Sin duda eres la más fresca, espontánea y pura poesía que mis ojos han visto jamás, tus colores, tus aromas, ¡TU VIDA!, verde vida, verde me vuelves al no hacerme ajeno a tu palpitante melodía. Y si bien no merezco ni el más mínimo de tus vitales abrazos, sé que me darás hasta tu último respiro sin lamento alguno. Quisiera escribirte. El abrir los ojos y renacer en tu color llenó de palabras mi boca, sin embargo ni las letras en mi hoja saciarán tal verdoso beso. Quisiera escribirte sin prosa ni verso, sino a flor de alma, pues tu brillo en mi ventana aún baila con el cielo susurrándome lo que es la perfección.
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