Mis Noches De Dolor (Poema)

Las estrellas brillan por ti y titubean allá en lo alto como mi corazón fluctuoso tan distante tuyo.

En la madrugada de sueños y de anhelos vacilantes estabas tu, tan serena y apacible; mientras yo me encontraba atrapando luciérnagas opacas en la tempestad nocturna y somnolienta.

Hay noches en las que me siento sólo, triste, alicaído, y mis sentimientos se encuentran como pájaros extenuados que sobrevuelan el cielo, sin hallar un árbol donde reposar.

Golpeo a tu puerta una y otra vez, sin descansar. Llamo a esa puerta cerrada que está como temerosa de abrirse y un viento en mi penumbra se lleva mi esperanza y mi ilusión; y me aferro a tu sonrisa, a tu mirada y a tus palabras, tratando de calmar mi melancolía y mi dolor.

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Ella

Solo un pedazo de hoja que el viento se llevo, solo eso quedó y el recuerdo del café de su mirada, ella ni siquiera volteo a verme, su gabardina color ocre se perdió en aquel café típico de las tardes de verano.

Atónito me preguntaba y el silencio no respondía, ante mi vista se asomo un resplandor, un liquido cristalino bajo por mi mejilla y cayo al suelo.

Las hojas se desprendían con facilidad de los arboles a causa del viento, así mis lágrimas inundaban el suelo con su salinidad por la despedida de ella, ella, la mujer de mi vida.

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El Extraño

Hacia un frío tremendo por aquellos días en aquel viejo pueblo alejado de la civilización, las horas transcurrían lentamente y una gota cristalina apunto de caer del tejado, se resistía a respetar la gravedad.
En la lejanía del torcido camino de roca volcánica, una silueta gris caminaba con dirección al pueblo.

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CUERPO DE MUJER, ALMA DE VARÓN

Nací en un cuerpo extraño

O tal vez regresé de alguna vida ajena…

Me miro al espejo y lloro

Porque no soy quien realmente deseo.

Tengo un nombre que termina en “a”

Y cientos de vestidos cortos,

En mi baúl están todos aquellos recuerdos rosados

Que me imponía mama:

«Que carritos no, que trompitos tampoco…»

Nací en un cuerpo que no era mío,

Mis ojos volteaban cada vez que veía una mina pasar,

Disimuladamente me enamoraba en silencio.

Anhelaba tanto amar.

Mis padres eran homofóbicos y decían cosas muy crueles,

Cada vez que me desnudaba y veía el espejo 

No era yo…

Quería ser yo.

 Quería un nombre que termine en “ol”

Ya no quería ser rosa ni flor,

Quería ser bambú o Poll.

Empecé por cortarme el cabello,

Y mi familia estalló,

Empecé a usar pantalones cortos

Y camisas de badboy.

Me buscaban novio de donde sea

Y sentía la presión

No entendían que no quería ser Rosa 

Sino Poll.

 No quería estos senos

No quería caderas

No quería ser lo que soy

Soñaba más que nada en el mundo con ser Poll.

Quería una barba negra

quería bíceps y abdominales 

Quería ser quien realmente soy.

 SÍ, quería casarme,

SÍ, quería enamorarme,

De alguna rosa o alguna flor,

Pero no era feliz.

Tenía tanto miedo

De ser quien soy …

Mi familia me abandonó,

Me dejo en desamparo,

Traté de seguir solo,

me abrumaba las sombras.

Y algunas mujeres  no entendían

Lo que realmente yo sentía.

 Ame a muchas rosas y muchas flores

Pero el odio y el rechazo

Acabó con mi vida

Con mi sueño

Con mi anhelo…

Decidí morirme

Porque no pude aguantar,

Este rechazo…

Este desprecio

De los seres que amaba.

 Si lees esto algún día

Y sabes de alguien así.

No le des la espalda dale la bienvenida,

No lo señale o condene su vida,

Porque terminará como yo.

En la sombra de una lapida.

De un cementerio de suicidas.

 

“Ama… deja amar… deja soñar…”

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Hay Veces

Hay veces que ves caer la lluvia

tan solo para recordar

Hay veces que dejas a la imaginación

jugar entre nudos perversos

Hay veces que ves caer la lluvia

buscando aliarte con el silencio

ver que todo es imperfecto

te hace superar la realidad.

Hay veces que todo lo que te rodea

te hace desear lo imposible

y llegar a pensar que tal vez

un cuchillo no sea tan cruel.

Hay veces que respirar cuesta tanto

que preferís estar dormido,

pero eres tú el que se deja hundir,

ere tú el que no quiere despertar.

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