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Antiquísimas Noticias… (Anticuento)

Antiquísimas Noticias.
((Anticuento))

Estos hechos se han perdido entre los tiempos, tanto, que nadie ha intentado recordarlos. Así que iniciaremos por el final, pues de saberse, sería imposible frenar los comentarios. Las noticias pasan como balas, y cambian el rumbo de las conversaciones, retan al sol y forman columnas densas empecinadas por la tarde demasiado temprana. El tiempo, solo proclama anárquico su tiranía, insensato, enloquecido como profética serpiente, que al clavo clava la canela del desprecio, con tinte purpurino, inaceptablemente borroso al marchitarse y querer ser simplemente belleza.

Esta vez, como muchas otras, nada pasaba y nadie podía impedirlo, mucho menos por el buen tiempo de lluvias a mares al otro lado de los cristales, y estando asomándose el silbido huracanado de un sapo atorado entre la puerta. Evidentemente él no lo sabía, ahí la gente continuaba repitiendo las mismas palabras: ¨¿Porqué todo debe ser tan diferente cada vez?¨.

Puedo asegurarlo, sobre todo cuando hay luna llena y no hay estrellas, éstas se detienen en los pinos, en las ruinas de algunas emociones y en los pozos sin agua: dicen que son los asuntos de la libertad de pocas piedras donde el polvo de los años está en los cables atados a la tierra.
Por eso, acompáñame entre palabras y dejemos que la luz del helecho rosa siga tan azul como siempre, con virginal decoro y sin contarlo.

En resumen, nada de que el viento implacable les agitó los significados a las palabras y se extinguieron las frases, casi podría decirse que nada es diferente siempre, y la incitación al retorno salta de la infancia como inocente camaleón, con los malos pensamientos inflamados mas no amenazantes, simplemente inalcanzables al retirar la piel de los relojes.

Entonces te voy a decir algo. En tanto, espérame un momento, que voy a ver mis notas. Las encontré aprisionadas en las profundidades de una adivinanza, las aparté a empujones y después sacudí el polvo vestido de humedad vieja. Ellas sonreían dándose por enteradas y se ubicaron trabajosamente cojín de por medio, sin embargo, emanaban simpatía y autoridad después de batir los renglones fuera de las hojas como la orquesta de ritmo tropical, lleno hasta el tope con el invierno en dos vasos.
Al final se enamoraron de la montaña, del bosque, de los relámpagos demasiado lentos, incluso excluyendo el verdor de las mañanas, sin discriminar, con el pecho ardiendo y la brisa pura de la paz del sol dibujado en una esquina. A pesar de todo ello, las casas estaban a punto de desplomarse y los alquimistas se intoxicaron con oro, otras habían desaparecido de la fantasía con el ataúd a cuestas. Desde entonces la avalancha de comentarios se apaciguó hasta convertirse en un viejo rumor.

Por eso, una vez más estoy soñando escribir, corrigiéndome por imprudente, al ignorar que las fuerzas del mercado fomentan el desarrollo degradante de los desequilibrios. Así que no espero merezca la aprobación de quien no lee. En caso de que sea todo lo contrario, agradeceré mucho, de cualquier forma, que el premio sea el silencio escondido en el primer olvido que salte.

Ahora bien, dos horas más tarde, todo será recordado, teniendo la impresión de haber abandonado el mundo injusto y tedioso, temblando con los prismáticos desventurados, en la visión glacial de los mismos ineptos, tropezando y lanzando las maldiciones más groseras, imitando vestidos vaporosos durante diez segundos en la noche oculta con voz ronca.

Por eso, desde el principio la multitud permaneció callada, y miraban con repugnancia la podredumbre extenderse en aquel montón de siluetas simulando madurez de escaparates. Mas ella le daba palmaditas en el vientre de los dátiles, con una hora de retraso, como algo vergonzoso e inconcebible por la más reciente antigüedad del último futuro entre las letras disfrazadas de fino arte.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen).

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Maleable Crudeza… (Anticuento Dadaísta)

MALEABLE CRUDEZA
(((Anticuento Dadaísta)))

Por el calor de la sombra camina, y ríe,
la primera pesadilla, donde nadie cuenta nada,
ni siquiera un ensueño bajo la lluvia, vende,
en los cuadernos… Los recuerdos abanicando.
¡Si, lo supiera el cepillo!… Todo, todo, y un poco,
la muerte llegaría a un fin dichoso, en su incógnita
viajera, con el humilde rol de las bicicletas en torrentes.
Así, limpiaría de las esferas el reposo de las espuelas,
en la orilla transparente de un grito amarillo, dulce,
y entre la danza araña un gato al ropero somnoliento.

