En un segundo toda mi vida pasó frente a mis ojos, desgraciadamente tuve que presenciar dicha escena, por un instante pensé que no podía respirar, mis ojos se dilataron y mi piel se volvía blanca como un papel. No sabía si escaparme o quedarme quieto en silencio, en ese instante escuché otro disparo que me dejó completamente aturdido, los segundos parecían horas y sin saber lo que estaba haciendo empecé a correr desesperadamente sin mirar atrás, la suerte estaba echada. Cuando mi mente decidió parar la inercia de mis pies no lo permitían, finalmente logré que mi cuerpo vaya descendiendo la velocidad lentamente hasta que pude frenar, el corazón latía ferozmente y la respiración no se podía regularizar. En ese preciso momento volteé y estaba solo.
Cuando llegué a mi casa encendí el televisor tratando de encontrar en el noticiero que descubran lo sucedido, pero era demasiado pronto, me quedé sentado en el sillón con el control remoto en la mano pasando por todos los canales y de repente en uno de ellos dan la noticia esperada:
«Una mujer de 38 años de edad aproximadamente fue encontrada con dos balazos en un callejón».
Era ella, tenía que ser ella, con esa noticia comenzó el dilema sobre qué tenía que hacer ya que si contaba todo corría un grave peligro pero de lo contrario no podría vivir con mi conciencia. Finalmente me decidí y fui a la comisaría, describí la escena detalladamente como si estuviera viendo una película de suspenso. Salí de la comisaría sin saber si había hecho lo correcto, ahora mi futuro tendía de un hilo. Los días siguientes temía salir a la calle por que tenía la sensación de que él sabía perfectamente quien lo había delatado.
A la semana siguiente la situación era distinta, el pánico ya había cesado. Una noche me preparaba para ir a dormir cuando de repente escucho un ruido que no era familiar en mi casa, voy hacia la cocina muy sigilosamente y ahi estaba él.. mirándome con su mirada penetrante y acusadora, me dijo:
-«No tendrías que haber hablado, fue un grave error».
Se abalanzó encima mio y empezamos a pelear, caímos sobre la mesada, me estaba apuntando con un cuchillo pero logre liberarme y corrí hacia el living, el hombre corrió detrás de mi y volvimos a forcejear, pero esta vez dentro mio surgió una fuerza inhumana, que solo sale en los momentos definitorios y lo empujé por la ventana. Todo había pasado en un segundo solo quedaba la adrenalina. Vino la policía y consideró la causa como defensa propia por ende me declararon inocente. Mi vida volvió a la normalidad sin embargo después de esta experiencia ya no sería el mismo, algo en mi cambió y se transformó, la vida de una mujer y un mal viviente sin quererlo ahora forman parte de mi historia.
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