tu sexo me esclaviza en su llamada
con el trágico goce de su locura
y tras el voy, eterno en la jornada,
saturado de insólita demencia absorbida por la ira.
tu sexo es manantial inagotable
de todos los placeres de la vida;
de su abismo, al caer en lo insondable
bendecimos el fuego de su herida.
tu sexo de mujer enfurecida nos guarda
la translucida belleza de la ultima
lumbre de la vida en su maga y verídica certeza.
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