropa, su ropa en general, pero también enjuagaba con este a sus cobertores de la cama, sus edredones, cubiertas para almohadas, así como a las sabanas, ello cada que ya había descansado de las faenas y labores que realizaba en el antro de perdición, enjuagando con suavizante también a sus pijamas, así como a sus tangas sensuales que solo utilizaba cada vez que llevaba a Sherly a aquel lugar de calentura y perdición, que les hiciera perder el rumbo de sus vidas a ambos, por medio de una mala pasada, siendo que al final los haría quedar peleados y distanciados, esto último por parte de los padres de Sherly, que al enterarse de todo encarcelaran a Francis, por el cargo de perversión a menores.

ENSEÑANZA : no juegues al sexo con menores de edad, que muy posiblemente no conocen a ciencia cierta lo que hacen, ni a que se están arriesgando, y tú pudieras arrepentirte por el resto de tu vida, pues si tu te enamoras de una adolecente, siendo tu un adulto ya de 30 años de edad, pudieras quedar atrapado en ese amor, mientras que para ella solo seras un amor pasajero, puesto que su vida apenas comienza, y por tanto conocerá a más gente, volviéndose
a enamorar y olvidándose de ti para siempre.

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Un comentario sobre “Sherly La Adolecente Muy Sexy (CUENTO)”

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