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Carta Dedicada A Mis Hij@s

CARTA A MIS QUERIDOS ENCANTOS DIVINOS (DEDICADO A MIS NIÑ@S, A MI SOL Y MI LUNA)

 

Me da igual que nadie lo entienda o lo crea, y aunque nadie me lo haya pedido, me veo en el positivo y sano deber y deseo de escribir  y expresar mi más profundo agradecimiento. Gracias mis niñ@s. Gracias por y para mis niñ@s. Por su alegría y su cariño, por su amor, bondad y su luz, que emanan de ellos y que tanto transmiten a todas horas, por su felicidad y tantos buenos y amorosos sentimientos. Por su grandísima energía, que tan inocente y desinteresadamente desprenden y contagian constantemente. Cuando tan sólo te cogen de la mano, o cuando te miran con esos ojazos tan brillantes, bonitos y tiernos, que te hipnotizan y estremecen. Cuando te hablan o te llaman, o cuando me dijeron papa, papi, por primera vez, con esa vocecilla tan angelical que con tanta dulzura resonó en mis oidos y cabeza, en mi corazón y alma, cual mágicas ondas que expanden sus vibraciones y se extienden por mi cuerpo. Estando junto a mis chiquitines, en ese preciso instante, es cuando se lo que se siente al estar realmente vivo, dichoso, especial y realizado. Es increible, quasi indescriptible; es como si cada vez que sucediera esto hubiera otro corazoncito dentro del mio propio, alentando, alimentando, inspirando y reanimándote a cada latido. Como una especie de vínculo invisible y simbiótico, que parece comprimirse y detenerse por momentos, cual imágen holográfica suspendida sin espacio ni tiempo; a la vez que también y al mismo tiempo, parece expandirse y alargarse hacia un eterno infinito inmortal, sin límites ni fronteras. Es tan maravilloso el poder ver y comprobar todos los días, en mis propias carnes, el cómo desde el primer átomo, molécula y célula hasta el último pelo de mi ser,  vibran y se emocionan cada vez que están cerca de mi. Creo que es un misterio maravilloso, una de las más grandes y bonitas paradojas que la vida nos puede enseñar; Pues siendo ellos los más pequeños, son los que nos hacen sentir los más grandes, a la vez que siendo ellos también los más inocentes y desprotegidos en este mundo, nos hacen sentirnos los más audaces y fuertes. Gracias por ayudarnos y enseñarnos, y por permitirnos comprender un poco mejor el sentido de nuestras vidas. Gracias por darnos el más bonito y valioso regalo de todos, vuestra presencia. Incluso cuando están en otro lugar, distanciados o alejados de nosotros, los podemos sentir y presentir; nada ni nadie nos podrá negar ni quitar esa especie de encantada y divina conexión telepática. Aún estando separados, basta tan sólo con pensar e imaginar sus caritas lindas y resplandecientes, y ya volvemos a traerlos a nuestro lado instantáneamente, nos vuelven a llenar e inundar de vida, ternura y humanidad. Incluso cuando todavía apenas te escuchan o te conocen, cuando están en la barriguita, únicamente a través de la piel de la madre, tienen el inmenso poder de hacerte sentir el más feliz y afortunado; aunque sus ojillos no te hayan visto todavía y sus deditos no te hayan tocado. Es como si ya antes de venir al mundo, mucho antes, se hubieran establecido esos lazos, ese especial, quasi imperceptible y telepático vínculo espiritual, emocional y físico. Como si ya desde su pequeña vivencia y experiencia intrauterina-intraplacentaria, tuviesen el poder y deseo prematuro de interactuar, comunicarse con nosotros y conectar con el exterior. Mis más grandes, sinceros, humildes y cariñosos besos y abrazos van para vosotros, mis niñ@s; todo mi amor más incondicional es para vosotros también; todos los esfuerzos del que sean capaz mi cuerpo y alma, iran para vosotros; y hasta las últimas gotas de mis lágrimas, de mi sudor, y de mi sangre derrocharé por vosotros.

 

 

Siempre he querido, quiero y querré lo mejor para vosotros. Siempre os he querido,  y os querré siempre…. Por más lejos que creais que estoy, aún cuando mi cuerpo o mi alma ya sean invisibles para vosotros, y por mucho que os parezca imposible, siempre contareis conmigo, con mi presencia y con todo mi amor. Siempre que lo querais, que lo deseeis o lo necesiteis, allí estaré, y podreis sentirme al lado vuestro.

