Viajo por el equinoccio del sol
donde la luz recorre el eco del universo
Busco la voz de la esperanza
el llamado del viento
porque soy el alma del mañana
La poca distancia que alcanzan los cantos azules del mar
se han ido
mientras acojo el silbido huérfano
que respira la bifurcada caricia del aguacero
A veces si a veces bebo de los manantiales
aquella sabia divina que se diluye a cántaros
cayendo dos veces del confín de la eternidad
Dos veces que el futuro se presenta con sus manos abiertas
para luego cantar la danza imperecedera del sentimiento
Pero a pesar de todo
el cosmos del imperio se disipa por los espasmos
Para volar entregando nuevos continentes
al planeta inquieto de agua
La voluntad contraria
Que navega por los infinitos del firmamento
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