No te contaré lo que mirando esquiva el alto preludio
de las manzanas, y los duraznos lujuriosos en huelga,
y que ya se atreven a esconder las rodillas del gusano,
porque a lo lejos el silencio enrojecido se ha caído.

Por aquello de la cansada sed, que se bebe el heno seco,
y en el follaje temeroso, por la uva, definitiva endeudada.
¡Piénsalo!… Duerme en el otoño sin calles, en calcetines,
donde ni las vitrinas invernales fabrican cementerios,
pues esa noche ya tiene canas, y parece haberse detenido.
Espera un poco, y nada dejaré de contarte, hasta que te
encuentres bien confundido.

¡Mira!… En la cintura puntiaguda del acero tímido,
los árboles han vendido algodón y cobijas.
Pero, no lo cuentes, y mucho menos, lo imagines.
Pues el guijarro absorto ya no camina, y ha dejado
su meditación en las uñas viejas de la ballena enana.
Como verás…Ya canta la irritada tintura en la cocina,
tendida en la brisa del color humedecido, y rugoso,
en un turbado manantial que dibuja almendras.

Pues ese día, como ya te dije, hace unos minutos…
Las orugas fabricaban las escaleras y acordeones,
donde el mismísimo viento lo ha olvidado, muy acuático,
y al pájaro angustiado le niega la almohada, y el
último suspiro, en unas pequeñas tuercas sin rosca.
¡Vaya, si no te lo dijera, se me pasaría por alto!.
Pues las cáscaras del cielo, ruedan con la cabellera negra,
desnudas como el viejo olvido entre las cenizas, cabizbajo,
con los salados hormigueros de flamas frías.

Y tú, tan buen lector, comprensivo, dices que todo lo has disfrutado.
Que la numerosa descendencia de los incomprendidos ya
dejaron a los monstruos de emergencia en las películas
de vaqueros, y las cabras son crueles con los tigres.

Tomando en consideración que llevamos más de 3 horas leyendo ésto, es hora de pensar de que se trata. Y empezar por alejarnos a un lugar apartado, apaciguando las inquietudes de los humos, y dejando
que el frío escape del hielo del desconcierto.
Poner la mente en blanco, e iniciar con la ternura del peregrinaje de aceptar que las terribles cadenas son esclavas del hierro vegetariano. Y nada pueden explicarnos de la excesiva bondad humana con sus semejantes. Por esto, las estatuas tienen la audacia de callarse, y no prestar atención a ningún tipo de anticuento, por muy dadaísta que sea en los escaparates desprevenidos.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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Letras Muertas… (Anticuento Dadaísta)

Letras Muertas
(((Anticuento Dadaísta)))

Eran las tres de la mañana. La noche nunca
había tenido la menor relación con esa luna,
mucho menos con el cortejo de estrellas,
seria y sorprendida, la lluvia se pegaba al
aire. La tierra permanecía dulce, áurea, en
medio de todo aquéllo. Entre la tinta seca.
Él estuvo viéndose dentro de la memoria,
unos minutos, unos instantes inmóviles,
duros con el pasado anunciándose. Hojas
secas perdidas en el otoño de los libros.
Tenía el rostro de la negación brutal, del
violento desamparo en el interior más
ignorado, el menos importante para el
total falto de cordura, con el mínimo ser
de los metales baratos. ..

Aquel tiempo que pretendía ser suyo, su
vida misma, su historia ; era el documento
de los desastres naturales del desequilibrio,
de las radiaciones infrarrojas endeudadas,
y el tema de las conversaciones oficiales de
unas mariposas con fiebre amarilla. Bajó a
la fosa con los vínculos rotos, y la esperanza
transfigurada en huecos, por cumbres ácidas
y volcánicas en la onda expansiva de la paz
más absoluta… Un aroma a cosas perdidas
tapizaba las paredes, no tenía cuerpo, ni color,
ignoraba incluso si el anterior era el mismo.

Una exclusión rotunda y espantosa le cubría
cada sentimiento como una masa noctámbula.
Me pregunto si es el lugar al que la soledad
conduce, letras mudas, palabras estridentes,
viajes fallidos a la pequeña muerte del día,
ideas erróneas de la felicidad incorrecta, dolor
que roba capítulos y novelas no escritas.
¡ Nunca había sentido algo semejante !. Sobre
todo por los tres estilos diferentes de uso
combinado en un único diseño aparentemente
contando con pocos recursos. Ahora callaba,
se contemplaba mientras dormía un pequeño
recuerdo entre los dedos, el último lugar en
estado salvaje.

