Mi alma descansa en ti
En mi ahora eres como ese retazo de cielo celeste que asoma entre densos nubarrones, y tu cerúlea promesa guía mis ojos nubosos, dudosos, celosos.
Mi alegría remonta vuelo con tu aliento, y declina, estrepitosamente, cuando mitigas la respiración.
Eres paciente, oh amor, dulzura te llamas; me levantas una y otra vez; suspiras verdad sobre mi corazón receloso.
Pacificadora de búsquedas desesperadas, tu presencia es para mí como a las ovejas el silbido del pastor.
Bajo tu halo de pureza yo quiero ampararme, mujer, y así las tinieblas de mi vida espantar.
Mi alma se abreva en las aguas de tu río.
Y en tu río vislumbro el sendero que lleva al Mar.
Autor: Marco Senn
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