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solo soy una chica apasionada por la literatura y el arte en sí. toco el violoncello, escribo, leo, y estudio. al ser menor de edad no puedo tener un título como escritora, pero eso no impedirá que escriba.

El Secreto No Tan Secreto De Noah

Capítulo cuatro

25 de abril, 2010.

Ya habíamos empezado con el rodaje, todo era tal y como lo imaginé, realmente estas personas son increíbles, hasta ahora Daryl es el más cerrado. Realmente no lo odio ni me fastidia—bueno, solo un poquito—solo me molesta su actitud de chico malo. En estos tres días, ya había hecho buenos amigos, alguno que otro creativo para estupideces, otro muy inteligente, intelectual, amigable, extrovertido …cada uno muy distinto pero genial.

Ha sido  un día cansado, me levante a las cinco—aunque esté acostumbrado a ello—me costó un poco porque tenía tiempo que no hacía esto, desde esa hora estuve trabajando ¿qué hora es…? Son las siete de la noche, entre mis horas de almuerzo y libres, Holly ha estado con antojos y Elliot y yo hemos salido a buscar esos antojos—los cuales eran demasiados—y en ciertas ocasiones hemos tenido que correr, ¿por qué? Yo les explico, aquí mi Sr. Amigo Elliot y yo somos  amigos estúpidos, hacíamos carreras en los pasillos de los supermercados, es cansado, tienes que evitar los obstáculos—personas totalmente lentas—y llegar hasta lo deseado.

En dos ocasiones provocamos un derrame…salimos corriendo, pero Elliot como buen hombre que es, levantó el frasco y lo llevó a caja para pagarlo, así es señores…él hombre es generoso.

Después de eso, tuve que  presentarle mis amigos a Halle, lo cual no me molesta, pero fue un poco cansado mi día y lo único que quería era dormir.Realmente fue muy bueno, mamá estuvo aquí y se llevó muy bien con mis amigos, ella se fue un poco más temprano  —demasiado —supongo porque se tuvo que haber incomodado, no lo sé. Mañana la iré a visitar y le preguntaré.

Y ahora, estando  aquí, acostado a un lado de Halle, conversando  y riendo como los viejos tiempos, puedo sentir como la normalidad se dispersa entre nosotros, pero puedo sentir algo. Algo bueno entre nosotros, no sé lo que es, tampoco me interesa, pero siento algo más que normalidad.

Ella me habla acerca de su universidad, sus festividades y como le está yendo muy bien,  puedo ver a través de sus ojos azules lo emocionada y feliz que se siente.

—Noah, quiero que vengas a mi graduación—deja de mirar al techo para mirarme a los ojos—eres muy importante para mí, creo que ya he tenido suficiente teniéndote lejos de mí durante cinco años, es hora de volver a los viejos tiempos. Te quiero conmigo de ahora en adelante.

—claro que iré,  no es algo que este a discusión, además ¿quién podría decirle no a la Halle y sus bellos ojos azules?—le sonrió socarronamente mientras observo como sus mejillas se ponen carmesí.

carraspea su garganta a modo de nerviosismo y me mira

—bien, eh…también quiero que me ayudes con las cosas de la boda, a elegir mi vestido, los postres, la reservación…tú sabes, cosas de bodas—aunque el tema me siente un poco incómodo, le demuestro mi sonrisa.

—no tengo problema alguno—le sonrío y fijo mi mirada en el techo.

—quiero también que me entregues al altar—me ordena, pero no lo tomo a mal, ella siempre lo hace para que yo responda…

—¿algo más su alteza?—le pregunto a modo de burla, ella me mira sería y luego se echa a reír.

—vaya…no has cambiado nada, tu personalidad sigue intacta, un poco más egocéntrico, pero sigues igual.

—¿y cómo no hacerlo?—pregunto con egocentrismo—si ahora estoy más bueno que antes

—¡Noah!—se ríe

27 de abril, 2010

Por primera vez desde hace cinco años, puedo sentir que comienzo a vivir mi vida normal, pero ahora con un trabajo fantástico y personas que me apoyan. Adam y Denny no han cambiado nada, siguen con su misma actitud graciosa y fría, una rara mezcla, pero los hace únicos.

—como me hubiese gustado estar presente en su boda—dije melancólico.

—tratamos de comunicarnos contigo, pero tu agente no nos quiso creer que somos tus amigos y supongo que jamás te dijo nada—habla Denny.

—es verdad, pero te podemos dar el video de nuestra boda—ofrece Adam.

—si, me encantaría. Como me hubiese gustado ser el padrino—me rio.

—hubiese sido bueno, y más cumpliendo nuestro sueño de ir a las Vegas juntos.

¿Vegas? ¿Juntos?  Sí, eso sería una buena idea, sería como una recompensa para ellos, pero se los daré como un regalo de aniversario. Sería lo más lógico.

—¿Noah?—Denny llama mi atención y Adam me mira preocupado.

—¿cuándo es su aniversario?—pregunto sin hacer caso a su pregunta.

Ambos se ven incómodos con la pregunta, Adam empalidece y a Denny parece que los ojos están a punto de salirse de su lugar.

—eh..—Denny se rasca la nuca—¿el cinco de junio?—mira a Adam con preocupación.

—ah…¿qué no era el nueve de mayo?—pregunta estando inseguro, yo ya me estoy confundiendo.

—si, creo que era en mayo—dice Denny.

—siempre celebramos aniversario  en distintas fechas—murmura Adam.

—okey chicos, veo que no recuerdan su fecha de aniversario. Así que la vamos a inventar. Dijeron que mayo, así que en mayo se hará una fiesta. Yo me encargaré de ello.

—Noah, no te preocupes, nosotros la podemos…—le corto a Adam

—no, nada de eso, puedo hacerlo, son mis amigos, se lo merecen, y aún más cuando no estuve presente en su boda. No quiero protestas, puedo y lo haré.

—eh…bueno, entonces gracias.

Minutos más tarde, ya nos encontrábamos hablando de temas  controvertidos, nos reíamos y hablábamos estupideces como lo solíamos hacer antes. Nuestra conversación se ve interrumpida por una llamada.

—discúlpenme chicos, tengo que atender—dije sacando mi teléfono del bolsillo de mi pantalón.

Me levanto de mi asiento y me alejo un poco, y con poco me refiero a fuera del local.

Sin ver el identificador, contesto.

  —¿hola?—contesto

—hey, emm…hola—habla una nerviosa Halle

—¿qué pasa?

—solo te llamaba para saber si ya mismo me puedes acompañar a comprar el vestido.

—claro, ¿a qué hora?

—después de almuerzo está bien.

—claro, ¿te parece si nos acompañas a comer en Charlie’s 1990—pregunto entusiasmado

—me encantaría, pero quedé  en cenar con Cameron.

—claro, no hay problema. Cualquier cosa estaré aquí ¿si?—mi voz suena fría y decepcionada

—okey—susurra antes de colgar

***

Habíamos estado aquí desde la mañana, todo el rato estuvimos conversando. Ahora nos encontrábamos comiendo una muy buena comida. Es decir, un buen spaguetti. Sin habernos dado cuenta, Halle estaba a un lado de nosotros, sus mejillas estaban rojas; un indicio de lo avergonzada que se siente.

—hola—saludó Adam, y Denny le sonríe de manera amable.

—hola, ¿qué haces aquí? ¿No se supone que deberías estar con Cameron?—pregunto tratando de ser sutil, pero mi tono de voz suena fría.

—él dijo que tenía cosas importantes que hacer, no tenía tiempo. Entonces, mande todo a la mierda y dije «me voy a comer con mis amigos» y aquí estoy…

—sabes que eres bienvenida con nosotros—le dice Denny. Todos sonreímos

Halle se sienta a lado mío, me sonríe como si estuviera pidiendo perdón.

—no me sonrías así, no pienso perdonarte, porque no hay nada que perdonar.

—gracias…

El mesero se acercó y tomó la orden de Halle, en poco tiempo le trajeron la orden y comenzó a comer junto a nosotros. Halle nos sonrío y comenzó una conversación, jamás hubo un silencio, ni por un momento. Se podían escuchar nuestras voces junto a los demás, pero entre nosotros nos entendíamos. Uno puede sentir cuando te están observando, y ese fue mi caso; Halle me observaba con mucha atención, su mentón recargado sobre la palma de su mano, mientras su codo estaba apoyado sobre la mesa.

Me volteo hacia ella para mirarla

—Noah, se nos va hacer tarde—dice ella en un susurro. Pestañea dos veces seguidas, podía ver ese pestañeo en cámara lenta y no notar lo cursi que estoy siendo en este momento.

—tranquila, no se me ha olvidado—miento descaradamente.

Hall y yo nos despedimos de Adam y Denny.

—yo iré en mi auto, ¿me sigues?—pregunta señalando su auto plateado.

—claro—sonrío

Cuando ya estoy dentro del auto, veo a Halle caminar hasta el suyo. Su manera de caminar, por alguna razón siempre había sido de una manera sensual. Sus caderas se movían, y por lo tanto su trasero se veía espléndido con ese simple movimiento.

Lo sé, soy un maldito morboso. Pero no puedo perderme los más simples placeres de la vida.

***

Más incomodo no me puedo sentir, esto de andar «comprobado» como le puede quedar a Halle el vestido de novia tiene sus ventajas y desventajas.

Ventajas, las madrinas de las novias son sumamente atractivas…al igual que las asesoras

Desventajas, las novias que creen que yo tengo la mentalidad de un cavernícola para andar como el «otro»

Algo que jamás he apoyado es la infidelidad, no me gustaría que me sean infiel ni yo ser el infiel.

