Estaba allí parado frente a la ventana
a pesar de aquel aire deprimente,
de esa habitación barata
estaba allí a pesar de todo
estaba allí y ella era la causa.
En silencio se vestía, cruel amante
con su mirada hipocrita
luego de haber consumado el acto
me mira como si no mereciera más,
que conformarme con estar con ella
en la oscuridad de aquel lugar.
Me mira cual fiera
que finalmente ha obtenido,
lo que finalmente buscaba
enciende el televisor y
junto a el, un cigarrillo.
Estoy ahi pero no existo.
Soy más insignificante,
que el humo que escapa,
por la ventana en aquella hora fria,
el vacio de mi existencia,
alimenta su orgullo.
Rosa con espina, imagino?
es solo un juego de niños,
o frase de innumerables
canciones cursis, de la radio de ayer.
el olor a cigarrillo y el perfume barato
me susurran al oido,
las mas desagradables ironías…
Será que no estoy hecho para esto
o es que simplemente la naturaleza
confundió las cosas y así debe de ser?
la miro acostada y pregunto: que gano?
Tomé lo que quedaba de mi orgullo
salí como flotando en mis pensamientos
recuperé el aliento y,
cuando me disponía a salir, ella susurró:
se que me buscarás o yo a ti.
No me quedaba aire, tampoco orgullo
debatía entre la vida y la muerte,
mientras sostenia la puerta,
te devolveré tu alma, ella dijo pero…
por ahora serás mi juguete
Bajé las escaleras, quise correr
pero al llegar a la puerta
de aquel hotel de segunda
alguien apareció de pronto y me advirtió:
espero que algún día puedas entender
que ella ya no existe…
Yo, me negaba a escuchar,
solo anhelaba tener las fuerzas,
para rechazar su perfume y compañía
en nuestro próximo encuentro
el cual deseo que sea pronto…
Ernesto Arias
21 de Julio de 2011
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