Me encuentro atrapado,
no hay acaso un alma
que pueda venir en mi ayuda
son acaso estas paredes
de un material más severo
que los grilletes que llevaba
el mitico Prometeo…
Recuerdo la primera vez
cuando en este lugar caí
me encontraba en lo mas alto
cuando a sus ojos me atreví
a mirar fijamente…
Me parecía extraña
la sonrilla aquella,
sería en aquel momento
en el que fueron forjados
y colocaron en mis muñecas
estos grilletes de plata…
Prisión o mi eterno refugio
debo huir antes que
esta celda mi alma consuma
no dejare que mi mente
sea al final destruida
por la pasión de mi cuerpo…
Ay de mi muerto vivo
es que acaso he roto
algún mandato divino
arde mi alma como el metal
de estas cadenas…
Arde mi corazón
y se hace de piedra
la palabra amor
es ahora para mi
nada mas que un sarcasmo.
Que ingrata ella
con su corazón de piedra
convirtió de piedra al mio
al ver que amar podía
lanzó su veredicto
me hizo preso suyo
ahora soy hijo de falta agonía.
Pensamiento en mi habita
de los besos de aquellos labios
grabados en mi mente
y tambien en mi cuerpo
se repiten una y otra vez
haciendo más duras estas barras
y más apretadas estas cadenas…
Tiempo ha pasado
he escapado al fin
de la prisión de aquel recuerdo
se hicieron viejas las cadenas
y cedieron las barras
he renunciado al dominio
de mi corazón sobre mi mente…
Logré huir de miradas falsas
de sonrisas fingidas
¿Pero a que precio?
¿Soy humano aún?
Después de lo que hecho conmigo
Ojalá hubiera creído
aquellas promesas de amor eterno.
Ojalá hubiera cedido mi instinto
a aquellos besos mentirosos
Y así no habría tenido que llevar
la pesada carga de amar con la mente
y no con el cuerpo…
Ya no puedo soñar despierto a través
de la realidad de un beso
de aquellos labios incandescentes,
tengo la libertad mientras se deleita
mi cuerpo en el recuerdo de aquella cárcel…
Ernesto Arias
25 de Julio de 2011
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