El árbol tímido

Había una vez un árbol que se movía poco, siempre permanecía en silencio. Él pensaba que sus amigos se reirían de su voz ronca y sus torpes movimientos. Un día vino corriendo, corriendo un ventarrón que hizo samaquear a todo el bosque. Sus compañeros árboles movieron sus ramas y gruñían. Él se resistía a moverse y pronunciar sonidos. Dado que el alboroto iba en aumento, no le quedó más remedio que moverse. Se movió tan fuerte que espantó al ventarrón.

 Los otros árboles rieron a carcajadas y agradecieron al compañero tímido, con alegres soplidos.

A partir de ahora, cuando el viento se acelera con fuerza, bambolea sus ramas. Y al sentirse sofocado, baila y sonríe al sol. Así, el árbol tímido despidió a  la timidez para siempre. Hoy se acepta y expresa lo que siente con calma y valentía.

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El Farsante.

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Oye, no solo es dolor lo que hoy siento,

y dirás que tal vez es cobardía,

reconocerlo implica gallardía,

negarlo incrementa este sufrimiento.

***

Renunciar a ti, es todo un gran tormento,

ya vivir a tu lado es un martirio,

incongruencias o quizás vil delirio,

ves, es todo lo que hay por el momento.

***

Son cosas del amor las voces gritan,

secreto olvidado viejos amantes,

rosas calcinadas que se marchitan.

***

En tu mundo viven muchos farsantes,

caricias y placeres   necesitan,

prefiero que seas, como eras antes.

***

Manuel Ibarra©

Caracas/Venezuela

20-03-2024

Derechos reservados.

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Huesos

Mi cuerpo se está fisurando, se agrieta y corroe, cada vez sirve menos. ¿Tendré alguna enfermedad mortal? ¿Será mi final? Todo mi cuerpo se está cayendo, quebrantándose y doliendo. Nadie quiere escuchar el horrible final que en mí pasará, sé que algo está mal. Lo escucho en cada crujido de mi cuerpo. Todo fallará, ¿me creerán cuando mi boca deje de hablar? ¿Cuando mi corazón no se escuche más? Llega el final, todos mis huesos rotos. Pronto sus gritos callarán y podré en paz descansar

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Todo O Nada

¿Por qué en un aterrador sueño, justo cuando empezamos a respirar rápido y nuestro corazón late aceleradamente, despertamos en medio de todo eso y creemos que lo que ya pasó fue insignificante?

Sumergidos en nuestros sueños, nos sumergimos en lo más profundo de nuestros pensamientos. Apenas la luz del día ilumina esa parte reprimida y oculta. Los rayos de sol penetran abruptamente cuando percibimos que la oscuridad de la noche está en camino.

En esas regiones habitadas, descubres nuevos lugares con criaturas que pensabas que no existían, apariciones confusas, gestos inapropiados, abrazos lascivos. Pareces estar perturbado mentalmente, divagando.

Una vez liberado de ese extraño y perturbador enredo que atrapa tu mente, te desplomas en una cama suave, cálida y reconfortante. En resumen, un colchón cómodo en el que puedes descansar tus divagaciones pasadas y reflexionar sobre tus supuestas aspiraciones futuras.

¡Qué delicadeza la forma en que la suavidad de mis sábanas me envuelve! Tan blancas, tan transparentes de nuevo.

Olvidada la sombra proyectada sin necesidad de luz que me influenciaba, caigo, como siempre, en la exploración de mi mente llena de gigabytes. Ahora distingo entre fantasía y realidad. Me reinicio. Lista para enfrentar de nuevo.

La realidad nos abruma, nos agobia, dificultando que profundicemos en nuestras raíces más antiguas, las cuales solo regamos en la madrugada.

Una vez que el día ha terminado, te sientes lleno de energía por haber cumplido con tus obligaciones y responsabilidades, a las que consideras todo, solo para luego sumirte en la nada…







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Mi Querida Pluma

Tu mano y mi mano, juntas como aquella hoja de aquel caluroso árbol cerezo. Tus suspiros y los míos, que se agrupan para encender aquella fría llama de aquel coral bello. Tu cuerpo deslizándose como pluma en aquel helado suelo, que junto a ti, se derite. Tu calor frío que me abraza en mis oscuras noches. Tus gemidos que hacen que mi oídos florezcan aunque estén helados sin tu ausencia. Tu aroma que no tiene encuentro, que me permite revivir aunque esté destrozado..

Y aunque estés bajo oscuridad y bajo la inmensa soledad de la tierra, yo te seguiré esperando en aquel helado suelo de verano…

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