Todas las entradas de: JoelFortunato

Solitud Insólita

SOLITUD INSÓLITA

Manjares fáciles sueñan rústicos
hogares en su ausencia persistentes
más que la pizarra mármol fino
con las ruinas de largo suspiro
con la salida que encierra
al jaspe y carbón un mismo vaso.

La música
celeste
nada es
sin
terrestre
oyente.

La apasionada nieve anonadada queda
con la muerte adormecida en brazos
que marchitan al olvido caricias
que amorosos colosos arredran
circundando corrientes balidos
en bólidos astros retorcidos.

Aún
sin
entenderse
se
comprende
al sentir.

Con trémulas esferas y pompa
mudanzas y ternura agonizando
por el infausto gozo cuando crece
rico el firmamento
y estrellas mutantes
con los susurros que mecen.

Aprender
lo posible
es imposible
si no
se
quiere.

Por reverberar nacarado
cada esplendente descaro
cada resplandeciente hueco
cada abismo sonriendo
dónde el eco al éter va dejando
Sólo soledades solas…

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
Tanto del texto como de la imagen.

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Antiquísimas Noticias… (Anticuento)

Antiquísimas Noticias.
((Anticuento))

Estos hechos se han perdido entre los tiempos, tanto, que nadie ha intentado recordarlos. Así que iniciaremos por el final, pues de saberse, sería imposible frenar los comentarios. Las noticias pasan como balas, y cambian el rumbo de las conversaciones, retan al sol y forman columnas densas empecinadas por la tarde demasiado temprana. El tiempo, solo proclama anárquico su tiranía, insensato, enloquecido como profética serpiente, que al clavo clava la canela del desprecio, con tinte purpurino, inaceptablemente borroso al marchitarse y querer ser simplemente belleza.

Esta vez, como muchas otras, nada pasaba y nadie podía impedirlo, mucho menos por el buen tiempo de lluvias a mares al otro lado de los cristales, y estando asomándose el silbido huracanado de un sapo atorado entre la puerta. Evidentemente él no lo sabía, ahí la gente continuaba repitiendo las mismas palabras: ¨¿Porqué todo debe ser tan diferente cada vez?¨.

Puedo asegurarlo, sobre todo cuando hay luna llena y no hay estrellas, éstas se detienen en los pinos, en las ruinas de algunas emociones y en los pozos sin agua: dicen que son los asuntos de la libertad de pocas piedras donde el polvo de los años está en los cables atados a la tierra.
Por eso, acompáñame entre palabras y dejemos que la luz del helecho rosa siga tan azul como siempre, con virginal decoro y sin contarlo.

En resumen, nada de que el viento implacable les agitó los significados a las palabras y se extinguieron las frases, casi podría decirse que nada es diferente siempre, y la incitación al retorno salta de la infancia como inocente camaleón, con los malos pensamientos inflamados mas no amenazantes, simplemente inalcanzables al retirar la piel de los relojes.

Entonces te voy a decir algo. En tanto, espérame un momento, que voy a ver mis notas. Las encontré aprisionadas en las profundidades de una adivinanza, las aparté a empujones y después sacudí el polvo vestido de humedad vieja. Ellas sonreían dándose por enteradas y se ubicaron trabajosamente cojín de por medio, sin embargo, emanaban simpatía y autoridad después de batir los renglones fuera de las hojas como la orquesta de ritmo tropical, lleno hasta el tope con el invierno en dos vasos.
Al final se enamoraron de la montaña, del bosque, de los relámpagos demasiado lentos, incluso excluyendo el verdor de las mañanas, sin discriminar, con el pecho ardiendo y la brisa pura de la paz del sol dibujado en una esquina. A pesar de todo ello, las casas estaban a punto de desplomarse y los alquimistas se intoxicaron con oro, otras habían desaparecido de la fantasía con el ataúd a cuestas. Desde entonces la avalancha de comentarios se apaciguó hasta convertirse en un viejo rumor.

Por eso, una vez más estoy soñando escribir, corrigiéndome por imprudente, al ignorar que las fuerzas del mercado fomentan el desarrollo degradante de los desequilibrios. Así que no espero merezca la aprobación de quien no lee. En caso de que sea todo lo contrario, agradeceré mucho, de cualquier forma, que el premio sea el silencio escondido en el primer olvido que salte.

Ahora bien, dos horas más tarde, todo será recordado, teniendo la impresión de haber abandonado el mundo injusto y tedioso, temblando con los prismáticos desventurados, en la visión glacial de los mismos ineptos, tropezando y lanzando las maldiciones más groseras, imitando vestidos vaporosos durante diez segundos en la noche oculta con voz ronca.

