Mira mis manos cansadas
de moldear abstractas figuras,
buscándote en la nada
en la miel de mis deseos
y en las ruinas de mi cama.
Fui el alfarero de tus sueños
y tu mi musa encantada,
fuiste mi elixir de vida…
fuiste todo y fuiste nada
la razón de mi sonrisa
y la desgracia de mi alma.
Hoy mis manos te han dibujado
en aquel vetusto lienzo;
ya el dolor lo he olvidado,
ya no sé ni lo que siento.
Mis manos han escrito la historia
de aquel amor tan idolatrado,
que aun reside en mi memoria
y eres tu mi ángel amado.
Han hecho con tu recuerdo una escultura
y tu silueta han plasmado en mi pared;
más no eres ni Venus, ni Afrodita
tan sólo la mujer que amo
y la dueña de mi ser…
ESTALIN CANO
POEMA 4
MARZO 1989
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