Halle se está tardando demasiado, no creo que se haya ido a Narnia; pues este es en un armario y no en un vestidor.

—¡Halle! ¡Ya déjame verte!

Por un momento pensé que no saldría de ese vestidor, sin embargo, salió. La costurera corrió las cortinas del vestidor, mostrando el reflejo de Halle a través del espejo, con su vestido blanco, largo y muy pegado al cuerpo, un escote gigante en V que le llegaba hasta un poco más arriba del trasero. Su cabello estaba un poco desordenado, pero no se notaba ya que caía en cascada. Ella se da la vuelta con los ojos cerrados. Abre un ojo muy lentamente y luego el otro.

—emm…ah…ah…—tartamudeo, cierro mis ojos, me agarro el puente de mi nariz mientras niego con movimiento rápido mi cabeza.

—¿qué? ¡Oh dios! ¡Me veo horrible!—cubre su boca con una mano, mientras sus ojos reflejan terror.

¡Qué!

—¡qué! ¡No!—me sobresalto, me levanto y me acerco a ella—yo no quise decir eso…te ves hermosa, si hubiese una palabra mayor a esa, entonces la aplicaría.

Ella sonríe

—así me gusta, que sonrías—mi reacción cambia a una asquienta fingida—mejor no sonrías.

Su sonrisa se desvanece por una expresión de preocupación

—¿por qué?—pregunta

—tienes algo en el diente—finjo limpiar mi diente.

—¡en serio! ¡Oh dios qué vergüenza!—susurra mientras comienza dar vueltas mientras  intenta ocultar su rostro de los demás para que no le vean la «suciedad»

Mientras que ella está distraída dando vueltas y ocultando su rostro yo me estoy riendo de mí broma. Ella me mira.

—Noah, ¿ya salió?—pregunta mientras me enseña su dentadura, no creo aguantar la risa. Tengo que estar presionando mis labios entre sí para soportar.

—halle, pensé que era una suciedad, pero…es un hoyo

—¡qué! ¡Oh Dios mío! ¡Voy a estar sin diente en mi boda, me dirán Cindy!

—¿Cindy?—pregunto confuso

—¡Sin diente!

Mientras que Halle hace su berrinche y la gente nos mira, una de las costureras asustada se acerca a Halle.

—señorita ¿le puedo ayudar en algo?—pregunta y se acerca con cautela a Halle.

—¡no! ¡No me puede ayudar, tengo un hoyo en mi diente!—grita Halle

—¿me permite ver?—pregunta la costurera una vez más con cautela.

—está bien—susurra una halle si más remedio.

Guardo mis manos en mis bolsillos mientras camino hacia los demás vestidos e intentar esconderme.

—señorita, usted tiene sus dientes completos—dice la costurera. Yo la miro y ella se cruza de brazos frunciendo me el ceño.

Mis ojos se agrandan y se topan con los ojos achicados de halle, su ceño fruncido me demuestra que está muy molesta.

—Noah Miller…—habla con los dientes apretados.

—halle, déjame cruzar los vestidos y así poder llegar a Narnia ¿si?—intento sonreír sin sentirme amenazado

—de esta no te salvas Noah—cierra los ojos mientras respira profundamente. Sus fosas nasales parece que cobran vida

***

—Noah lo siento, lo siento mucho

—claro que no, tú no tienes el ojo morado y la nariz goteando sangre—murmuro con mi cabeza un poco echada hacia atrás.

—claro que sí, me duelen los nudillos

Me rio antes de entrar al ascensor, casi todo el vestíbulo nos quedo viendo.

En cuanto Halle me pegó no dejo de disculparse, compró el vestido y por las mismas me sacó del local, ya que…o salíamos a nuestra voluntad o nos botaban en contra de nuestra voluntad. Fue gracioso, porque en cuando caí al suelo Halle retrocedió bruscamente haciendo que una asesora se cayera sobre una clienta. Fue como dominó.

En cuanto abrimos la puerta de mi apartamento, nos encontramos con Elliot, él estaba distraído pero en seguida levantó la cabeza y sus ojos por casi se salen de su órbita.

—¿qué carajos pasó Noah?—susurra asustado de la respuesta.

Entro al departamento y me dejo caer en el sofá blanco.

—No, no, no. En el sofá no. Estás sangrando, lo vas a ensuciar—Elliot me saca inmediatamente del cómodo sofá para llevarme a la silla de la mesa.

—Elliot…no estoy sangrando a chorro.

—¿pero qué dices? Pareces cascada—replica Halle y Elliot asiente muy rápido.

Me comienzo a alterar, mi corazón late muy muy muy rápido.

—a ver…tranquilízate. Estas ventilando y eso no es bueno—me da un golpecito suave en el hombro—Halle el botiquín esta en el baño principal.

—okey, voy por ello.

—ahora sí me vas a contar lo que pasó.

—que mal educado, se pregunta, no se ordena—bromeo y Elliot entorna los ojos.

—Noah…—me amenaza, su mirada está fija en mí.

—le hice una broma pesada a Halle y ella estaba tan furiosa que me dio un golpe.

—¡Broma pesada! ¡Noah, me dijiste que tenía un hueco en el diente!—Halle alza la voz justo en el pasillo, haciendo que su voz suene más alto de lo normal. Elliot y yo nos asustamos, Elliot no tanto, más bien, le fastidió un poco el grito.

—Dios, tu amiga tiene la voz muy chillona—susurra Elliot.

—si, lo bueno es que solo es cuando está enojada—digo todo serio pero en cuanto termino de hablar sonrío.

—te escuché Noah—Halle se  pone en frente de nosotros y suspira.

—pero bueno…aquí va mi pregunta—está tranquilo— ¡¿no pudiste pegarle en las pelotas en vez de la cara?!—ya se puso gritón.

—lo pensé, pero después me tocaría cargarlo fuera del local—responde Halle.

—¿quién te enseñó a golpear?—pregunta un asombrado Elliot

—el tarado que está allí—me señala y yo más indignado mi cara no puede demostrar.

—no sabía esa faceta tuya, Noah—entorno los ojos ante la declaración de Elliot.

—él era el matón del instituto. Bueno, no tan matón, más bien él defendía a las víctimas de los matones; era el matón de los matones.

—gracias Halle por explicar lo inexplicable—le sonrió falsamente

—no hay de qué Noah.

—bueno, me van  las explicaciones—se encoge de hombros

Halle le pide permiso a Elliot para que ella pueda curar las heridas que provocó ella misma. Supongo que la culpa la carcome por dentro, aunque conociéndola, eso solo fue hace media hora, porque en este mismo instante se ríe de mi cara masacrada. Suelto una risa al recordar que el golpe en el ojo no le fue suficiente y fue cuando me golpeó en la nariz.

Un ligero golpe en el hombro me saca de mi nube de recuerdos. Y es que a Halle parece no parecerle suficiente los dos golpes que hace media hora me dio.

—no te rías idiota—sonríe.

—¿qué? ¿No te pareció suficiente con esos dos puñetazos?—menciono con cierto toque de picardía y gracia.

Ella ríe una vez más y sigue limpiando la sangre de mi nariz. No dijo una palabra más. Mientras que ella hacía su trabajo me puse a pensar en cosas. Cosas como porque el arroz se llama arroz, o porqué las empresas ayudan a producir Cancer (hablo del cigarro) de seguro han de estar contra el Cancer porque tal vez y solo tal vez un pariente tenga esta enfermedad incurable que se puede ir pero algún día llegar y producirá su muerte, pero sin embargo, siguen habiendo cigarros para que otras personas lo fumen, ganar dinero y así pagar sus medicinas.. Justo en este momento por la pérdida de sangre no se me ocurre una palabra sensata y correspondiente para esa pregunta que no está escrita en mi cabeza con símbolos de interrogación.

Y ahora la pregunta más capciosa…¿por qué todo lo que pienso me lo imagino cómo si estuviese escrito? Es como ver una redacción hecha por una máquina de escribir. Supongo que mi cabeza se siente más organizada y segura de mi escritura solo si todo lo que pienso es proyectado como si una máquina de escribir se tratase al momento de cerrar los párpados o al momento de distraerme. Obviamente las imágenes no, pero es un poco similar. La imagen está en mi cabeza y es como si al momento de pensar acerca de lo sucedido en esa imagen se escribiera a un lado; con la misma letra de una máquina de escribir.

Lo sé, estoy loco. Pero me importa un bledo, mi locura puede llegar producir sonrisas y muy buenos momentos, como también enojo y muy malas decisiones. Una parte que no me gusta de mi locura.

Mientras que yo pensaba, Halle ya había terminado, hasta me avisó que ya terminó, sin embargo, mis pensamientos eran tan Fuertes que no le presté  atención a su aviso o cuando se puso a conversar con Elliot, de hecho, hasta jugaron piedra, papel o tijera (¡y sin mí!). Salgo de mi trance en cuanto Halle se acerca a despedirme de mi. Lo que básicamente al no responder instantáneamente me dio una bofetada. Si señores, la chica tiene problemas de ira e insatisfacción  total.

Sobando mi pobre mejilla mientras camino a la puerta principal para acompañar a la chica con problemas de ira e insatisfacción  total hasta la puerta, una vez más tuve el placer de poder  escuchar su lamentos.

—como sea, ya se tu secreto—murmuro abriendo la puerta, ella se pone enfrente de mi

—¿a si?—pregunta nerviosa

—si, definitivamente tienes problemas de ira e insatisfacción  total

Suspira de alivio. Pero al instante su ceño se frunce.

