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Un Ángel En Mi Mente

Podía escuchar su voz, aun cuando el cuarto estaba vacío

aun cuando el cuarto seguia oscuro sin nadien mas en el

aun cuando nadie estaba en la habitación

Los susurros no deberían de ser tan ruidosos

por que solo son eso susurros!

en mi mente entran canciones y poemas

Palabras que resonaban, una y otra vez

Palabras que no podía entender

en mi mente solo estaba ella,

un ángel entre tantos demonios,

¿Cómo poder llegar a ella? todos luchaban

Como si fuera un premio, en mi mente solo queda

Tenerla en mi mente.

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Bebo De La Copa Sagrada

Bebo de la copa sagrada de tus labios

queriendo un poco más y mujer cruel e inclemente

voltea sus labios haciéndome tambalear.

Trepándome de ramas suaves y mojadas subo hasta el infinito y más allá,

copa sagrada son tus cabellos; y al beber de ella suelo delirar.

Fundido en sus pechos, cual vino enfriado por tus dones

me embriago sin reparar, copa hechicera ten piedad

de este tu humilde mortal.

Cruzando por los ríos de aquel fino vientre,

donde mi aliento perdiese,

al beber de esa copa sagrada y

una mirada suplicante a mi diosa le hiciese.

Recorriendo el largo camino de tus piernas suaves y bellas

como un amplio vergel

me adormezco en los mares de tú copa sagrada ¡Oh sublime mujer!

En templos venerables y sacrosantos,he posado mi pecador ser,

así que arrodillado  beso tus pies cual suelo santo es para mí,

tu copa sagrada y mis labios impúdicos pongo en ellos

Rojas aguas escarlata, siento venir hacía mí,

adentrarme en ellas quiero,

aunque pierda la vida ahogándome allí,

pues copa sagrada son tus pétalos rojos,

que me han vuelto loco de remate y sólo puedo estar alucinando y en frenesí.

Toma mi alma si quieres, hoy te la entrego a ti,

pídeme lo que sea pero no me dejes

sin ese elixir que es tu copa sagrada,

dulce vino que me llena la vida, la existencia y me aleja del fin.

Embriagado y en éxtasis me encuentro  yo,

dame un trago pues no quiero regresar,

es tu copa sagrada la que me alegra y hace volar,

me importa  poco si la vida pierdo; adicto y atado a ti he de quedar.

Bebo de la copa sagrada,

ya no queda más que implorar,

porque el destino cruel no se empeñe en alejarla,

condenando mi alma al olvido y también a la maldita soledad!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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CAMINANTE

Voy por un camino,

voy por un sendero

del que busco,

y quiero.

Camino que se hace

en el andar

dejando huellas

entre los pasos

que se van dando,

con la paciencia pasajera.

Camino, de estrecho largo,

del que tiene su tiempo,

y del que se espera,

como las golondrinas

que se a pacientan,

en las primaveras,

para salir con sus vuelos,

y con sus sublimes cantos.

Camino, del caminante,

del que da sus pasos,

lentos pero dispuestos

en el sacrificio,

por lo que es correcto.

Camino, que se mueve

con las hojas, entre los vientos,

que me guían

en mi encuentro,

con la verdad y el amor.

En un caminar,

que vive su tiempo

en el recuerdo

más emífero,

del que puedo presenciar.

Es el camino,

que yo hago,

que yo decido,

para seguir andando.

Un andar,

que se hace vivo,

que sale de mis fuerzas,

de mis ánimos,

pero si no ando,

no habría camino,

sin andar,

no habría sueños,

porque soñar.

Por eso, anda, anda,

no te detengas,

yo no me detengo,

sigue caminando,

no te retranques,

en tu involuntad de seguir,

no escuches las campanas

que son ajenas,

sino escucha,

tu propio corazón.

Autor: Rodrigo Núñez

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NUESTRO MEJOR MOMENTO

Nuestro mejor momento

fue el mejor encuentro,

cuando nuestros ojos,

se miraron fijamente.

Nuestro mejor momento,

fue el reposar,

sobre una hermosa rambla

en una tarde de cielo azul,

y de un sol fugaz.

Fue mi mejor momento,

en verla a ella,

con sus ojos brillosos

y de suaves labios.

Su simpleza,

y su delicadeza,

expresaban su tranquilidad

con su don de la humildad.

Cuando me tocaba,

con esas manos delicadas,

una energía fluía,

por todo mi cuerpo,

como dándome seguridad,

energía de su amor,

que me lo transmitía

todo el tiempo,

con sus gestos,

con sus palabras.

Ella se califica,

entre la dulzura,

de una mujer cariñosa,

y de un corazón,

que a viva del que tiene cerca.

Sus abrazos,

me abrigaban,

con el calor de su alma,

sintiendo a mi ángel,

que se reposaba en mi,

que llenaba mi corazón,

para que nuestros días sean eternos.

Si tu me dejaras entrar

por un momento a tu alchoba

sacaría todos los rosales de mi jardín,

para llenar tu alma y corazón.

Autor: Rodrigo Núñez

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