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Magnánimo Cándido… (Experimental)

MAGNÁNIMO CÁNDIDO
(Experimental)

Acaso se me preñe la pluma
que al sol muere tiempos viajeros
por el simple mortal que tuvo
la imagen de un fin dichoso
donde forjan flor los ceibos quedo
y muda la paz sin culpa.

Los espectros en letargo
inventores de primaveras inocentes
con la adversa suerte embravecida
al ritmo pasional de lánguidos perfiles
pobres soñadores de manos imperiales
en lúcidas cadenas del boscaje umbrío
en el estertor que muerde arenas
y el viento huracanado vende iluso
amargas hienas, garfios y huesos.

Al risueño sueño hueco
en vidas torturadas cenizas
al rumor de las ventanas
en jardines de brisa grácil
al impúdico laurel vil
con la pena al cuello cautivo
al nacer la turba impía
al querer menuda un reino.

Por ahijar espinas con cadenas
transparentes recubiertas
entre prórroga y afán
paréntesis disperso
silencio venerado al sol
con el puñal y su dulzura
mística paleta de infinito
agricultura rojo terciopelo
por hondas vibraciones frías.

Mortaja monótona y planicie
fósil de atardecer fragante
con el blancor esfumado
al contraluz semilla incierta…

Murmurante hiedra y piedra
ávido vaivén del desconsuelo
murmura tintos los extintos
y se duele
cuando no duele herbal.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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KORY Capítulo 1 Casi Me Mato

Kory despertó con un dolor profundo en sus manos, casi no podía respirar y cuando abrió los ojos solo vio una pared muy blanca, luego se percató de que estaba en la cama de un hospital y que llevaba una bata blanca, de pronto empezó a recordar cómo llegó ahí y mientras recordaba comenzó a llorar.

Aquel día Kory salió de la universidad a toda prisa, mientras corría hacia su casa su corazón se aceleró y sintió un nudo en la garganta, cierta tristeza que solo él entendía, entró a su habitación y cerró las cortinas por completo, fue hacia el armario abrió un cajón y saco una corbata, se sentó en su cama e intentó resumir toda su vida en un instante, encendió un cigarrillo y empezó a sonreír, mientras fumaba, pensaba en las palabras de su madre “hijo mío el cigarrillo te matara” y él decía en voz baja “madre soy más veloz que un cigarrillo”.

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