El Último Día

Recordando…

Hoy estaba arreglando un poco el desorden de mi cuarto, cuando de repente, hallé una bolsa blanca. Donde quiera que estuviera la reconocería. Inmediatamente me tele transportó a mi niñez, exactamente a ese día… el último día, a mitad del cuarto grado.


La abrí y las 8 cartas se deslizaron por mi cama. Tenía muchas más, pero creo que las había perdido. Como sea, eso fue hacía ya mucho tiempo atrás, pero al observarlas una a una me encajaba en esa típica frase. “Pareciera como si hubiera sido ayer”. Algunos de mis compañeros se tomaron el atrevimiento de elaborarlas minutos antes de salir por la puerta del colegio de la que hasta el día de hoy no he vuelto a cruzar.

Recordaba ese último día… el último día de colegio, el último día en que me quedaría en ese gentil y bello pueblito, pues me iría del todo a la ciudad en la que estoy residiendo ahora. Quería quedarme pero, me era imposible. Y eso, que mis padres estaban tomando la decisión muchos meses atrás, pero por circunstancias que en ese entonces desconocía optaron por atrasar los planes de mudanza hasta mitad de junio.

Mi mente se instaló exactamente, ahí, cuando mis compañeros me deseaban lo mejor para mí, era raro, pero anhelaban que yo me quedara con ellos. Yo también ansiaba lo mismo pero no podía. Algunas niñas del salón empezaron a llorar y me contagiaron al instante. De pronto, quisieron escribirme. Así, pensaron que mantendría un recuerdo vivo de ellas y de todos juntos y en verdad, no se equivocaron.

Ese día era la celebración de todos aquellos que cumplían en el primer semestre. Aunque mi aniversario era en el segundo, igual me incluyeron ahí por el motivo de mi partida. Con gracia me vi a mi misma en el espejo del salón con la cara embadurnada de pastel celeste, que me había pegado un compañero muy querido. No me quede sin las ganas, porque le hice lo mismo. Otros copiaron nuestra broma, como si la vieran tan divertida.

Era increíble lo que me estaba ocurriendo, sin mencionar que hasta no se molestaron en llenarme los bolsillos de monedas. Me sentí en una dimensión diferente, en algo irreal. Nunca imaginé que ellos pudieran quedar afectados por mi despedida.  Y aunque aclaro que en momentos no fui muy buena con ellos, no les importó.

Me dejaron en claro que me extrañarían. Visualicé ese episodio de una manera diferente. En un simple “¿Te vas?, bueno, ¡adiós!” y nada más. Creía en unas reacciones más cerradas pero no, eso era muy diferente de lo que estaba en mi cabeza. Por último la maestra me obsequió un librito con un pequeño mensaje. Libro que empezarían a leer después de vacaciones y que cada vez que lo veo mis recuerdos se disparan sin pleno aviso.

Volví al presente y de nuevo las metí en su bolsa pero la nostalgia no desaparecía y de algo estaba segura: “Jamás podré olvidar lo que pasó”. Fue tan memorable para mí. El grupito de papeles me hizo entender que los recuerdos de la infancia son las experiencias que vivirán eternamente en el corazón.

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LUNA

Dime luna

en tus noches

en que solías

darme tus alegrías.

Porque, yo espero

verte  sonreir

en mis noches

de melancolías.

Para que mi alma

vuelva inspirarse

en los coros

de tus cantos.

                     Luna no me olvides,                       

porque no te olvido

tú compañera fiel

de mi vida.

Autor : Rodrigo Núñez

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DESEO DE MUJER

DESEO DE MUJER

Deseo de mujer

que se transmite

con perfumes de jazmines

que se desparraman

por toda su piel,

como si fuera un paraiso

de jardines

en el que vas oliendo

el dulce perfume

de aquellas flores aromáticas

que inundan , todo tu interior,

toda tu esencia de mujer,

y toda la inocencia,

al erizar tu suave piel.

Mujer, que tienes gusto,

a las cosas que saben bien,

que saben a jazmines y rosas

que caen,

como pétalos

desde los cielos,

para que recubra,

todo tu cuerpo,

toda tu cara,

con esa dulce fragancia,

de rosales y jazmines.

dulces colores,

que se combinan en tu piel,

que te hacen a la imagen

y semejanza,

de tu creador,

y que quedan perfectas

a tu piel

que sabe a miel.

Maravilla, de toda mujer,

que imagina,

las cosas que son divinas,

que son romances

que recrean en su mente y corazón,

cuando espera ansiosa,

que un amor recaiga

sobre ella,

como gotas de agua

que caen de los rosales perfumados,

para que invadan

su última virginidad.

Autor: Rodrigo Núñez

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Amar Y Sufrir

Mi reina, mi vida y mi amor eterno, muero por ti cada segundo que no te veo, mi cuerpo pierde fuerzas y mi corazón deja de latir lentamente, esta ya no es vida, sino muerte, ya que sin ti el sol nunca volverá a salir nuevamente, eres mi medicina y la fuente de mi alegría, mi preciada joya, mi valiosa perla, que tristeza el no poder verla, tan grande que mis ojos lloran día a día, y las nubes llueven sin parar, porque sienten el gran dolor que siente mi corazón al no poder estar junto de su gran amor.

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