¡ Quién lo dijera ! __ Sus ojos salían del espejo
frente a la ventana, trataba de conservar la
calma, ignoraba si había muerto difuminándose
en una dimensión gris, entre el tintero que solo
había contado en el cuento para atraer algunos
mamíferos a varios kilómetros a la redonda.
Por ejemplo, aquí el adax está casi extinto, y
también el arruí y el guepardo del desierto.
El último desafío es procesar los datos para
entenderlos, dejando a los camellos pasmados.
Impalpables, comparables a la belleza nunca
vista desde una altura de cincuenta metros.
Así, como el mundo de sus fantasmas disueltos
en la nada, donde el presente se amontona.

___________ 1 ____________

Estaba solo una vez más. Casi desde el despegue,
sufrió fallas en las rodillas, en el motor, en el piso,
algunas cámaras dejaron de funcionar y otras su
rendimiento fue excesivamente perfecto.
Los problemas pudieron repararse fácilmente,
también hubo calentamiento excesivo, besos,
movimientos de elefantes, pérdida de la presión
de aceite y una cámara vertical muy tímida.
¡ Nada se pudo hacer !. Pues a veces salía al estar
colaborando en observaciones locales con el
filtro de aire que había instalado. Entre tanto, la
gratitud no es un argumento infalible, y el agua
ha estado perdiendo la humedad progresivamente.

Como les decía, a veces tenía que salir al anochecer,
pero en esta ocasión lo había evitado ; y el anochecer
mostró su más trágica miseria, calzaba unos zapatos
de plomo dibujados en la calle que descendía al sótano
donde ahora se encontraba. Nos dijeron que la mayoría
nos volveríamos ricos, y que un árbol de mangos nos
alimentaría con manzanas, al ver la transformación mas
allá de la materia, principalmente en la región de las
imágenes. Sin embargo, el nuevo mercado no se había
utilizado por razones difíciles de determinar en las
condiciones de humedad del horizonte, y remendaba
el sillón de la tarde, con los hilos que formaban la bóveda
del refugio improvisado. Por lo que después tuvo que
sostener una vela y tomar unas píldoras entremezclando
historias de hechiceros, rebeldes y soñadores.

Esto creía, y quedaba completamente empapado de sudor.
El silencio tenía miedo de la noche, como si la noche fuera
capaz de arrancarle sus secretos. Y hoy más que ayer,
en que las palabras muertas sepultaban sus últimas letras
porque pensaban volverlas a la vida, inesperadamente,
de manera que la gente buscara entenderlas, olvidarlas
con rapidez, y provocar conflictos en otros lugares ;
luego ahogarlas nuevamente en la incomprensión más
absurda, con una escalada en la pugna por los recursos.
Sin embargo, a pesar de las calamidades, insisten en
que no pasa nada, desde hace dos millones de segundos
y la única reserva de helicópteros se fue a vivir a otra
ciudad, aunque no se les huele ni se les visita en el parque.
¡ No, no lo permitirían !…
Los fantasmas dispersan la coherencia del tema central,
en las orillas de un lago y con el régimen de un trato
amable ; mantienen el discurso en una estructura de
supralógica multidimensional rígida, y abajo de la
sombra de cualquier árbol. La superposición de hechos
permite combinar la fantasía encadenada a la libre
interpretación, sin lugar a dudas de manera inapropiada
y obligatoria. El final sacude la indeterminación del
inicio, quitándole cualquier confusión. Dentro y fuera
el cuento se desviste, la historia se renueva, pero los
sentidos encontrados compiten unos con otros.
De tal manera que al desaparecer un laberinto ya se
entra en otro, de tal manera que la intimidad incomoda
a las personas que no entienden.
Es así, que las letras muertas promueven el sentido
racional de una manera excesivamente excluyente,
y la prioridad es que cualquier lector les dé el significado
o se los quite a voluntad, dependiendo del número de
lecturas e interpretaciones que sea capaz de darles.
Y finalmente, bien pensado, nada de esto tiene sentido,
ni razón de ser contado, a nadie que no le interese.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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El Secreto Arbitrario… (Anticuento Dadaísta)

EL SECRETO ARBITRARIO
((( Anticuento Dadaísta )))

Veamos… La textura de aquella música, si que
fue inolvidable… Imprescindible por su didáctica.
No les voy a decir lo que puede contarse en
cualquier parte o escribirse en cualquier papel,
ni siquiera que sucedió alguna vez, en algún lugar
lejano, perdido en la historia de los tiempos ; Hace
solo un instante, dudando al hacerlo, si quieran
leerlo hasta el final que pueda ser entendido, con el
máximo esfuerzo, con pocos recursos y ninguna
experiencia. Tengo la esperanza y la fe parecidas
a un puente remoto, que presenta esta imagen en
el único diseño que participa en la ronda de un
peculiar relato que no lo es…. Aunque doblando la
incertidumbre en tres partes iguales, es posible
desayunar metáforas y embriagar al mismo vino
que se fue quedando…. Estando tan feliz de pie.

