Archivo de la categoría: Poemas Románticos

Melancolía

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejado nada

ni el mural de la alegría 

ni el muro de la desgracia

ni el nervio, ni la calma

ni la espada, ni la batalla

ni el frío, ni el escalofrío

tampoco las sonrisas falsas.

Todo se lo ha llevado el tiempo

todo me lo ha arrebatado

todo menos el amor

que por ti siento.

¡Qué sabio es el tiempo!

Pasamos las horas juntos

conectados por la mente.

El reflejo de tu pensamiento

ilustra las ideas a mi corazón.

Infinita es tu belleza

e infinito es mi amor.

Como tu boca con su sabor

como mis ojos sin temor.

El espejo en que me miro no es tan falso

como el cristal que rompió el tiempo.

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejada nada

ni la vida rutinaria, ni la muerte atrapada

ni las mentiras, ni  las medias verdades

ni el rencor, ni el odio

ni el presente, ni el pasado

tampoco los gritos ordinarios.

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejado nada

ni la malicia, ni la cobardía

ni la injusticia , ni la justicia

ni la desigualdad, ni la resignación

ni la desidia, ni la vulgaridad

ni el olvido, ni el perdón

tampoco la impotencia de la frustración.

Juntos pasamos el tiempo

conectados por la mente.

El reflejo de tu corazón ilustra

las ideas a mi pensamiento.

Infinita es tu belleza.

E infinito es mi amor.

Como tu boca sin temor.

Como mis ojos sin rencor.

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejado nada

ni la amargura salada

ni la tristeza endulzada

ni la angustia, ni la murria

ni el éxito, ni el fracaso

ni la pena, ni la tristeza

tampoco la maldita pereza.

Todas las palabras han perdido

su significado, todas menos

¡Tu amor! Que viaja en el  tren

desde mis pies, por mi espalda, hasta  mi frente

entras por el túnel sin salida de mi mente.

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejado nada

ni los colores de las banderas

ni el precipicio de la ideas

ni el temor, ni la intolerancia

ni el saber, ni la ignorancia

ni la excusa, ni el reclamo

tampoco las manías, ni el bálsamo.

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejado nada

ni las discusiones, ni los discursos

ni el egoísmo, ni la manipulación

ni el machismo, ni la tradición

ni el lloro, ni la marginación

ni la pena, ni la vergüenza

tampoco la más dulce condena.

Todo se lo ha llevado el tiempo

no ha dejado nada

ni el antónimo de imaginación

ni el sinónimo de revolución

ni la ira, ni el desprecio

ni el valiente, ni el cobarde

ni el castigo, ni los abusos

tampoco los besos obtusos.

Todo se lo ha llevado el tiempo

todo me lo ha arrebatado

todo menos el amor

que por ti siento.

¡Qué sabio es el tiempo!

Que nos unió en ese preciso momento.

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AMOR

te vas vertiendo en mí; y como inmensa
emoción que transciende hasta el abismo
azul y luminoso del espíritu
vas llenando mi vida de poesía….

amor; deslumbramiento de la carne,
regocijo hiperbólico del alma,
sublime insinuación de la esperanza!

amor que a mí me has llegado en esta tarde
tras el rojo diseño de una risa
y en la quietud lustral de una mirada;

mi labio te bendice, y mi palabra
se tiñe de mil júbilos intactos
festejando tu claro advenimiento:
alegórico niño de la flecha!

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EN ESPERA DE TI

Te esperaré sobre la cima enhiesta
de mi dolor en plenitud de ausencia;

y un temblor de ansias en las manos
traduce el sitio azul de tu llegada…

vendrás yo lo sé! quizá la espera
abra surcos de sangre en mi costado;
pero a través del tiempo y la distancia
amanece la flor de tu recuerdo;

te fuiste. Lejanos horizontes
cobijaron el signo de tu cuerpo.
Y a la vera del lánguido crepúsculo
tu partida sembró la soledad;

soledad de mi mismo… y de esta fiebre
de espera que bifurca mi vida
y de este miedo sin ti que me acobarda…

Vendrás yo lo sé! viejos caminos
marcarán la memoria de tu huella,
y a tu llegada nacerá la espiga
de mi espiritual confortación…

te esperé sobre la cima enhiesta
del abstracto dolor de mis sentidos.

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MIRARTE NADA MÁS!

de ti me estoy tatuando las pupilas
y tengo el corazón lleno de ti;
en mis labios tu nombre es la palabra

estás aquí, muy cerca a los sentidos
en un regreso eterno de recuerdos;
como la llama al pábilo de cera
estás perenne en mí…

con mis manos grabé sobre la nada
del viento y del silencio y de la noche
la forma de tu forma;

y aprisioné en la sed de la distancia
el intenso dolor de mi destino;
mirarte nada más!…

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Recuerdos

¿En que se aferrara la nostalgia para volver?, si el pasado siempre sera mejor.

(¡Pamplinas!)

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