 

Cada vez, cuando en las noches claras y estrelladas mireis hacia el cielo y os parezca que alguna estrella en concreto os hace un guiño, allí estaré…. Cada vez, cuando se os pose un pajarillo en la ventana y os píe, allí estaré…. Cada vez que observeis el inmenso mar y asome un pececillo, como si os saludara, allí estaré…. Cada vez que vayais por el campo y os fijes en una flor en especial, porque os guste, y os la lleveis a vuestra casa, allí estaré….

 

Estaré allí, cuando estando dormidos os despierte un rayito de luz en vuestra cara, o una brisa por la mañana…. Estaré allí, cuando sintais frío y busqueis el chisporroteo y el calor de unas ascuas…. Estaré allí, cuando tengais calor y os refresqueis y renoveis con claras aguas, o cuando os mezan suavemente las olas…. Estaré allí, cuando encontreis un buen árbol cuya sombra os alivie, y cuyo manto os descanse….

 

Sé que estaré con vosotr@s, alumbrando y guiando vuestros pasos y caminos, al igual que vuestro sol y vuestra luna me iluminaron a mi cuando estaba obscuro y cegado…. Sé que estaré con vosotr@s, cuando después de un día encapotado y lluvioso veais aparecer un arcoiris…. Sé que estaré con vosotr@s, cuando sintais las gotas de lluvia y rocio, pues necesitais reconectaros con vuestra naturaleza…. Sé que estaré con vosotr@s, cuando el viento zarandee los árboles y despeine vuestros cabellos, cuando el aire os traiga una mariposa que se pose en vuestra manos, y entonces os digais; ! mira herman@, qué bello ¡….

 

 

!! OS QUIERO MIS ENCANTOS DIVINOS, OS QUIERO MIS NIÑ@S ¡¡¡¡. QUE DIOS OS BENDIGA, CUIDE DE VOSOTROS Y OS GUIE. OS ADORO MIS NIÑ@S, SIEMPRE SEREIS MI FUENTE, FUERZA, ILUMINACIÓN, E INSPIRACIÓN,  MI SOL Y MI LUNA ¡¡

 

 

 

Postdata.- «El hombre más rico y afortunado es aquel cuyos hijos corren a sus brazos, incluso cuando sus manos están vacías».

 

Er Papi.

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Poema No.2


Somos tan inperfectamente perfectos tu me dices blanco y yo te digo negro yo a veces te odio pero tambien te quiero y es que ya ni recuerdo como comenzo todo esto solo se que te convertiste en mi complemento eres el rayito de luz que entra por mi ventana la niña que le da alegria a mis mañanas la mujer de mis sueños con la que quiero compartir mi vida entera mi luna mi sol mi estrella hoy solo se que mis ganas de vivir tienen sabor a ella

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TIC TOC COCO!!!

Abrí los ojos somnolientos, apenas podía distinguir que me encontraba en mi habitación. Con algo de sueño me levanté y con pasos temblorosos me dirigí al baño, eran las 6:38 de la mañana, sentí un sabor a sangre en la boca y un líquido que brotaba de mis encías; pronto, el líquido se tornaba mayor, tanto así que ya no me era posible tragármelo, debido a eso, comenzó a emerger por mi boca, el piso de cerámicos blancos ahora tomaba un color carmín, entonces realicé que el líquido era sangre, fue así como levanté la cabeza para poder observar la herida de la que salían litros de sangre, al verme en el espejo, me horroricé de forma extraordinaria.Aquello que me causaba un estupor tremendo era que, al abrir la boca para ver la herida, noté que mis dientes se encontraban completamente podridos y desordenados, de modo que, los molares ahora estaban en el lugar de los caninos, y los incisivos dispersados alrededor de toda mi boca; jamás había visto cosa parecida. Finalmente, cuando parecía que la sangre dejaba de brotar, me dispuse a buscar la supuesta herida causante de la hemorragia, después de unos minutos, sin hallar vestigio alguno de cortadura o infección, sentí deseos increíbles de vomitar. Para esto, todo mi baño se encontraba cubierto de color rojo, mis vómitos solo eran sangre y no como comúnmente sucede que se regurgita la comida digerida, pero no, solo sangre; luego de 10 minutos de vomitar, sentí que vomitaba mi lengua, luego una especie de tubo delgado emergía de mi boca, tenía conocimientos básicos de anatomía, así que comprendí que vomitaba mis entrañas, luego, observé que salía una bolsa, el estómago, luego dos tubos, los intestinos delgado y grueso.Yacía completamente bañado en sangre y cansado, debido a las contracciones que realizó mi cuerpo al vomitar. Contemplé mis órganos en frente de mí, me toqué el abdomen y sentía un vacío alucinante, solo costillas y piel, asombrosamente seguía con vida. Vi el reloj y marcaban las 7:30; iba a llegar tarde al trabajo, así que me afeité, me vestí y me encaminé con destino a mi oficina.No duré mucho…

