Archivo de la categoría: Poemas

Él No.

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Él no escribía,

ni poemas ni poesía.

Él dibujaba su alma,

con letras y cortesía .

No le creían, no sabían,

si era magia o brujería.

Él estaba en medio de la noche y el día.

Quién le diría que sería,

la musa de aquél,

que escribiendo moriría.

Él decía:

– Yo fallecería ! Pero mis ideas permanecerían!

Él murió siendo leyenda, historia.

Siendo luz y fe,

de aquellos que de libertad gozarían…

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Licencia Creative Commons
Él no. por Alejandro C.A se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en https://cuentosypoemas.com/es/2013/04/el-no/.

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Incienso…

He descubierto el verso,

he traspasado el plasma espeso del incienso.

He descubierto el presente del futuro incierto.

Más no hay pasado verdadero, sin el susurro del viento…

Es incienso…

Es el aroma del poeta inquieto,

El pigmento de la ceniza expresa lo que siento.

Es el incienso…

En un tupido velo suave como la seda,

El reloj de mármol en la vereda…

El tiempo hecho escultura,

Y tal parece, que el poeta y su cultura, ya merecen santa sepultura…

Es incienso…

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Incienso… por Alejandro C.A se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en https://cuentosypoemas.com/es/2013/04/incienso/.

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La Madre

Cuando pudo el sol

estrenar sus ojos,

tú estabas de hinojos

llenos de amargor.

 

Cuando pudo el viento

besar sus mejillas,

fulgor  que no brilla

fue tu sentimiento.

 

Cuando rasgó el llanto

la noche callada,

vigilias doradas

de amor y de encanto.

 

Cuando sonreía

tu alma lloraba,

tus labios cantaban

himnos de alegría.

 

Cuando te miraba,

soñaba tu alma:

tormentas de calma

que te desbordaban.

 

Cuando se marchó

tus ojos brillaban,

dos perlas bailaban

en tu corazón.

 

Y cuando ya el sol

no luzca a tus ojos

tendrá muy guardados

en pecho cerrado

tu blanco dolor,

tu sentido amor…

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Humanidad

No quiero manchar de rojo mis versos,

no, ni de rojo ni de negro.

 

Y no quiero, no, que corran su tinta

borrones de lágrimas mías.

 

No quiero tampoco que queden  muertos,

jamás leídos, no, no quiero.

 

Que no los quiero corridos ni muertos.

No los quiero rojos ni negros.

 

Los quiero como unos ojos azules

o blancos, como blanca nube,

 

fuertes,alegres, sin dudas, sin miedo

a la vida, mirando al cielo.

 

Y mirando al cielo sin miedo a nada

que pudiera romper el alma.

 

Por eso quiero mis versos alegres

y blancos, azules y fuertes.

 

Porque ellos son para ti, yo los quiero

como son… pues que son mis versos.

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