—¡oye!—levanta su mano, y en el último de los casos cruzo mis brazos frente a mi cara.

—ya no más.

—¿qué?—pregunta desconcertada—no te iba a dar una bofetada Noah, solo iba a hacer…—sus mejillas se sonrojan. Tal vez sea porque tengo la razón.

—¿qué? ¿Qué ibas hacer?

No obtuve una respuesta, obtuve mucho más. Mucho más de lo que había pedido. Me había besado. Ella me besó. ¡Y estando comprometida!

No fue una beso de lengua, fue uno bonito, pero corto. Para mi desgracia.

—Halle, tú… Estás comprometida—susurró un poco desconcertado y ofendido.

—lo sé, y no me arrepiento—sonríe—esto entre los dos ¿si?, quiero que sepas que esto lo hice por una sola razón.

—¿cuál?—mi cara de desconcertado no cambia.

—algún día te lo diré—me mira—pero no ahora. No ahora. ¡No ahora! No. Solo estoy confundida. Adiós Noah.

Ella camina con prisa hasta el ascensor. Ella entra, pero las puertas siguen sin cerrarse. Camino apresurado hacia ella. Las puertas estaban por cerrarse, mi mano las detuvo.

—Halle, creo que no tienes ni la mínima idea por la que vine a Jacksonville—niega su cabeza—vine hacer una serie, eso lo sabes. Pero acepte el papel más por ti. Vine por ti, ahora tú estás comprometida y por respeto a ti y a mí, no te bese cuando he tenido oportunidad. Simplemente no lo hice.

>>Y ahora vienes tú hasta aquí, vienes y me besas. Me haces perder mis estribos. Sabes, eres una egoísta.

—tienes razón Noah, pero ten por seguro que yo aquí no soy la única egoísta—su voz es triste y firme.

Y sin más doy un paso hacia atrás, las puertas se cierran y Halle se va con ellas. Justo ahora se podría decir que fui un idiota.

Fui un idiota al decirle que fue egoísta.

Pero he aquí un acontecimiento. Esto es una confirmación de cuán locas están las mujeres.

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El Secreto No Tan Secreto De Noah

Capítulo tres
10 de abril, 2010.

Me alegraba tanto que Elliot sea un total ridículo feliz acerca de ser un futuro papá, pero se estaba volviendo una completa molestia, se pasa casi todo el día hablando de ello. Justo como ahora…

– ¡Elliot ya!—grité desesperado mientras este deja de hablar, sorprendido me mira por mi repentina actitud—entiendo que estés emocionado por ser papá, pero cambia de tema de vez en cuando, me estas aburriendo con eso. Ya basta—digo y suelto un suspiro de alivio al soltar lo que había estado guardando.

– Sí, tienes razón—suspira—dime ¿Cómo estás llevando el tema 3312?

– Creo que estoy en proceso de superación. No lo sé. Vine con la esperanza de ser más que amigos, estoy cansado de esto ¿sabes?

– Sé que lo que estoy a punto de decir es lo que diría una mujer, pero…por alguna razón presiento que ella no se terminará de casar con él…

– Tenías razón, lo que dijiste fue algo que diría una mujer con falsas esperanzas —sonrío

Me dirijo a la cocina y me doy cuenta de que está vació el refrigerador. Cojo las llaves y me encamino a la puerta.

– ¿a dónde vas?—pregunta Elliot.

– Voy al supermercado, ¿quieres algo?—digo antes de pasar por el pasillo que me lleva a la salida.

– No gracias, Peter y Hank van contigo—le sonrío.

– Imposible, les di libre día. Ellos son hombres casados y con hijos, a los cuales tienen que visitar y ser una familia.

– Touché—dice señalándome

Salgo de la casa.

***

Mmm…necesitamos papitas fritas, al coche. Comida chatarra…sí, toda al coche. Gaseosas, panes, huevos, más comida chatarra…

– Perdón —me disculpo al percatarme de haber chocado con otro coche de supermercado.

– No…fue mi culpa—me mira a los ojos Adam—Noah… ¡hola amigo!

– ¡Adam! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿cómo estás?

– Muy bien y tu realmente luces muy bien. ¿Quién diría que te convertirías en famoso?

– Si… Supongo que tú y Denny terminaron la universidad.

– Sí, la terminamos y ahora él es abogado y yo soy odontólogo—me sonríe—y…también estamos casados—achica los ojos esperando mi respuesta. Esto es sorprendente.

– ¿qué?—digo incrédulo.

– Sí amigo, somos gay—wow, no pensé que era exactamente eso

– Vaya…no estoy en contra de la homosexualidad y respeto su decisión—aclaro mi garganta mientras trato de no pestañear tanto—pero… ¿por qué me mintieron todo el tiempo?

– No estábamos seguros de lo que estaba pasando y decidimos no decir nada hasta estar seguros—responde con un brillo en sus ojos en el cual me indica que me dice la verdad.

– Es genial que sean felices—le sonrío—así que… ¿haciendo las compras de la casa?

– Sí…tú también parece que estás haciendo lo mismo—me sonríe.

– Sí, pero creo que si mi madre ve mi coche de comida…lo más posible es que me hale de la oreja y me diga «eso no es saludable»—imito con una voz chillona.

– sí, tienes razón. ¿ya te enteraste?—pregunta con cautela.

– Tú sabes que de alguna u otra manera me enteraría—digo con tristeza

– ¿cómo lo tomaste?

– no muy bien, pero luego me di cuenta que tenía que dejarla ir. De alguien más me tengo que enamorar en algún momento ¿no crees?—trato de convencerlo que la voy a superar.

– No, no lo creo.

– Como siempre, no has cambiado nada, me alegra eso ¿crees que un día nos podamos reunir como los viejos tiempos?

– Claro ¿hasta qué día te quedas en Jacksonville?

– es definitivo, me quedo a vivir un año, pero lo más posible es que consiga un papel que lo grabarán aquí—sonrío.

– eso es genial—me sonríe, mira su celular y luego a mí. Me sonríe—bueno, nos vemos otro día, ya me tengo que ir—dice mientras saca un papel—estos son mis datos, allí está mi número y mi consultorio

– claro, yo te llamo—este se aleja con una sonrisa.

13 de abril, 2010.

Mi mamá es de esas personas con las que podías hablar de temas diversos. Ella es una persona divertida, inteligente, amable, testaruda, tierna…todas esas cosas la hacían una persona genial y única. Ella es de esas personas con la que te nace pasar tiempo con ella, pero ahora quiero salir corriendo, me está asfixiando con sus preguntas de si conocí a alguien.

– Mamá…ya te dije que no tengo novia, no he conocido a nadie interesante—murmuro mientras froto mis manos contra mi cara

– Cielo, el tiempo pasa, tú y yo sabemos que no seremos jóvenes por siempre—volteo los ojos.

– mamá, tengo tan solo…veintitrés años. Tengo una vida por delante—la miro fijamente a los ojos.

– Noah, no creas que no me he dado cuenta que ya no tengo cuarenta años, quiero ser abuela y tú me lo estas impidiendo.

– Mamá…—le sonrío

– ¿si?

– Tengas o no cuarenta años, estas bien, tendrás tus nietos en su debido tiempo, por ahora no.

– Hay cariño, ven aquí—dice mientras se acerca más y me abraza—tú sabes que lo hago por molestar.

– ¿segura?

– No, realmente quiero ser abuela—se ríe y pronto su risa me contagia

14 de abril, 2010

En este momento me siento emocionado por este proyecto, jamás he hecho una serie, siempre han sido películas, pero una serie…en un principio no fue algo que me haya llamado la atención ni me ha emocionado desde que me dijeron del proyecto, ahora que he leído el guión, sé que no me voy arrepentir, realmente se ve genial, mi cabeza ya está imaginado las escenas, los momentos de risa…realmente me emociono como un niño en una dulcería, ya me lo habían dicho antes, también que me comportaba como uno, pero eso no importa, soy lo suficientemente maduro para mi edad, y siendo sincero, amo ser el payaso del grupo.

Veo a estos grandes actores y me doy cuenta que son como yo, su actitud se asimila a la mía, y eso me agrada. El único que es muy serio es Daryl, ese hombre parece que odia a todos, no ha habido un momento en el que deje de mirarnos mal, literalmente entorna los ojos en blanco, no lo conozco y ya le tengo fastidio.

— Noah ¿estás de acuerdo? —solo mírenlo, da apariencia de jamás haberse divertido.

—Noah — Elliot aclama mi atención de manera firme y sensata. Lo miro y alzó mis cejas a modo de «estoy poniendo atención»

—claro que si, estoy de acuerdo—respondo. La expresión de Elliot en este momento es de «¡qué mierda has hecho!»

—está bien, entonces tú serás el chico puberto sexy promiscuo estúpido—habla él guionista.

—espera, ¿qué? —creo que mis oídos escucharon mal.

—¿qué pasa? Tú dijiste que querías el papel gracioso, y estuviste de acuerdo en ser Doug—habla un irónico Elliot.

—si, claro que si. Pero dime por favor que en algún momento Doug solo estuvo fingiendo su estupidez por miedo a ser nerd.

—amigo, acabas de decir que estuviste distraído en toda la junta—habla el productor.

—¿a sí? —pregunto ingenuo

—si, durante la junta llegamos a explicar eso y más, pero tranquilo, tu representante te lo ha de explicar— habla Daryl con total desprecio hacia mi. El es como Draco, el pinche de Draco ¿qué problema tenía él con la bella Hermione?

