A la aurora el sol pleno, esencia divina,
de ti mismo ¡luz tan lustre! A lucir el alma
nueva a lo inmune, y al versificar plena,
luz vista en tu nombre y en plétora misma.
Dando emisión al mundo a toda plenitud
de plenitudes, y en único enaltecer precioso,
¡Profecía! ¡Cuán bella! en perenne virtud,
de suma gracia atentas palabras al universo.
Vas entre mis ideas, a lo que, gran alegría,
con la índole total, vas a mi lado, cual si rosa
al amor de la vida, por la luz, única gloria,
con forma perenne, surge tu palabra preciosa.
Así como eres, en un recitar al amor, unida
a la palabra sabia, un verso al abrazo del alma,
líneas de tu rostro a ver los años, plena vida,
y en forma efectiva a la luz de la aurora asoma.
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