Eterno Compañero

Vagamente recordaba la última vez que la vi.

Mientras caminaba, la fría llovizna hacía que mis zapatos resuenen en la vieja vereda. Acompañado por la ya tenue luz de los faroles, dejaba que mi sombrero barsalino y mi traje confundieran su hedor a cigarro con la respetada esencia de la tierra mojada.hombre-anda-lluvia

Apenas puse un pie en ese bar, la melancolia me inundo el pecho. Prendí un cigarro y le pedí al pobre desfachatado que me sirviera un whiskey para intentar perderme en el llanto de aquel bandoneón.

Quizás, si no la hubiese notado al pasar, sus ojos se hubiesen perdido en ese mar. Pero cuando la vi bailar… Dios supiera con qué  gracia e inocente sensualidad, movía sus caderas e interminables piernas

¿Cómo pude pensar en acompañarla esa noche? Estaba como un niñato nervioso de tener la torpeza de romper algo frágil. Me sonrió con dulzura al acabar el recorrido y me despidió con un beso. Quien diria que seria el ultimo; maldito sea el dia en que ese pobre ruin borro la sonrisa de ese angelical rostro.

Que amargura pensar que ese fachenzo se hacia llamar su eterno compañero.

 

 

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