 

Raael Romo ®

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LA VIDA DE UN HOMBRE RICO.

frase

Empezaré a narrar un cuento el cual hace mucho tiempo pude narrar y nunca narré teniendo muchas oportunidades. Ya puede que mañana no me acuerde y es necesario que intente recordarlo y hacérselo saber a alguien; he de ver entonces si ahora me acuerdo de los acontecimientos que atestiguan lo millonaria que puede llegar a ser un alma sin poseer un solo centavo en su bolsillo. Hace cincuenta y tres años atrás, un 29 de agosto, un día faltante para mi cumpleaños, he habido yo de reconocer la esencia de un sueño el cual me había hecho muchas rondas durante las tres últimas noches de esa semana. Digo reconocer porque de alguna u otra manera ya le conocía, solo no habíamos acudido a nuestro encuentro. Ha de haber sido aquel día un acto noble de los dioses, casualidad prodigiosa del destino o misericordia de la Divina Providencia para que por nuestras mentes se nos cruzara el concordar en ese lugar al que siempre reconoceré como el Edén, porque he allí la única explicación que encuentro para tan maravilloso acto divino producido aquel día. Antes de continuar, he de invitarle querido lector a que se disponga a no leer las siguientes líneas con los mismos ojos con los que ve las cosas cotidianas sino a que mire un poco más, con el alma, porque en esta yace la semiótica que me permitió reconocer el suceso antes mencionado. Aquella mañana había yo decidido salir por la tarde, puesto que la noche no fue para mí de gran venturanza. Amargado por conversaciones vacías e impregnadas de sueños parecidos a los del famoso Ícaro, que queriendo volar más y más alto el impetuoso cielo, terminó muriendo cerca de las delicadas aguas de Samos. Imagino la agonía que ha de haber sufrido el joven, ya entre las aguas, sin oxígeno que alimentase sus pulmones. La imagino y entiendo a la perfección porque ese era mi estado en aquel momento, en búsqueda de oxigeno que alimentase la esperanza de continuar viviendo entre los fracasos de los sueños que en algún momento creí yo poder enarbolar ante cualquier adversidad. A pesar de todo siempre he creído que las cosas que buscamos no hay que buscarlas para encontrarlas, ellas llegan en el momento que decidimos esperar o en aquel en el que no esperamos nada, y fue así, en aquel día buscando sin esperar nada, encontré el oxígeno que hacía falta a mi vida; la llama que produciría en mí marcha al carbón húmedo de un viejo tren.

Nunca le conté esto, querido lector, nunca me atreví. Aquella tarde al verla tan libre, tan suya, tan radiante y carismática, todo mi mundo comprendió la belleza, el amor y dulzura que había en mí, pero que estaba atrapada en un cuerpo muerto, rutinario y vil. Comprendí entonces que mi vida debía cambiar, que mi locura debía florecer de nuevo, no podía esconderlo detrás de la seriedad del trabajo y los viajes que ya estaban perdiendo todo sentido lógico. Entonces me le acerqué, comprendiendo que era ella la forma en que la vida me daba la oportunidad de empezar de nuevo, de cambiar mis sueños y de recuperar los que había dejado atrás. Ella, al finalizar el día, y sin saberlo, se convirtió para mí, en la nueva esperanza, rayo de luz, quimera del desierto, salutación divina ¡oh gloriosa mujer! Conversamos esa tarde como dos niños que comparten un juguete nuevo, emocionados de la nueva adquisición y de mostrarle el uno al otro lo increíble que podía llegar a ser. Ella conoció mi primavera: la maravilla de un principio de año, y también la desdicha de mis últimos días: mi invierno. Yo la enamoré, sí, me hago responsable de ese evento, pero por favor no se agravie lector, mis intenciones fueron las más nobles, yo era alguien que con mucho esfuerzo había habitado entre los mal entendidos del amor, pero nunca había encontrado a alguien como ella, que me enseñara a amar mi invierno y a disfrutarlo, a querer ese frio a mitad de la noche o ese helado baño durante la mañana. Era imposible no enamorarse de ella, y no precisamente por verla, no sólo era eso, si usted tuviese la oportunidad de conversar unos minutos con ella comprendería que la quise para mí porque ya ella me tenía para ella, con cada palabra que salía de su boca, no eran palabras vacías como las del resto, cada palabra emanada de su boca llevaba vida, paz, enseñanza. No solo era su forma de actuar, era su forma de hablar la que me volvía loco, lo que me enamoraba. Entonces, en vista de yo no poder evitar tal suceso, tuve que recurrir a enamorarla de igual forma, y agradecido estoy conmigo por haber tomado tal decisión, pues si no hubiese sido por eso jamás hubiese yo podido recuperar las alas que perdí a mitad de la carretera por ir detrás de un tren que ya había perdido. Tren que había decidido abandonarme muy conscientemente y que luego volvería a mí buscando consuelo porque alguien decidió no seguir más en su viaje.

