LA MUERTE

Ya lo se que tu te vas

Pues tengo que aceptar, que nunca volverás

Ha llegado la hora de nunca despertar

Pues tus ojos ya no brillaran

Ni con mi mirada triste y apocada abrirán

Tu ya partirás de la vida a la eternidad

Pero tendrás la tranquilidad

De pensar que cumpliste con tu deber

En esta  humanidad

De dejar huellas con tus actos de solidaridad

En cada uno de los corazones de esta necesitada comunidad.

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