***

—Noah, debes dejar de emocionarte tanto, siempre que te emocionas te desconectas del mundo—me reprocha Elliot.

—si, lo sé. Pero me es inevitable—le sonrió socarronamente antes de volver mi vista a mi teléfono

Elliot me mira, luego vuelve la vista hacia la carretera con su típica sonrisa burlona. Sé que se me está burlando, él siempre dice que actúo como niño a la hora del reproche. Pero me reprochen o no, mi sonrisa socarrona jamás desaparecerá, creo que es mi manera de hacer que el ambiente se relaje, se tranquilice, sea más feliz. O eso creo yo que es lo que pasa cuando sonrío así.

Desde que me disculpe con Halle—de la manera más ridícula, porque fue ridículo tener que ir hasta su departamento totalmente borracho y pedir a gritos que te empujen estando sentado en un columpio y lloviendo a cántaros—he estado conversando con ella mediante mensajes, parece que todo vuelve a su sitio, hablamos estupideces hasta tarde y a todas las horas.

Es fácil sentir la vibración de tu celular cuando estás dormido y este está sobre tu abdomen, por ello me despierto sobresaltado, busco mi teléfono por mi abdomen, cuando lo tengo en mis manos me doy cuenta que tengo un mensaje de Halle.

» ¿recuerdas cuando te disculpaste? Bueno, que te parece si nos reunimos de nuevo, si comenzamos desde cero. Como tú lo dijiste»

Mi respuesta es un simple y sencillo…

«Si, solo dime la fecha, lugar y hora, ahí estaré»

Su respuesta tarda un poco en llegar, pero no me preocupo, realmente no lo hago.

» ¿te parece hoy a las ocho, en el mismo lugar?»

«Claro» es lo único que respondo.

Me doy cuenta que son las seis, tengo tiempo aún. Me quedo mirando el techo blanco, es puro, ni una suciedad, ni siquiera una telaraña, recuerdo que me encantaba analizar las telarañas de mi habitación, era estúpido, pero me mantenía distraído y mi mente divagaba muy rápido, me mantenía pensando cosas de la vida, realmente creo que a veces cuando tengo mi mente abierta y absorta de lo que me rodea, siento que puedo escuchar mi propio latido, y el de los demás; es un sonido indescifrable, me hace pensar que cada latido se parece, pero no es así, aparenta ser así, pero realmente no lo es, cada latido es distinto, tiene algo distinto que lo hace único.

Es como si Noah Miller fuera distinto al resto de la sociedad, y realmente es así, cumple la misma función que los demás; ganarse la vida trabajando y ser feliz. Pero lo que lo diferencia es su actitud.

«Noah Miller, eres todo un poeta filosófico»

Y ese señoras y señores… Es mi subconsciente cagando mi momento filosófico.

Aunque siendo sincero, siempre me ha gustado hablar de mí mismo en tercera persona, pero con personas que realmente me agradan—la gran mayoría—y tienen mi confianza. Sino fuese así, entonces quedaría como un estúpido dentro de la sociedad.

***

Salgo de mi habitación estando ya bañado, arreglado y ya perfumado. Holly sale de la habitación de Elliot, hace unas expresiones de asco, me mira y sus mejillas se comienzan a inflar y desinflar.

—Noah ¿qué te has puesto? Apestas—con la mano derecha se tapa la nariz y con la izquierda la boca (como si eso fuese a detener las arcadas, ilusa)

—¿en serio?—me acerco más a ella, y le da una arcada

—Noah, aléjate de mi—retrocede

—¿por qué? Te quiero dar un abrazo antes de irme—me burlo de ella mientras sonrío socarronamente.

—Noah, si lo haces vomitaré—me advierte con su índice señalándome y retrocediendo unos pasos.

—está bien, pero necesito pasar por el pasillo, es decir, tengo que pasar a tu lado—me rio a carcajada limpia (?), mostrando mis dientes y evitando mi risa, sin lógica alguna, pero que puedo decir, tengo que hacerlo.

—bastardo—dice Holly apegándose a la pared sin destaparse la nariz

—sé que me amas Holly—la acuso con mi dedo índice al cruzar el pasillo. Suelto una pequeña risa al escuchar una arcada como respuesta.

Al llegar a Charlie’s 1990 tomo un respiro hondo, me relajo y saco mi mejor sonrisa. Entro al restaurante, los veo sentados en la misma mesa de la otra vez, esta vez no me molesta ni me decepciona; voy bien. Me acerco a ellos, los saludo con mi sonrisa grande.

—respondan me algo ¿creen que apesto?—preguntó de manera burlona

—no, ¿por qué lo dices?—responde Cameron

—bueno, Holly, dijo que apestaba mi colonia—murmuro irónico

—¿quién es Holly?—pregunta Halle cruzándose de brazos y pegando sé más a su asiento. Sonrío.

—uno de estos días te llevaré a conocer a mis amigos, socios amigos, representante amigo y más amigos míos.—me rio

—ah…¿así que no me dirás que es tu novia, tu amante, tu ligue, tu…?

—tranquilízate, Holly es la novia de Elliot, el representante de Noah—responde Cameron y yo sonrío orgulloso de mi fan.

—que buen fan eres, conoces mucho de mi.

—gracias—me sonríe.

—halle, así como te sentiste ahora, yo me sentí el otro día. No lo hice apropósito, realmente quise saber si la colonia era muy empalagosa, Holly con su embarazo es un poco…—me recorre una electricidad de tan solo recordar—incomprensible.

—perdón, realmente tienes razón, se siente horrible. Pero en serio, que tu colonia no apesta, solo no llegues a abusar de la cantidad—me sonríe

Esta vez las cosas fueron distintas, pedimos nuestra comida y comimos sin un silencio incómodo, mientras cenábamos conversábamos y hacíamos juegos con nuestras comidas, Cameron es realmente genial, pero algo que sigue sin gustarme es que el tipo es un poco tranquilo, y eso me altera. Primero porque lo hace ver como incapaz e idiota,, y segundo por la frase «los callados son los más bullozos»

Tengo miedo que le llegue hacer algo malo a Halle.

Al finalizar la cena vi que Cameron recibió un mensaje, y desde allí me di cuenta que su actitud con Halle cambió, de una actitud amorosa y melosa, cambio a una actitud hipócrita, fría e idiota. No es por nada, pero cualquiera se daría cuenta por el simple hecho que Halle le pregunta algo y él le responde de las maneras más hipócrita y fría.

Algo le pasa a Halle y no me lo quiere decir, me doy cuenta de ello; no soy estúpido. Pero no puedo hacer nada, tengo que respetar su decisión.

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El Secreto No Tan Secreto De Noah

Capítulo dos

Que idiota, se supone que se pegó en la parte posterior de la cabeza, no en la frente. Se ve totalmente ridículo con esa bolsa de hielo en la frente. Holly le acaricia el cabello mientras él mira un punto fijo, supongo que pensando en que pronto será papá y la noticia no se la dijeron de la manera más sutil, mi culpa y la de Holly; me responsabilizo de mis actos.

– Deja de mirarme con esa sonrisa burlona, Miller—me acusa Elliot con su dedo aun mirando a un punto fijo.

– ¿cómo quieres que no lo haga, cuando estas como idiota con una bolsa de hielo en la frente, sabiendo que te golpeaste en la parte posterior de la cabeza?—pregunto intentando aguantar la risa.

– No me culpes, me gritaste por el pasillo que seré padre—se excusa.

No puedo, no lo soporto, no pue…y estallé en risa.

– Noah…más tacto—habla delicadamente Holly, la dulce Holly.

En cuanto Elliot se calmó con el asunto, comenzó a emocionarse tanto que empezó a decir nombres de niñas y niños, luego se preocupó si le llega a pasar algo como una caída de la bicicleta, fue un poco chistosa su manera de reaccionar, es algo que jamás dejará de ser gracioso.

Cuando me fui a dormir me puse a pensar de las cosas que quería cuando todavía estaba en el instituto, y que aun quiero.

Me llevó casi toda la noche en pensar en lo que pasaría si Halle y yo llegásemos a tener algo serio. Casi toda mi vida he fantaseado con Hall. Que ella sería mi novia, que iríamos a la misma universidad, que nos casaríamos, tendríamos una casa grande, tendríamos dos hijos, ella publicaría fotos en Facebook o twitter… que tendríamos ese final feliz que todas las grandes novelas tienen. Pero al parecer las cosas se fueron descarrilando del camino. Pero yo haré que vuelva al camino correcto, realmente lo quiero así.

6 de abril, 2010.

Algo que me frustra mucho es que llamen en la mañana, interrumpen mis sueños y eso me caga el humor. Pero al ver que es Hall quien me llama, eso no me caga el humor.

Sonrío al ver su nombre con su foto en la pantalla de mi teléfono.

Carraspeo mi garganta para que no suene como opaca mi voz y no de apariencia de que recién me levanto.

– Hola—me escucho a mí mismo y ver si está bien mi voz—sí si está bien.

Contesto la llamada.

– Hall, ¿qué pasó?—contesto

– Oh, hola—se ríe—solo te llamo para preguntarte si quieres tomar un café conmigo—tal vez no la estoy viendo, pero lo más posible es que esté sonriendo, la conozco muy bien que sé cuándo sonríe aunque no la vea.

– Claro, ¿dónde nos vemos?—sonrío como el idiota que soy.

– ¿la cafetería al

– ¿qué íbamos?—completo por ella sonriendo.

– Si…a charlie’s 1990—susurra—te veo en media hora—dice firme y cuelga.