Por eso, desde el principio la multitud permaneció callada, y miraban con repugnancia la podredumbre extenderse en aquel montón de siluetas simulando madurez de escaparates. Mas ella le daba palmaditas en el vientre de los dátiles, con una hora de retraso, como algo vergonzoso e inconcebible por la más reciente antigüedad del último futuro entre las letras disfrazadas de fino arte.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen).

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Crepuscular… (Experimental Filosófico)

Crepuscular…
(Experimental filosófico)

Abrigué al crepúsculo del frío.

Nadie veía más allá del cielo negro alegre. El
sol no había nacido. La sangre del silencio.

Anunciaba el camino sin regreso. Escribí, y desnudé
los hechos infernales y turbios, y las pajas polvosas
escucharon, y los ojos cerraron las puertas magras.

La última sonrisa fue, en el aire sepultada
de grietas y fango elegante, una mariposa que gritaba
su rapacería.
Despedí la ceniza del honor viejo que se aniquiló.

Entre todas las ventanas : en los vidrios masticados
ví al indefenso inerme.
Luego destejí una a una cualquier fé. En el cielo,
agitando al fanatismo. En la superficie del mar,
donde la entregué a un escualo.

En el hondo cementerio
todos huían despavoridos. Y los duelos y yo la perdimos
entre las arenas y las hienas, las rodillas y el perdón
de las lápidas gemelas. En el fondo del abismo, lejos de un laberinto
de reptiles premiados, los vivo con sus escamas
más que inmensas espinas.

El fuego era hielo
la luna maldecía las aves
del lago un esqueleto
dejó los huesos vestidos
con el suelo de sangre seca.
Al abrir los ojos… El alba ensordecía…

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y de la imagen.

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Por El Fuego Del Cristal… (Neosurrealista)

POR EL FUEGO DEL CRISTAL
(Texto Experimental Neosurrealista)

Dónde el núbil fuego adorna
su deseo que tiembla
ciego el viento de opaco
nublado borrascoso en el
espejo de los secretos…

Con todos sus inconvenientes, el amor fortalece el latir
de los corazones débiles, que dan cuenta de sus labios
enrojecidamente peligrosos, con toda su habilidad y sus
jugos explosivos, que cultivan con los años, las defensas
que terminan en un callejón sin salida, como prueba el
mar al peinar la jungla, fabricante de ilusiones entre noches
de pomadas sobrevivientes, que abren horizontes alegres
armados del crecimiento, que ofrece ventanas de peltre.

Por la música de nácar
el instante ha cesado
en la infancia del otoño
escribiendo al viejo
invierno de núbil nieve…

Porqué el sucio camino serpentea hasta la cumbre rosa,
que se asoma entre la inusitada pastura, con las astas
que apuntan al cielo altamente desarrollado, en la roca
en su esfuerzo por ser esponja, con el impulso de una
cuadra, patrullando la playa de un kilómetro, que a nivel
de la calle no se siente, ni más abajo de él, para mostrar
el respeto debido, que derrama su verdad cruenta, dentro
de una canasta de seis milímetros de diámetro…

En la memoria
de la mirada silencia
una libélula canta
al último trineo
¡Qué trina qué truena!…

En cada detalle del nuevo colchón, que reconoce la tarde,
por la exquisita extensión del cilindro, en perfecto trance
de equilibrio, y sorprendente actuación, al trepar los árboles,
y fotografiar los orangutanes cara a cara, muy baratos, y
entre un montón de pelambre enmarañado… ¡Por el fuego
del cristal!… Dada la baja densidad del incremento de los
quesos, en la incesante cornucopia de los suculentos osos,
por estar ahí la bonanza del cristal tropical fuego…

En el alma que suspira
por los bienes fugaces
campanas arcanas
de fúlgido atavío
¡Por el ardor vidrioso!

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y de la imagen.

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Alunizando

ALUNIZANDO

Depositaba el suelo en el bolsillo,
tan lejano del primer diente rosa,
susurrando al clavel andando,
con los dedos en aquéllo…

Y nadie callaba. El frío corría.
¡Piénsalo!.
¿Qué sabe la pluma de hormigas?.

La mañana se ha perdido,
escondido en el silencio, un reloj,
sin sombrero anilla manecillas,
en el follaje del arpista… ¡Abajo!.

¡ Blabla y blabla !.
Blabla que blabla, blablando,
blando blablaba y nada blabló.

Doblando al amor el campanario,
ladrando, sin gente, un canario,
arroja verdes, vientos magros.
Inmortal polvo, del agua temerosa.

Por eso, ves gotear y ves dolido,
tanta letra enmudecida, inmerecida,
humedecida, entumecida, envejecida.

Donde las calles murmuran de noche,
desnudando esbeltas vueltas espesas,
ronroneando rarezas enrarecidas…

Y la estatua de la luna… ¡Solo sonríe!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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