Microcuentos Para Un Pueblo Sensato

 

Un alma en pena soy,
Aún no he pagado la condena,
¿En cuántas vidas he fallado?
¿Si son mis manos?
O solo es un recuerdo,
¿Si son mis memorias?
O hacen parte del castigo.
Tatiana L.

  1. Hoy no quiero peinarme, dijo ella en cuanto se levantó a las 5 am como de costumbre. Sus manos sudaban, tenía el presentimiento de que el día no sería como los otros.
    Al levantarse de la cama percibió un aroma a claveles, inmediatamente recordó todo lo que había vivido en su infancia y que los claveles siempre habían sido sus flores favoritas.
    Bajando las escaleras noto que el aroma era una mezcla de claveles con algo más, ¿Qué será? Se preguntó. Miro a su alrededor y no había nada fuera de lo común, estaban los muebles en orden, el gato tomaba plácidamente la siesta en el canasto de la ropa, pero ella sabía que algo raro ocurría.
    Con cada paso que daba su voz interior le decía: ¡Detente, sube rápidamente las escaleras y llama a la policía!, aunque todo estaba en orden había algo que no encajaba, el cuadro de sus padres muertos estaba torcido, ¡Alguien está en la casa! Pensó. Caminó hacia la cocina y con cada paso que daba el aroma se hacía más notorio. Extrañamente las luces y el televisor de la cocina estaban encendidos, pero no había nadie allí, se dirigió al refrigerador para sacar un poco de leche y vio que bajo uno de los imanes había una nota que decía: Sonámbula eres y se acerca tu muerte.
    Recordó que siempre guardaba el teléfono celular en el bolsillo de su pijama, rápidamente lo busco para llamar a la policía, pero no estaba allí. ¡Qué está pasando! exclamó, abrió la ventana que daba a su patio trasero para que entrara un poco de aire, las flores blancas que había cultivado con tanto esfuerzo tenían manchas marrones, sintió el olor a claveles con algo más. Venia de allí, de su patio, saco la cabeza por la ventana y ahí estaba, un cuerpo tirado en medio del pasto, había sangre, mucha sangre regada en el patio ¿Cuánto llevaba ese cuerpo allí?, ¿Quién lo asesino?, al lado del cuerpo había un ramo de claveles. Mientras observaba la fatídica escena alguien poso su mano en el hombro de ella, un frió recorrió su cuerpo, posteriormente una voz le dijo: Es hora de tus medicinas loquita.

 

 

2. Nunca había sentido un frió tan penetrante en mi cuerpo, no recuerdo donde estoy ni como llegue aquí. Todo está oscuro, pero puedo sentir la desnudez de mi figura. Los recuerdos de la infancia pasan por mis ojos, experimento una sensación de vértigo, jamás me han gustado las alturas, un aroma invade el lugar…. ¡Sé que es! Formol, lo reconozco porque mi padre administraba una funeraria, Me gustaba acompañarlo al trabajo, jugaba entre los ataúdes y sentía que los muertos me escuchaban. Una voz interrumpió mi recuerdo: -Doctor, Ya es hora de realizar la necropsia.

 

 

3. Mulata ¿hasta dónde vas a cargar esa aflicción? Preguntó Juan en medio del supermercado sin obtener respuesta. Ella era una mujer muy bella, se dedicaba al saneamiento de estanterías y ventanas, había una expresión dolorosa en su rostro y por más que pasaran los días no se borraba. Juan siempre asistía al supermercado antes de ir al trabajo, en ese lapso de veinte minutos no paraba de observarla, le gustaba como se movía su cabello rizado de un lado para el otro mientras limpiaba.
Una noche caminaba a la deriva, pensando en aquel amor no correspondido, de repente se encontró parado frente al supermercado y allí estaba ella… la encontró barriendo las hojas que Caían de un pequeño árbol sobre el patio trasero del supermercado. Juan se acercó y le pregunto el nombre. Ella le respondió que la conocía bien, fue precisamente hace un mes que la rapto en ese mismo lugar y la asesino.

 

 

4.  Por las calles del sol caminaba el número de Euler, su fama se debía a que en la ciudad no había nadie como él, todos los otros eran números enteros. A pesar del furor que causaba por donde pasara “e” se sentía muy solo, todos los números de la ciudad tenían pareja, él era el único que se despertaba en las mañanas y no tenía a nadie. Una noche salió a caminar al parque corona del sol y todo lo que veía a su alrededor lo hacía sentir más triste, primero pasó el uno con su novia dos, luego pasó el tres con su novia cuatro, todos se veían felices, “e” llevaba tanto tiempo mirando las parejas de enteros que no percibió que alguien más estaba sentado en su banca, una voz lo saco de su trance depresivo:- Hola, Tu eres el famoso Euler ¿Verdad?
“e” se sorprendió ante tan bella cero, tenía una mirada penetrante y el cuerpo más perfecto de toda la ciudad, nuevamente le habló:-Hola, ¿Te sientes bien? “e” Le respondió que no, su soledad lo tenía muy triste, la cero lo invito a su casa, allí Euler se elevó a la cero y se volvieron uno.