Contento salgo de la cama y me dirijo al baño, me doy una ducha rápida. Bueno no tan rápida, porque la inspiración me llega al corazón y comienzo a cantar, al salir de la ducha comienzo a elegir mi ropa, cojo lo primero que encuentro.

Me pongo mi loción y salgo de la habitación, al cruzar la sala me sorprende Elliot.

– ¿a dónde vas tan alegre?—pregunta con un delantal puesto que dice «el chef más sexy» y en la mano una espátula.

– No estoy alegre, estoy normal—me excuso

– Ya claro, y yo no seré padre.

– Déjate de idioteces Elliot—le sonrío vergonzosamente

– Te escuché cantar wannabe—se cruza de brazos mientras que mis mejillas se calientan y me dan señal de que estoy muy sonrojado— ¡oh dios, Noah Miller se sonrojó!

– Eso no es cierto, solo iré a desayunar con Hall—digo mientras me pierdo en el pasillo e ir a la salida de la casa.

Mientras que camino hacia el ascensor me doy cuenta de que Peter y Hank van detrás de mí, ya se me hacía raro que no me escoltaran.

Peter y Hank van en otro auto y yo voy en el mío. Cuando tengo citas ellos hacen eso, se alejan un poco para darme un poco de privacidad, pero para ellos darme privacidad significa estar detrás de mí a unos dos o tres metros. Las fotos de la prensa demuestran mi «privacidad».

Al entrar a la cafetería me doy cuenta de Hall esperándome en una mesa en especial, nuestra mesa. La denominamos nuestra mesa fue como a los diez años, siempre nos sentábamos en la misma y desde allí la consideramos nuestra.

Ella está mirando la ventana que está a su lado, totalmente distante de lo que sucede a su alrededor.

– Yo que tú ya estuviese caminando hacia ella y no hacerla esperar—murmura Peter en mi oído, mientras me da pequeñas palmaditas en el hombro antes de volver a los tres metros detrás de mí.

Hago caso al consejo sabio de Peter y me acerco a ella. A medida que me acerco a ella me voy preguntando qué decirle, me siento un poco nervioso, no sé porque, pero así es. Ella se percata de mí y sonríe. Y con tan solo esa sonrisa bastó para deshacerme de los nervios.

– Hola Hall—sonrío mientras la abrazo fuertemente

– Noah…no has perdido esa mala costumbre de abrazarme muy fuerte—murmura al terminar el abrazo—me gusta que te mantengas igual.

– A mí también me gusta. Siempre creí que ese era mi mayor atractivo—le guiño un ojo para luego estallar en risa los dos.

– ¿Hall?—pregunta un chico alto de mi misma estatura, tal vez un poco más bajo, de cabello rubio, ojos azules, como de revista.

Pero eso no fue lo que me molestó más, lo que realmente me molestó es que le dijera Hall a mí Hall, yo soy el único que le dice así, pero ya veo que no es así.

Estoy tan enojado por ello que me siento distante a todo lo que me rodea y lo único que rodea por la cabeza es que él la haya llamado Hall, pero algo pasa y comienzo a ver todo en cámara lenta. Hall le sonríe y le da un pequeño beso en los labios.

– Noah, él es Cameron—dice mientras el brazo de «Cameron» rodea la cintura de Hall—mi prometido—me sonríe.

No sé qué responder.

– Vaya Hall, te olvidaste de mencionarme eso cuando hablábamos por Skype—digo mientras ofrezco mi mano y finjo tener la sonrisa menos hipócrita—hola, soy Noah Miller.

– Un gusto, soy Cameron Lee—se presenta, luego parece haberse dado cuenta de algo que abre tanto los ojos que parecen que se le van a salir—espera, ¿tú eres el actor Noah Miller?

– Sí, el mismo, a menos que haya otro más—digo un poco extrañado y sorprendido de que Hall se vaya a casar con él, parece que las cosas no saldrán como quiero.

– Te admiro mucho ¡qué gran actor eres!

– Gracias—digo volviéndome a sentar.

Hubo un silencio incómodo como por dos minutos, no sabíamos que hablar, durante esos dos minutos solo hablamos para pedir la orden. Pero a Hall se le ocurrió romper el silencio.

– Bueno, te lo pensaba mencionar, pero pensé que sería mejor decírtelo cuando regresaras.

– ¿y qué pasó el día de la pijamada? ¿te olvidaste por dibujarle caritas a los huevos?—la cara de Cameron es única en este momento.

– Sí me distraje, y luego pensé que era mejor decírtelo cuando te lo presente—dijo ella ya enojada.

– Bueno, entonces cuéntame su historia, porque ni siquiera sabía que tenías un novio antes de que te comprometieras, vamos, cuéntame su historia—la camarera trae los desayunos— ¿cómo se conocieron?

– Conocimos en un concierto de Paradise hace dos años—dice a regañadientes.

– Genial—digo metiéndome un pedazo de wafles a la boca

Nadie dijo nada, nos dedicamos a desayunar en silencio. Hall me miraba mal, y yo también.

Esto no era lo que esperaba al regresar de New York. Pensé que seríamos como antes, risas, estupideces, momentos juntos, pensé que me podía declarar al volver, pero veo que no puedo.

Necesito un tiempo a solas. No puedo, me voy.

Me levanto y extiendo mi mano hacia…cómo se llame.

– Cameron—responde el chico al darse cuenta de que no recordaba su nombre.

– Eso mismo Cameron, un gusto—digo con amabilidad e indiferencia—adiós Halle.

Al decir «Halle» sentí por primera vez que me estaba rompiendo en más que miles de pedazos, que me estaba despidiendo de Halle para siempre.

Cuando salía del local fue muy desgarrante, ese lugar fue todo para nuestra infancia, allí yacían nuestros mejores recuerdos, como travesuras. En cuanto pasé por la puerta, la única imagen que pasó por mi cabeza fue Halle, desde que la conocí hasta el día de hoy. Lo peor es que la última imagen que quedó en mi mente fue la expresión de Halle, no era feliz, era más bien una triste con enojo.

Salí por completo del lugar y me fui hasta mi auto, antes de llegar hasta mi auto escucho a Peter hablar por su comunicador en total susurro.

– Corazón roto, repito, corazón roto ¿copias?

– Copiado, Peter—responde Elliot.

No les presto atención al «corazón roto». No estoy con el corazón roto, solo me siento un poco decepcionado y muy enojado. Más que nada porque vine emocionado a Jacksonville para conquistar a Halle, pero me temo que no va a suceder. Estoy enojado porque no me tuvo suficiente confianza para poder contarme que tenía un novio y que está comprometida. Estoy enojado porque nada de lo que me propongo me sale como quiero.

Cuando llego a un semáforo, aprovecho para recostar mi cabeza sobre el volante y soltar un gran suspiro que he estado guardando desde hace mucho tiempo.

Desde que llegué al departamento, todos me han estado mirando con pena. No me gusta que me tengan pena, me hacen sentir miserable.

Cojo mis llaves y salgo del departamento sin que nadie se dé cuenta.

Comienzo a caminar sin saber a dónde llegar, pero sin embargo, me encantaba no saber a dónde llegar, conocía la ciudad que en algún momento no la visité por años. A parte de que me dedicaba a pensar.

Aburrido de tanto pensar en lo que pasó en la mañana, me di cuenta de que ya se estaba haciendo de noche y que me había encontrado un bar.

¡Basinga!

Sin más preámbulo, entro al bar. El entorno es del asco, las luces están parpadeando colores pero hace de la pista un total asco y aún más cuando no hay mucha gente. Hay humo por todas partes. Pero me importa un carajo y comienzo a pedir tragos muy fuertes. De a poco a poco, mi mente va divagando.

***

– Sr…—me sacuden y abro de a poco los ojos—Sr, ya vamos a cerrar.

– Claro…vótenme—dio levantándome del asiento.

Camino hasta la puerta, siendo escoltado por los guardias de seguridad. Incluso después de salir del local no dejo de caminar por las calles iluminadas y llenas de personas alegres y trabajadoras.

Mirando a mi alrededor y viendo las tiendas que aún siguen estando abiertas podía admirar a las personas que trabajan hasta tarde para poderse ganar la vida y entre ellos estaban muchos talentos, como los bailarines de aquella esquina, o el guitarrista que canta a todo pulmón, o aquellos que hacen trucos de magia en las calles y te dejan totalmente sorprendidos…ellos tienen talento, tal vez los ayude, pero hoy no será, no estoy con mis cinco sentidos y lo más posible es que me crean un loco.

Sin darme cuenta estaba cerca del departamento de Hall, pero no decido ir al departamento de Hall, sino a los columpios que están a un lado del departamento de Hall. Tambaleante llego a los columpios, me siento en uno de ellos y me doy cuenta que me falta Hall, que me falta esa persona con la cual pasar un rato y no aburrirte jamás.

– ¡alguien que me empuje!—grito al mismo tiempo en el que comienza a llover muy fuerte.

Nadie aparece…o eso creía. pero mientras nadie aparecía,yo me empapaba.

– ¡Noah!—alza la voz Halle al darse cuenta que la fuerte lluvia no le permitía hablar sin gritar, ella está toda seca y con un paraguas sobre ella— ¡¿qué haces aquí?!—pregunta

– ¡quise columpiarme! ¡pero no tengo quien lo haga!—alzo la voz al momento que la lluvia comienza a suavizarse solo un poco. Ella sonríe y yo también, me es inevitable no hacerlo.

– Noah, vamos adentro ¿si?—dijo ella, yo asiento y me levanto del columpio.

– Yo me quería columpiar—murmuro como niño berrinchudo. Halle ríe.

