HORROR SIN RÓTULO(1)

HORROR SIN RÓTULO

Acababa de despertar, la poca luz que emanaba el cielo nublado me cegaba, estaba pegando junto a la puerta de vidrio corrediza que daba a mi balcón, mis piernas no me ayudaban, y pararme resulto ser una tarea titánica, con los brazos pensé, pero tenía un corte en la palma.

Después de varios minutos de fracasar intentando levantarme, lo logre, camine varios pasos hasta llegar a la frontera de mi apartamento que estaba en el piso 46 de la torre Bloom, cercado con materiales de la más alta calidad, el suelo estaba lleno de colillas de cigarro, esos Marlboro de los que era muy fan, y botellas de licor vacías, la garganta me pesaba como si hubiera ido un fin de semana a uno de esos festivales de la música que me gustaba.

Sentía frio, y era un jueves o domingo de una mañana de verano, las nubes volvían el cielo lúgubre, y la cabeza me palpitaba como un motor en combustión a punto de explotar.

Pasaron los minutos y escuché una voz gruesa como de un veterano de guerra, el sonido salía por detrás de mí, volteé con la poca fuerza que me quedaba, y lo vi ahí, un hombre alto, de tez medio oscura, bastante musculado.

– ¿Cómo despertaste André? –pregunto

Yo sin poder creer que hacía en mi casa y sin conocerlo

-Hecho mierda- respondí, y a su vez pregunté ¿Quién eres?

-Solo soy tu vasallo, dijo firmemente

Bastante confundido, pensé en que nadie me había hablado con un término tan rebuscado en meses, o eso creía.

– ¿Vasallo?  – a que te refieres explícate, le exhorte

-Eso no importa, simplemente dime que haremos con la chica

Al momento me entro un pánico que no cesaba, daba vueltas en mi cabeza que chica podría ser, capaz conocí alguien ayer, todo parecía tener sentido, las colillas, las botellas, tuve sexo con alguien, concluí.

-Que chica? – pregunte

Un poco ofuscado se acercó a mí y me movió la cabeza con tal fuerza que estaba a punto de desmayarme.

Carajo André, que demonios hacemos con la chica, si pasan más horas pronto el olor será nauseabundo. -dijo

Me caí, y él me ayudo a levantarme. Mientras me reponía empecé a indagar en sus palabras, ¿olor nauseabundo? ¿chica? ¿de qué mierda hablaba?, maldita sea no recuerdo nada desde mi nombramiento.

– ¿Me puedes decir a que te refieres con todo esto?  – pregunte con miedo y amargura

-Ve a tu sala y ve por ti mismo nuestra obra de arte- respondió

Con la poca fuerza que me quedaba camine, esquivando todo el lago de desperdicios en el que estaba.

Llegué a la sala y la escena parecía sacada de una película de Tarantino, estaba tan aterrorizado que me desvanecí, pero aún estaba consiente, caí, me levante y vomite.

Al levantar la mirada, estaba ahí ella atada con las manos levantadas, parecía la crucifixión, arrodillada su cabeza tenía la mirada en el suelo y las puntas de su larga cabellera rubia estaban tan rojas como la carne recién cortada, estaba rodeada de un charco de sangre.

De su interior broto un carroñero, que no tenía idea de donde había llegado, estaba comiendo sus entrañas.

Había sido desollada, pero el cuero cabelludo estaba intacto.

 

 

 

 

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