Muchas noches la conocí, y ella a mí. Viajé días enteros para encontrarme con ella, para escucharla hablar, así fuese con alguien más. Siempre encubrí estos viajes con excusas de tipo político o académico, para que ella nunca conociera que la razón real de cada encuentro esporádico entre nosotros en realidad era una de las tácticas que utilizaba para lograr que, de alguna u otra manera, fijara su mirada hacia mí y notara que yo estaba ahí, para ella, esperando que por alguna coincidencia premeditada, ella viera eso que yo veía, eso que nos unía desde la distancia. Y al final lo logré, después de recorrer cientos de kilómetros, presuroso a su encuentro, después de compartir mil y una noches mirando las estrellas desde su habitación, descifrando esa mente que ella llamaba indescifrable, y que creo no había mejor manera de describirla a ella:

  • Inefable
  • Noble
  • Deseable
  • Ecuánime
  • Sincera
  • Carismática
  • Incompresible
  • Feroz
  • Radiante
  • Artística
  • Benigna
  • Loable
  • Enigmática

De todas las cosas en las que podíamos estar en desacuerdo ese fue el más perfecto argumento que no pude nunca considerar irreprochable, porque en esencia era: indescifrable. Fue maravilloso vivir tantos años a su lado descubriendo cada faceta nueva que presentaba a medida que pasaba el tiempo. Nunca fue estática, siempre innovando en todos los aspectos de su vida, y yo, viéndola crecer, me hacía sentir el hombre más afortunado del universo, al encontrarla a ella encontré la fortuna que pocos hombres son capaces de conocer si quiera por un pequeño instante de su vida, porque siendo sincero querido lector, sin ella no era yo diferente a cualquier habitante de la calle mal oliente, sin un pan o una bebida que colocar en su boca. Hoy, gracias a todo lo que ella me enseñó he aprendido a valorar el tiempo que paso conmigo, aunque me temo que esta será la última noche que vuelva a dedicarme. Jamás el tiempo de la vida me había pesado tanto, mezclado con la felicidad de recordarla crea en mí un estado difícil de explicar. Ella fue el sueño más largo que pude concebir, un sueño que me hizo vivir después de años de caminar sin vida. Pero hoy que ya no está, es hora de despertar, de aceptar la alarma que trae la muerte recordando que nada durará para siempre. Ahora puede usted disponer de esta historia como mejor le parezca, puede quemarla, creerla, desecharla, ignorarla pero lo único que le pido que no haga con ella, nunca, a pesar del tiempo que pase, es olvidarla. Porque ese día, ha de haber muerto la riqueza que se escondía en aquella mujer, que si bien tengo un poco de suerte, me ha de estar esperando en aquel lugar que siempre conoceré como el Edén para que tengamos de nuevo una grata conversación en donde le cuente aquellas cosas que jamás le confesé por terquedad o por temor.

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Dime Que Es Verdad Y Te Creeré.

Si tú me dices que el cielo es azul porque así se lo pediste a Dios, yo te creeré.

Puedes hablar y parlotear la primera tontería que por tu mente pase y yo siempre te creeré.

Creo en ti de una manera imbécil, soy imbécil por creerte.

Si tú me dices que es verdad aún sabiendo que es mentira, yo creeré, la manera de decidir por mi misma y de tener criterio propio desapareció el día en que te conocí y que empezaste a pintar con palabras un mundo de fantasía.

Da igual, si dices que me amas, creeré, y me hará ilusión la mentira, porque soy idiota, y tu me haz echo idiota y tú dices que es verdad y yo te creo.

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