– ¿tomaste?—no respondo—no me respondas, tu olor me lo confirma.

Entramos a su apartamento.

– Toma asiento—dice mientras se pierde por el pasillo.

No tomo asiento, porque los asientos no se toman, no que yo sepa.

– Aquí tienes—dice tendiéndome una toalla, me seco un poco mi cabello— ¿qué pasó?

– ¿Qué pasó qué?—pregunto confundido

– ¿Por qué no te sentaste?

– Porque me dijiste «toma asiento» y que yo sepa, los asientos no se toman—me excuso a lo que ella se ríe.

– Bueno, a ver, siéntate—lo hago y ella también— ¿a qué has venido?

Realmente a nada, caí de casualidad en los columpios de su apartamento. Pero voy aprovechar para disculparme de haber sido un idiota.

– Vine a pedirte disculpas Hall, fui un idiota en la mañana, no debí tratarte así y mucho menos a tú prometido, fui muy descortés—agacho la cabeza decepcionado de mí mismo. Decir estas dos palabras «tú prometido» me duelen y me cuestan pronunciarlas y más cuando se trata de Halle.

– Él te admira, no sé cómo te sigue admirando después de haberte comportado como un idiota con él—me regaña.

– Lo sé. Solo que…

– ¿qué Noah?—se exalta Hall— ¿también me vas a decir que él no es el indicado como los demás? ¡dímelo! ¡dime una buena razón!

– No puedo decírtelo, pero te puedo dar otra razón.

– ¡no! ¡quiero que me digas lo que me tengas que decir! ¡no te lo guardes! ¡egoísta!

– ¡halle! ¡¿sabes cuánto me dolió el hecho de que no me hayas tenido suficiente confianza para no decírmelo cuando estuve fuera?! ¡entiendo que ya iba a llegar a Jacksonville y que me lo querías decir cara a cara…pero ¿dos años?!

>No tienes ni idea de lo triste y enojado que me sentí en ese momento…me arrepiento de haberme comportado como un idiota con un admirador mío; ellos son la razón por la cual estoy en donde estoy, por su apoyo. Y ese error me molesta y mucho, pero ya no sé qué me molesta más ¿si mi mejor amiga ocultándome algo durante dos años y quien sabe que más o haber sido un idiota con un admirador?

La quedo mirando, tiene sus mejillas encendidas de un color carmesí, su piel la tiene erizada, su mirada está totalmente fija en mí y con un poco de lágrimas en sus ojos azules.

No la quería hacer llorar, no era mi intención. Jamás me ha gustado verla llorar.

– Lo siento—dice mientras se saca las lágrimas que no salían de los bordes de sus ojos con el dorso de su mano.

La abrazo fuertemente, ella responde inmediatamente, nuestro abrazo dura alrededor de tres minutos. Y es allí cuando aprovecho a inhalar su aroma tan delicioso.

– Lo siento, no te lo quise contar porque pensé que no iba ser una relación seria, pero pasando los años tuve dudas de si contártelo o no. No sabía si lo amaba y por ende a casi nadie le dije de mi relación, la mayoría que sabe de mi relación se enteraron por sí sola…

– No me sigas explicando, has de tener tus razones y las respeto. Lo único que quiero tener muy en claro es… ¿estamos bien?—pregunto con una sonrisa socarrona.

– Claro que lo estamos, jamás duramos ni cinco minutos peleados, a excepción de hoy—me sonríe.

– Hay que volver a reunirnos a comer, para comenzar de nuevo.

– Claro, ¿quieres una taza de café?—pregunta amablemente, como la Hall que es.

– Sí por favor, el dolor de cabeza me está apareciendo.

– Vaya jamás pensé que llegarías a emborracharte.

– Yo tampoco, solo han sido cuatro veces que me he emborrachado, la mayoría fue porque me ofrecían y yo como idiota aceptaba, y por primera vez me emborraché a mi voluntad—respondo mientras me froto la sien.

– Vaya..

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El Secreto No Tan Secreto De Noah

Capítulo uno
2 de abril, 2010.

Halle…oh, Halle.

Mi mente no dejaba de torturarme con su nombre, desde que la conocí; su nombre ronda por mi cabeza. Y esta vez no es la excepción.

Ella es una chica muy hermosa…cabello dorado, ojos azules, labios rosados y carnosos, buen cuerpo, una nariz preciosa.

También es graciosa, humilde, tierna e inocente—no tan inocente—pero algo que me encanta de ella es…que no es vanidosa, aparte de que no es de esas chicas que son unas zorras—en pocas palabras—ella es muy distinta, eso la hace única.

– Hey…tranquilo, ya la verás—dice Elliot palmeando mi hombro

– Yo sé que la veré, pero ¿Qué tal si no me recuerda?—él me alza una ceja.

– Aparte de paranoico estas alucinando—rueda los ojos—te has visto con ella medio Skype. Déjame recordarte que tendrás todo un año para verla.

– Tienes razón, lo que dije no tuvo lógica—rio un poco—sabes… eres un muy buen amigo más que un representante—sonrío de lado.

– Oh vamos, ambos sabemos que soy bueno en ambas cosas—dice con euforia fingida.

Ambos reímos por unos momentos y cuando menos lo esperamos hemos caído en un silencio. Me dedico a ver de lo que resta del paisaje de Manhattan hasta que lleguemos a Jacksonville. Pocas horas después el avión ha aterrizado y una multitud de fans me han venido a ver. Busco entre la multitud a mi familia, por un momento me decepciono hasta que escucho…

– Déjenme, es mi hijo. No lo he visto desde hace seis años—reclama mamá.

– Señora, no puede acercarse—habla Hank intentando no ser grosero con mi madre.

– Déjala Hank, por favor—digo y Hank asiente, él realmente es un buen guardaespaldas, no lo puedo negar, aunque…si puedo asegurar que a veces suele dar miedo al igual que Peter.

Sin más, ella se acerca y me rodea con sus brazos mi cintura. La he extrañado mucho, ella fue la que me apoyó con todo esto a pesar de la muerte de mi padre, ella siguió adelante al igual que con su apoyo hacia mí.

– Señora Miller, usted no es la única que quiere abrazar a Noah—dice Halle con un tono burlón pero a la vez quebrado por las ganas de llorar.

Mamá se parta las pocas lágrimas que yacían en sus mejillas, dándole paso a Halle con una gran sonrisa.

– Hall…—murmuro cuando ya la tengo entre mis brazos.

Su olor a lavanda sigue intacto, al igual que su belleza.

– Estas tan grande…—dice hall en medio de una pequeña risa. Ella se aparta un poco y retira sus lágrimas.

– Eso se supone que lo diría mamá—le recuerdo con una sonrisa amplia y socarrona, ella sonríe, rodeo los hombros de Halle con mi brazo izquierdo y a mamá con el brazo derecho.

Salimos del aeropuerto y me encuentro con una gran multitud gritando mi nombre a los cuatro vientos. Mi mamá y Halle se tapan la cara para que los flashes no les afecte la visión. Al llegar al auto, todos soltamos un largo suspiro.

Elliot va en otro auto con Peter. Yo estoy con Hank y mis dos personas favoritas.

– Cariño, dime que vas a quedarte a vivir conmigo—mamá me mira suplicante. Lastimosamente, no lo haré. No voy a quitarle a mi mamá su privacidad.

– Lo siento mamá. No puedo, los fotógrafos te estarán persiguiendo por todos lados. Estar conmigo es como no tener privacidad. Te prometo venir a visitarte todos los días, llevarte de compras, a comer…

– Está bien, pero quédate a dormir solo esta noche—me suplica. Quiero negarme, pero me es imposible con esa mirada de borrego a medio morir.

– Está bien, pero solo por esta noche—la apunto con un dedo. Halle se ríe y mi mamá frunce el ceño hacia mí. En un rápido movimiento ella me da una pequeña bofetada. Atónito miro como me señala amenazante.

– Noah James Miller…¿qué te he enseñado? No se señala a las personas—miro su dedo y ella se percata—solo yo te puedo señalar.

– Está bien mamá—murmuro arrepentido.

Inconscientemente miro el retrovisor y puedo ver a Hank con una mano cubrirse la boca para no reírse. Este mira el retrovisor y al darse cuenta de que tengo mi ceño fruncido hacia el cambia su rostro a uno más serio. El cierra la pequeña ventana que separa al chofer del pasajero y se escucha una risa. Él se está burlando de mí.

Esto es humillante

Al llegar a casa, me doy cuenta de que todo está intacto, nada ha cambiado. Al menos el exterior.

Hank nos abre la puerta, les tiende la mano a mamá y a Halle para ayudarlas a salir. Cuando llega mi turno yo estiro un poco mi mano esperando a que Hank la agarre y me ayude a bajar—obviamente en broma—pero este está todo rígido.

– Hank… ¿no me vas a coger la mano?—digo con la voz un poco femenina. Este me mira, baja un poco sus gafas y se ríe.

– Noah, deja de hacerte el payaso—murmura cogiendo mi mano fuertemente, cómo macho que se respeta para sacarme del auto.

– Hank…así no se trata a las damas—trato de hacer mi voz femenina pero la risa no me lo permite.

Al entrar a casa, me doy cuenta que está igual como la recordaba. Todavía recuerdo el día que conocí a Halle. Mi perro la iba a morder y yo la defendí. Recuerdo que ese día mi perro tal vez no logró morderla, pero si rasguñarla. Ese día fui su doctor.