Resulta que el día era de gel desde hacía nueve
meses y todos lo sabían bajo la cama. En la
vigilia nocturna, para apoyarlo y convertirlo en una
forma de vida. Durante un tiempo se sintió más
fuerte, pero en esta ocasión era imposible, el
secreto era inminente, con la errónea idea de no
divulgarlo con el fin de preservarlo. Así que el
día previo, según dijeron, las noticias al despertarse
clamando su aburrimiento al desoírlas…

¨¨ Detienen una casa por allanar un anuncio
sospechoso de batir el récord de datos falsos,
ofender a unos ladrones, insultar a unas cuca-
rachas, y agraviar a unos platos anulándoles
el hambre ¨¨

No obstante, lo que más se observó y nadie estaba
de acuerdo, fueron las variaciones sobre el tema de
la ausencia…. Tangible en la memoria y concreta bajo
la tierra. Si bien, la visibilidad mejoraba en forma inter-
mitente, como cangrejos en la arena al sufrir vértigo.
La parte engañosa que se debe recordar es que todo
era demasiado claro y evidente, y la tarea de recolectar
los es peligrosa y ardua, pues ahora se tiene que saber
cuando la intimidad es una dictadora e intimida a la
soledad con acompañarla día y noche, como un experto
piloto de avionetas, en el espacio cubierto de moscos
y en el marcado aletargado de los cacahuates.

Cualquier cosa era menos que arbitraria, por la fuerza de
la mayor de las obligaciones involuntarias y el espíritu de
trabajar en equipo, causando el mayor daño posible a los
compañeros indiferentes al despido injustificado de los
más experimentados desempleados, les faltaba además
el aceite de un mínimo saludo, y los motores dejaron de
funcionar. Estos son los que abren los huecos, los que
toman los candados como esclavos, los que obligan a
las montañas a escalar los pozos… ¡ Es necesario que
no lo sepan, ni siquiera después de ocultarlo al universo
del olvido !.

Nadie lo había notado, un camino a lo lejos saltaba con
toda la impunidad de una cáscara de plátano apilando a
los obstáculos furtivos, describiendo círculos planos
sobre unos montículos de viento. A pesar de todo, la
proliferación de la violencia era un completo fracaso, nada
podía acrecentarla, ni aún con los subsidios exorbitantes
de las más ingeniosas intrigas, y las enormes dificultades
para negarse a trabajar con los máximos salarios y tolerar
la excesiva honestidad… ¡ Todo arbitrariamente planeado !.

Sucedió que era un estanque, evidentemente con apetito
surgido al encontrar unas gacelas demasiado tiempo per-
didas en el poblado boquiabierto. Por lo que causó mal-
estar, ver el espacio que le dedicaron a la nota, y ya no
estoy acostado todo el día esperando la siguiente.
Gracias sobre todo, a la investigación más reciente para
crear el mejor desconcierto, que pueda someterse a la
quimioterapia sin usar la tecnología de la yerba seca.

Como no decirlo, imagínate el número de cabellos que
podrían detener la caída de una persona sin combustible,
en un bosque tropical y desayunando cocodrilos.
Todo era muy reservado, los rebaños cargaban la sequía
de un pastor cubierto con las hojas de un agotado plumaje.
Se requiere de una mente metódica para anotarlo y de una
voluntad indomable para olvidarlo como el acero.
En el extremo inferior del cuadro, las ideas, son sin embargo,
desconcertantes, carentes de un marco de confianza, y claro,
hacia el desierto abierto de las suaves sombras.

¡ Que sorpresa, de repente ya estamos en el final del
secreto !. Este es resistente al tiempo, vive atrapado
en la arena de un reloj de sol, educado con rapidez.
En completa oposición a los cinceles fabricados por
el sueño de las aguas, con la crema de los cables y
el perfume digital diseñado automáticamente por el
suelo de crestas afiladas como navajas, que despliegan
las alas para aumentar la población de kilómetros fuera
de las palabras de moda. ¡ Arbitrario, arbitrario !.

El anochecer estaba en calma, sin intentar esconderse
bajo una violenta vela que daba conferencias, tomando
el pelo, y comprando aplausos en la esquina más baratos,
además saludaba sonriendo y cobraba sueldo.
Decidí no saber más de ello después de quince minutos,
en un paisaje silvestre al límite de sus posibilidades, con
un aumento del fulgor urbano, pobre en los sufrimientos
inéditos, y con la valentía de un ferrocarril arrepentido.
Porque sacar sangre a las piedras debería estar prohibido.
Y habría que explicar la paz caída de aquella manzana.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Del texto y de la imagen)

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