 

 

5. Plácidamente escuchaba las olas del mar, horas después el sol quemaba mi piel pero no podía moverme de allí. Los olores en la playa son muy confusos, percibía una mezcla de sal con pescado, limón y licor.
Comencé a recordar con melancolía las noches en que la abuela se me acercaba con la cena y comenzaba a cantar profundas canciones de romance. Una voz en la lejanía interrumpió el hermoso recuerdo:
-¿Puedo ayudarla en algo?…. Nuevamente la voz: ¿Señora se encuentra bien o le ayudo en algo? El silencio incomodo hizo que la voz no se manifestara más.

 

 

6.  Sentada en la banca del parque más cercano a las estrellas con un vaso de café, me detengo a mirar tanta putrefacción a mí alrededor, ¿Hay algo que se salve en este mundo banal y ruin? ¡NO SE, SOLO OBSERVO!
En frente de mi pasa un señor apurado. Mira constantemente su reloj, acaso ¿se va a encontrar con su esposa? ¿Va para el trabajo? ¿Tiene un encuentro especial? ¡NO SE, SOLO OBSERVO!. Pasan tres segundos y desciende de mi vista, dejándome un sin sabor de su presencia. Un perrito sin collar aparece de repente meneando la cola, me huele, menea la cola, juguetea con mis piernas, menea la cola, se sienta ¿Acaso espera que lo alimente? ¡NO SE, SOLO OBSERVO!. Busco en los bolsillos de mi chaqueta algo de comida, solo encuentro unas galletas, le ofrezco una y la rechaza, luego se va en busca de otra víctima.
La noche comienza a enfriar y los nocturnos a salir, unas chicas vestidas de fiesta en medio de un alboroto hablan de lo mucho que van a bailar esa noche ¿ A dónde van? ¿No tendrán frio? ¡NO SE, SOLO OBSERVO!. Un muchacho las mira en la lejanía, se acerca cada vez más ¿Qué desea? ¿Va a robar? ¿Sigue a alguna de ellas? ¡NO SE, SOLO OBSERVO!. Desaparecen de mi vista rápidamente. Una paloma camina tranquilamente por la calle ¿Dónde está su hogar? ¿Por qué no duerme? ¿Tiene hambre? ¡NO SE, SOLO OBSERVO!. Un vigilante del lugar se sienta a mi lado con intenciones de conversar, me pregunta ¿Qué hace usted aquí? La he observado y lleva más de dos horas aquí sentada con un vaso de café, sonriendo le respondo ¡NO SE, SOLO OBSERVO!..

 

7.  Constantemente miraba las estrellas y me preguntaba por la vida inteligente más allá del sistema solar, era una fracasada profesora de física, hasta que ellos llegaron a mí.
En una noche serena de febrero viaje al lugar más tranquilo de la ciudad, me sentía plena rodeada de naturaleza, armé mi telescopio y enfoqué la alineación de júpiter, venus, marte Saturno y mercurio, de repente observé que una luz se aproximaba al lugar donde estaba ubicada, el miedo invadió mi cuerpo, nunca había visto un objeto que viajara tan rápido ¿Qué será? Me preguntaba una y otra vez. Hasta ahí llega mi conciencia en el planeta tierra. Recuerdo que me desperté, estaba tendida en el suelo de una especie de nave espacial, esperaba a que salieran los extraterrestres, imaginaba que tenían dos cabezas y cuerpo en forma de pulpo, así como los de la televisión, pero no, un caricaturesco insecto se dirigía hacia mí, me dijo que me calmara porque todo iba a estar bien, tenía muchas preguntas, entre ellas ¿Por qué me estaban llevando con ellos?.

 

 

8.  Alma ausente
Las noches son grises, los días son fríos. Me pregunto por el ausente, tenía una mirada penetrante y la mente inquieta. Aun no sé qué paso, una noche me levante y su olor se había desvanecido, una pequeña corriente de aire entraba por la ventana, ¡Aun estaba allí! Su pequeña planta, la cuidaba desde niño y yacía al lado de la ventana, ¡él jamás se marcharía sin ella!, pero lo hizo. Alguien llama a la puerta ¿Quién será? Por lo general nadie me visita, me dirijo a la puerta, una voz violenta me recibe al abrir la puerta: ¡Esta devenida por el asesinato de su marido!

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