«de su pequeño rasguño salía un poco de sangre, sparcle va estar castigado sin filetes esta semana. Levanto la mirada para verla mejor. Su cabello es dorado, sus ojos son azules y llenos de lágrimas, sus labios son rosados y hechos un puchero. Es bonita, pero no me gusta verla triste, quiero verla como es cuando está feliz.

– Tranquila, yo te curo—le sonrío. Ella me mira preocupada.

Voy a la cocina y de allí saco un trapito y lo humedezco. Resoplo al darme cuenta de que aún tengo que ponerme de puntitas y estirar mi brazo para poderlo humedecer el trapito. Una vez lo logro, me dirijo donde está la niña. Limpio la poca sangre que había, coloco una bendita y doy un besito encima de la bendita. Mi mami dice que con un besito se resuelve todo. Le sonrío.

– Gracias—ella frunce sus labios y me besa en la mejilla. Estoy asombrado, avergonzado y sonrojado. Mis ojos están muy abiertos y mis labios están sellados pero algo fruncidos—mírate, eres chistoso cuando estas rojo—se ríe—soy Halle Harper—me sonríe.

Reacciono al escuchar su nombre, es muy bonito. Tal vez sus padres se dieron cuenta de lo linda que ella era y por eso le pusieron Halle.

– ¿cómo te llamas?—me pregunta, sacándome de mi trance.

– Eh…me llamo Noah, Noah Miller—le sonrío

– Soy nueva en este vecindario ¿quieres ser mi amigo?—yo asiento con euforia y emoción.

– Seremos los mejores amigos…»

Desde ese día ella me comenzó a gustar. Habremos tenido unos cuatro o cinco años cuando nos conocimos y yo me comencé a enamorar de ella cada vez más. Lo sé, ¡qué cursi! Pero es la verdad, he tenido muchas novias pensando que me podría enamorar de alguna de ellas, pero no pude, ninguna era como Halle y por ende mis relaciones no iban más allá de los tres meses. Halle me tacha por perro por esa razón. Pero lo que ella no sabe es que todo este tiempo busco olvidarla con otra persona. Y de allí mi conclusión, no se puede olvidar a una persona con otra. Es imposible, tal vez por un rato, pero al final llegas a lo mismo. A parte de que te hieres a ti mismo y a la persona con la que trataste de olvidar a esa persona.

Me doy cuenta de que estaba mirando un punto fijo de la casa, mi mamá, Halle y Hank estaban conversando amenamente, no sé de qué se reían pero mi teléfono comenzó a sonar, llamando la atención de todos.

– ¿sí?—contesto sin saber quién es

– Noah, ¿dónde carajos estas? Deberías estar en tu nuevo apartamento—Elliot habla muy rápido, conclusión: está desesperado.

– Tranquilo, estoy donde mamá, me quedare a dormir aquí solo por esta noche y luego iré al apartamento.

– Está bien, no vayas a ningún lado sin Hank—me ordena.

– Claro—digo en tono burlón, cuando Elliot se pone así da risa.

***

Ya era tarde, mamá fue a enseñarle la habitación en la que dormirá Hank solo por hoy, Hank decía que dormirá en el sofá. Pero mamá como no es mala persona, obviamente lo obligará a dormir en una habitación con una cama muy cómoda, y si Hank no lo hace, entonces…atentará a las consecuencias de Sarah Miller.

Mientras que ellos discutían que Hank no dormiría en el sofá, yo me encontraba solitario en la cocina, con una papa y un marcador. Aburrido de la situación, comencé a dibujarles caritas graciosas a las papas. Al poco tiempo las papas se me acabaron y comencé con los huevos.

Miré un huevo en especial.

– Mmm…tú tienes cara de drogado—miro al huevo— ¿qué te fumaste? ¿o acaso inhalaste?—le pregunto al huevo, esperando una respuesta.

– Pensé que los huevos no fumaban ni mucho menos inhalaban—me sobresalto al escuchar la voz de Hall.

– Pensé que te habías ido—dije mientras hacía que mi taburete girara para ver a Hall.

– Así era, pero preferí hacer una pijamada con mi mejor amigo que ya está de regreso—dice encogiéndose de hombros mientras pone cara de «¡sorpresa!»

– Bueno, entonces como actividad de la pijamada será…dibujar caritas raras a los huevos o papas, pero no más a los huevos. Llegaste muy tarde, las papas ya están hechas—digo señalando a todo mi ejercito de papas con caras raras.

– Entonces…hagamos otro ejército, pero de huevos—dice riendo.

– Eso sonó grosero—mi sonrisa se fue ampliando— ¡y eso me encanta!

3 de abril, 2010.

No lo puedo creer, ella me tendió una trampa. Ya lo tenía planeado, pero no pensé que me haría lo mismo. Esto es humillante.

– En serio no lo puedo creer—digo quitándome el maquillaje de la cara—Hall me estoy desesperando, esto no sale—digo echándome agua a la cara, me doy la vuelta y me encuentro con la sorpresa de que ella ya no tiene el maquillaje que le puse mientras dormía.

– Ven, yo te ayudo—ríe. Me acerco frustrado y le dejo el trabajo a ella. —quien diría que tendríamos la misma idea—dice mientras me quita el maquillaje con algo que no sé cómo se llama.

– ¿qué es eso? ¿una poción mágica o algo así?—pregunto asustado del producto que me está poniendo para quitarme esta porquería de pintura que se ponen las mujeres—no me digas que estudias en Hogwarts.

Ella se ríe.

– Oh dios, eres una bruja y no me lo has dicho. Todo este tiempo me has estado mintiendo—me alejo y me froto las manos en mi cara. La señalo—todo este tiempo he estado con una bruja que lo más posible me llame Muggle a mis espaldas.

Comienzo a caminar alrededor de la habitación mientras balbuceo cosas sin sentido. Hall solo se ríe. Eso me gusta, verla y escucharla reír. Pero esto…es traición.

– Noah…—no le presto atención—Noah…—sigo sin hacerlo— ¡Noah!

Me sobresalto al escucharla y mi atención ahora la tiene ella.

– ¡¿qué?!

– No soy ninguna bruja, no estudio en Hogwarts, y no te llamo Muggle a tus espaldas.

– ¿y jamás lo harás?—pregunto

– Jamás—me sonríe

– ¿y eso?—señalo el frasco de la «poción»

– Se llama desmaquillante—pone los ojos en blanco

Eso lo explica todo, escuchamos un grito de parte de mamá. No es un grito de susto, es un grito que aclama nuestros nombres. Algo me dice que estamos en problemas.

Hall y yo nos miramos sabiendo por qué mamá nos llama. Se siente como volver al pasado, cómo cuando mamá nos llama por las travesuras que hacíamos…y lo mismo nos pasaba cuando estábamos en la casa de Halle, lo cual no estaba lejos, solo está a dos casas de la mía. Por lo tanto, de alguna u otra manera los padres de Hall o mi madre, se enteraban de nuestras travesuras.

– ¡Noah y Halle!—volvió a gritar.

Nos miramos otra vez, pero esta vez, nuestros ojos estaban más abiertos que nunca.

– Será mejor que bajemos—comento, ella asiente

– Buena idea—sigue asintiendo.

Yo soy el primero en salir de la habitación, Hall va detrás de mí. Al llegar a la puerta de la cocina, Hall y yo nos miramos. Preguntándonos quien se asoma primero.

Señalo la cocina con la cabeza, dándole a entender que vaya ella. Ella niega.

– A ti no te regañará, ve tú—ella abre los ojos sorprendida.

– Ella es tu madre, no la mía—me reprende en un susurro.

– Tu harías lo mismo si fuesen tus padres—le recalco en un susurro

– Cierto—pone los ojos en blanco—Piedra papel o tijera—susurra.

– Está bien.

Ella saca papel y yo piedra al mismo tiempo. El papel cubre la piedra, ella gana, yo pierdo. Asomo la cabeza por la puerta y después Hall.

– Noah…ya te vi, y a ti también Halle—mamá se cruza de brazos.

Ambos salimos de nuestro «escondite» y agachamos la cabeza.

– ¿si mamá?

– ¿si Sra. Miller?

Siempre hacemos lo mismo. Que viejos tiempos. Pero ahora estoy a punto de ser regañado por mamá.

– ¿uno de ustedes me puede decir qué hacen mis huevos y papás con caritas?—Hall y yo nos miramos y estallamos en risa.

– Mamá…que grosera—la reprendo en broma. Ella se sorprende y su boca es una gran «O»

– Yo…yo no quise decir eso, yo no soy grosera—mamá balbucea avergonzada— ¡yo no quise decir eso Noah Miller!

***

Fue una poco difícil despedirme de mamá. Ella me recibió con los brazos abiertos y yo me fui…okey, no. Pero si fue un poco difícil, su rostro técnicamente me suplicaba que me quedara. Definitivamente si no fuese alguien famoso al que acosan día y noche, me quedara con ella. Lastimosamente las cosas no son así, las personas buscan meterse bajo mi piel para saber más sobre mí, crear rumores sobre mí y eso obviamente implica meterse con las personas que amo. Traducción: Mamá y Halle.

Al llegar al apartamento, me encuentro con Peter sentado en la mesa leyendo el Jacksonville news y Elliot hablando por teléfono. Él es el mejor representante, se encarga de todo. El hombre es como Superman, pero sin capa. El mira los proyectos que me convienen y los que no. Él es como un padre para mí, y de los sobreprotectores.

– ¿Qué tanto me ves?—pregunta Elliot sacándome de mis pensamientos.

– Fuiste mi punto fijo para pensar y darme cuenta de que eres como un padre sobreprotector, muy sobreprotector—sonrío.

