ABUELA QUERIDA

Petra.

Caramba abuela que predicamento! Cómo te escribo ahora que no estás. Parece ilógico pero creía que eras inmortal. Ojala pudieras contarme de tus pasos por el cielo y de cómo fue tu encuentro con el abuelo. Dime si me equivoco, pero cierto que existe un paraíso específico para cada uno de nosotros? Seguramente el tuyo es un gran jardín con muchas flores, te veo regando las matas y haciendo jalea de bocadillo para todos tus nietos. Sé que todos nos preguntamos por qué te fuiste ¿Estabas cansada cierto? Pero siento en mi corazón que tito te extrañaba mucho y te necesitaba, por eso pienso y pienso y estoy seguro de que es la razón principal de tu viaje como buena abuela viajera.

A decir verdad estos últimos años no te visité tanto como siempre lo hice cuando niño. Recuerdas cuando llegaban las vacaciones y mi mamá nos llevaba junto con mis hermanas a pasar los mejores días del mundo en esa finca que en pocos días convertíamos en un gran parque  junto con tus demás nietos. La verdad petra nunca podre borrar el sabor de tu comida y de la jalea de bocadillo que preparabas. Me enseñaste a mojar el pan en café con leche, por eso desde hoy le pediré a  nuestro Dios que me permita algún día ser parte de tu nuevo universo, el lugar donde te refugiaste de este extraño mundo.

Tu casa era mi refugio en vacaciones, allí aprendí siendo un simple niño a reconciliarme con la vida, pues a pesar de vivir una experiencia dura, aprendí que como seres humanos nos reconciliamos con el mundo pase lo que pase.

Te agradezco con mi vida entera el haberme regalado una madre como pocas, Buena, y me premiaste con Carmen, mi tía especial, al igual gracias por todos mis tíos, personas geniales por sus virtudes y defectos.

Durante este tiempo antes de tu partida entendí el cariño y el respeto que sentían todos tus familiares, debo escribir que sienten, tus hijos, nietos y la familia de todos por tu persona. A todos los recibiste en tu casa y les tendiste la mano. Mi padre también compartió en tu casa y siempre fue un hijo más al que siempre quisiste y le dabas lo mejor, sabes este viejo que hoy me acompaña a despedirte te ama aunque no lo sepa decir, pero tranquila abuelita yo lo conozco y sé que por dentro recuerda cada momento vivido contigo.

Desde el día que empeoro tu salud he tratado de no llorarte y no pensar en el hueco que siento en el alma. Entonces, cuando la tristeza me quiere embargar te imagino diciendo “dejen las FARTERARES y me sacas una sonrisa de nuevo”.

Descansa en paz y salúdame al señor del sombrero de lado, es el deseo de tu nieto el hijo de Buena.

Otra cosa, cuando me toque el momento de visitarte por aquellos lares me tienes listo el “café con leche” que yo llevare el pan.

Te amo con todo mi corazón y nunca absolutamente nunca te voy a olvidar.

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