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Nací el 7 de agosto de 1973. Cursé jardín, primario y secundario en el mismo colegio privado. Luego cursé y me recibí de Contador en la UBA, igual que mi viejo. Mi primer trabajo fue como ayudante de contador, ayudante de mi viejo. Siempre me gustó la música, la literatura, el cine. Nada de esto le gusta a mi viejo. De adolescente me encantaba el fútbol, aunque era pésimo jugando; me encantaba hacer música aunque nunca fui una eminencia; me encantaba escribir, porque lo puede hacer cualquiera. A los 24, me puse de novio por primera vez, y empecé a recuperar el tiempo perdido en lo que respecta a tener sexo. A los 29 me casé, como se suponía que debía hacerlo. A los 37, me voy a casar como yo quiero, con la mina que me hace feliz y con la que vivimos la vida que queremos permanentemente. Tenemos dos hijos que son los que justifican mi autobiografía. Actualmente sigo haciendo música, escribiendo, viendo cine. También tengo un estudio contable, como mi viejo, que ya no trabaja, ni recuerda ninguna canción, libro, o película (tiene Alzheimer). Últimos 3 temas grabados míos: Vals Instrumental de piano solo, ITEAMO B.B., Tercer día. Últimos 3 libros leídos: El Amante de Marguerite Duras (un bodrio), Invisible de Paul Auster y me olvidé el tercero. Últimas 3 películas: Atrapado sin Salida (el mejor loco de la historia), la de Adam Sandler de guerra y también me olvidé la otra. Me la creo 6 días a la semana. Curiosidades: me interesa el sexo y lo haría todos los días. Mi primera opción sería siempre mi mujer (denserio!). Trato de tener la mente abierta (cosa que mi viejo hizo muy poco) y disfrutar de mi vida y la de mi familia. Odio la muerte y las enfermedades, aunque sé que no me voy a morir. Creo que todo lo que caiga además de la felicidad es yapa. Igual no me quedé ni me voy a quedar sentado esperando que caiga nada. Mi suegra se cae seguido. Hay que aprender a caer. El hombre en general me parece una interesante creación de Dios, y D10s es más grande que Pelé.

El Nuevo Fin

Ricky estaba tirado en la cama.

Miró al techo con un solo ojo mientras escuchaba los solos del vecino. No era malo, pero tampoco tan bueno como para que no le rompiera las pelotas…

Se reincorporó de a poco. Su cuarto estaba en penumbras, igual que como se sentía. Le dio un poco de pena verse en una escena de película de depresivos. Había dormido poco, no por el músico sino porque hacía rato que no dormía bien. Agarró la armónica, se desperezó, y nunca llegó a llevársela a los labios.

El tipo la había pegado con su banda en los comienzos del rock argentino en los sesenta. Todos creyeron que murió en esa época y así lo olvidaron más fácilmente. Cada tanto aparecía por el bar de Ricky, tomaba algunos tragos (y más también) y terminaba gritando contra la banda que estuviera dando el show. Varias veces lo molieron a palos, algunas Ricky lo dejó escapar por la puerta de atrás.

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La Verdad Del Mundo

La verdad del mundo es una trompada. El mundo no es blandito ni rosa, es vertiginoso y sangra.

El verdadero amor es violento, la verdadera violencia es sin golpes, los golpes son mentira y el amor trata de explicar la verdad del mundo.

La verdad del mundo es un grupo de ordenadas hormigas y el árbol que me mira mientras el viento le baila las hojas. La verdad del mundo no es un diálogo de cotorras.

La verdad del mundo es interrumpida por personas que se creen que tienen luz.

La verdad del mundo es, sin dudas, mis hijos gritando cuando juegan. La otra verdad del mundo, de la que debo protegerlos, es la hipocresía (cara y barata).

La verdad del mundo también es la muerte y es una verdad de mierda. Las enfermedades son mentira. La cagada es que también las mentiras son la verdad del mundo.

La verdad del mundo son y no son las quejas, pero seguro que sí son las alegrías.

La verdad del mundo es penetrarla y gozar. Fingir es verdad también.

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