– Por favor Noah, el hecho que cuando te subiste a un carrito de golf y te haya obligado a utilizar un casco para que no te pase nada, no significa que sea sobreprotector—se excusa.

– Claro que sí— ya sentado en el comedor, murmura Hank escondiéndose detrás del periódico.

– ¡pero ni bien comenzó a manejar se lo quitó!

– No te excuses Elliot—murmuro mientras camino hacia la cocina por algo de comida

– Solo fue esa vez—se excusa Elliot.

– La vez que fue por un café, le pusiste doble guantes para que no se queme—comienza Peter.

– Cuando solo le daba cosas hechas papilla para que no se atore—sigue Hank

– O la vez que gritó «¡ayuda! ¡Noah se ahoga! ¡tiene un ataque de asma!» pensando que Noah se estaba ahogando, cuando realmente solo iba a estornudar—Elliot le corta la historia a Peter, ellos ríen, yo rio, y todos nos burlamos de Elliot. Es realmente gracioso ver como el hombre se preocupa por mí.

– Ya deténganse. ¿desde cuándo le hacen bullying a un hombre de veintiocho años?

– ¿Cuándo regresa Holly?—ignoro totalmente su pregunta y pregunto por la esposa de Elliot.

– Hoy, le di la dirección la semana pasada que vine a verla. La extraño demasiado.

Holly realmente es increíble, aparte de bonita, ella es sumamente inteligente y astuta. Si Hall la conociera, inmediatamente se daría cuenta de lo iguales que son. Holly es como ver a Halle, pero en versión morena.

El amor entre Holly y Elliot es único, a pesar de que vivían a quilómetros de distancia, ellos se siguen amando. Sus visitas eran constantes, Holly venía a visitar a Elliot y era muy agradable tenerla, o Elliot la iba a visitar.

Creo que este año será muy bueno, lo más posible es que me quede de por vida en Jacksonville. Y eso me gusta, tener cerca a mi familia me gusta.

El timbre suena y todos nos quedamos viendo la puerta, ninguno de estos tarados reacciona, así que yo soy el que va abrir.

Al abrir la puerta me encuentro con una Holly un poco nerviosa y paranoica. Ella en ningún momento ha alzado la vista, de repente suelta las palabras muy rápido.

– Elliot, estoy embarazada—alza la vista y sus mejillas se tornan a un carmesí.

– ¡Elliot! ¡serás papá!—grito al pasillo sin apartar la vista de Holly.

– ¡qué!—murmura detrás de mí, me giro para ver su reacción, pero lo único que veo es a un hombre desmayado en la entrada de mi apartamento.

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El Secreto No Tan Secreto De Noah

PROLOGO
3 de julio, 2004.

– ¡Noah!— Halle grita muy cerca de mi oído. Me sobresalto ante el tan estruendoso grito que Halle hizo hace poco, como puedo le agarro las muñecas dejándola inmóvil, mientras ella está sentada a horcajadas sobre mí. Ella ríe.

– Halle, no lo vuelvas hacer—digo, intentando ser serio pero su risa es muy contagiosa y yo comienzo reír levemente— ¿por qué te ríes?

– No lo sé—dice aun riéndose.

Por un momento me quedo embelesado por su risa, en su manera de enchinar los ojos cuando ríe. En cómo su cabello está atado en una coleta alta totalmente despeinada. En cómo sus labios gesticulan palabras que no logro escuchar; y es allí cuando es mi señal de que debo actuar como si no la estuviese mirando de manera en la que una persona mira a la chica que le gusta.

– ¿qué?—pregunto

– ¿qué me miras?—pregunta sonriendo.

– Oh, es que…tienes una mancha en la mejilla—digo haciendo señas en mi mejilla derecha.

Es curioso la manera en cómo sus mejillas se tornan a un rojo intenso rápidamente. Sus ojos se abren sorprendidos, ella corre hasta el espejo más que esté más cerca.

– Eres un mentiroso—dice volviendo del baño—no tengo nada.

– Claro que sí—digo, mientras tomo mi teléfono que está a un lado mío y comienzo a grabar—tienes las mejillas muy rojas—me excuso.

– Eso también es mentira Noah—refunfuña; se ve tan tierna cuando está avergonzada. Suelto una risa—no te rías.

– Hall…el video no miente—le muestro el video.

– Noah Miller—se cruza de brazos

Oh, oh, está enojada.

– Está bien, lo borraré—digo mientras borro el video—por cierto, ¿por qué me despertaste tan temprano?

– Dos cosas: primero, son las diez de la mañana y segundo, tu mamá nos hizo es desayuno.

– Entonces vayamos a comer antes de que mamá nos ponga a limpiar la casa.

– Claro—me sonríe.

***

Me encontraba en Charlie’s 1990 conversando de cosas totalmente sin sentido, y dando rienda suelta a nuestra imaginación. Halle y yo siempre tenemos cosas en la cabeza, la mayor parte del tiempo son ideas que saca Halle de sus libros y diciendo «cuanto me gustaría que Nick fuese así conmigo» ese chico es un dolor de culo.

Nick es su novio, él es el que tiene la suerte de besarla, mimarla, agarrarse de las manos…mientras que yo solo soy su mejor amigo. Y no importa cuántas veces le diga que él no es para ella…siempre me responderá que…

– Noah, yo no digo nada acerca de tu novia…

– No lo dices porque ya sabes que yo sé cómo es…ahora que lo pienso…voy a terminarle, ya me ha sido infiel dos veces.

– Y tú como idiota vuelves—murmura antes de tomar un poco de agua.

– Disculpa ¿qué?—murmuro divertido.

– ¿qué cosa? Yo no dije nada—la miro y ella resopla—está bien, lo dije.

– Vaya…hasta que escuché decir a Halle Harper que como idiota vuelvo con ella.

– Exacto…—dice orgullosa.

Entre más hablábamos de los nefastos que eran nuestras parejas, más convencidos estábamos de terminar con ellos. La conversación duró así hasta que mis dos mejores amigo llegaran a estorbar mi momento con Halle.

– Hola Hall—murmuran al mismo tiempo Denny y Adam.

– Hola—murmura sonriente MI Hall. Mientras que yo los miro estupefactos.

– Tres cosas, primero, hola. Segundo, también soy su amigo a quien también deben de saludar, y tercero…solo yo le puedo decir Hall—los miro mal.

– ¿de cuándo a dónde Halle tiene una etiqueta que diga que solo tú la puedes llamar así?—miro mal a Denny. Adam se da cuenta de ello y le da un codazo de mi parte— ¡auch!—se queja.

– Está bien…solo tú le puedes decir Hall—le sonrío.

Halle se queda mirando sorprendida detrás de mí y luego me mira a mí.

– Bueno, me tengo que ir. Tengo un novio a quien terminar—con solo escuchar decir eso de sus labios, una sonrisa crece en mi rostro.

– Ve por él, rompe corazones—la aliento de forma un tanto chistosa.

– Y tú ve por ella, rompe corazones—dice antes de irse.

Ella se va y ellos se quedan. Mis amigos toman asiento en frente mío con una sonrisa muy amplia. Ellos saben que me gusta, me encanta y me fascina Halle. A veces pienso que ellos me hacen molestar con este tipo de cosas para solo hacerme quedar en ridículo con ella. Pero no me molesta del todo, el simple hecho de que ella ría gracias a mí; me gusta. Pero no me gusta el hecho de quedar en vergüenza en frente de ella.

– Amigo… ¿qué vas a hacer? ¿ya le dijiste siquiera que en cuanto termines el instituto, vas hacer una película en donde serás el protagonista?—dice Adam.

– No—digo después de haber soltado un suspiro. Ellos me miran impactados.

– Sabes que se va a devastar ¿no?—pregunta Denny. El problema no era que se iba a molestar por haber sido aceptado en el rodaje; sino porque será filmado en New York y se entere por otra persona.

– Sí, lo sé—siento que me desmorono con solo ese mero pensamiento—se suponía que se lo iba a contar hace un momento, pero me distrajo.

– Hombre, ella no te distrae, eres tú quien te distraes con ella—sonríe burlescamente Adam, Denny también tiene esa sonrisa pero el de él dice «hombre, estas jodido»

– Bueno, cambien de tema—digo de la nada.

– Claro…—comienza Adam.

– Pero creo que…Halle tiene algo que decirte—dice mirando y señalando detrás de mí. Me giro lentamente y veo a Hall un poco enfadada pero al mismo tiempo orgullosa.

– ¿cuánto tiempo llevas aquí?—pregunto nerviosamente. Ella tartamudea lo suficiente antes de darme una respuesta concreta.

– Lo suficiente para saber qué estarás en una película de Hollywood y que estarás en New York filmando por un año o tal vez más, no lo sé.

– Denny , vámonos—le susurra Adam con la finalidad de no ser escuchado por mí, pero su plan falló.

En poco tiempo, ellos se esfuman, como si fuesen el gato sonriente de Alicia en el país de las maravillas, aquel que desaparece cada vez que quiere o tiene miedo. Así como el gato sonriente desaparece con facilidad, ellos también lo lograron.

– Hall…te lo pensaba contar—dije un poco avergonzado, lo más posible es que se haya enterado de que me gusta.

– Noah, olvida eso. Te felicito, me siento orgullosa de ti—dice dejando caer sus brazos y acercándose a mí para abrazarme

Lo raro es que este día no me sentí como si fuese su amigo, sentí una conexión más fuerte que la amistad.Pero de seguro he de ser yo, queriendo algo más que una simple amistad. Pero si tengo que ser solo su amigo para no perderla, entonces…no me quedará otra que conformarme con su amistad.

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