«El mundo tal como ha existido sin nuestra intervención, como ha sido transformado con nuestra aparición y como será empeorado con nuestra permanencia solo tendrá un determinado final si no se actúa de una vez por todas. Recordemos que el lugar del impacto es el más afectado, pero la onda expansiva también genera destrucción, porque aunque tarde en llegar, no significa que se haya detenido. Todo es cuestión de tiempo. ¿Preferimos seguir ignorando el fin, o construir un muro de seguridad?»

«Que extraño es que sin razón aparente haya días que deseas que terminen pronto, y sin embargo, hay otros que lo único que quieres es que no se acaben nunca. Tal vez algún día sepamos como utilizar esas emociones y activarlas o desactivarlas a nuestro favor, ¿y quien sabe? puede que empecemos con una nueva fase; sería la raíz perfecta que germine en algo extraordinario»

La lluvia, compañera cuando llega en el momento y la cantidad justa, enemiga cuando todo se desborda. No hay mayor placer que dormir con lluvia. Despertarse en una cama calentita y escuchar el dulce sonido de las gotas golpeando en la ventana. Hermosa sensación que dura lo que una tarda en darse cuenta de que se tiene que levantar para ir a trabajar. Es en ese instante en que la lluvia ya no es más mi amiga.

Ni pensar en manejar con una lluvia fuerte encima. Es cuando los sentidos se agudizan, las divisiones de los carriles se borran, y comenzas a pensar: ¿voy bien? Una mañana oscura y lluviosa al volante.

La mejor parte es cuando llegas a destino sin contratiempos. Solo espero que el día laboral no se presente como el clima.

Llegada a la oficina, un café, buena música y a aplicar magia.