Alas se ausentan,
alas pequeñas de pájaros sonrientes,
nubes suben con la sinfonía de sus vuelos,
nubes montadas sobre sitios solitarios
de elegantes cielos silenciosos.

Laureano Asoli

Sopla el viento,
sopla la lluvia
y el pájaro ya no canta
ni vuela,
duerme dulcemente
en el nido,
silba en cada sueño
bajo un sol violento
que acuchilla la ciudad.

Esa mañana estabas parada en la estación,
esperando el colectivo que no llegaba,
esa mañana temblaste de frío
y el viento te soplaba el pelo,
tus ojos verdes lagrimeaban
mientras al cielo lo cubrían las nubes
y los pájaros buscaban un refugio
para evitar mojarse con una futura lluvia.

Laureano Asoli

Es tan gigante la ciudad,
tan largas son sus calles
y cuando llega el anochecer decido recorrerla,
insinúo ser un extraño o un extranjero recién llegado,
pregunto con un acento raro
donde queda tal calle y tal calle,
donde queda tal plaza y tal plaza,
donde queda tal bar y tal bar,
donde queda ese río tan conocido y como llegar a tal lado,
que colectivo debo tomar y donde lo debo esperar
y cuando me indican algo me hago el desentendido
y luego me pierdo por ahí.

Laureano Asoli