Cuando estoy cerca a ti, siento que el mundo se detiene y lo que lo rodea no importa; más que la felicidad y alegría que me ofrecen tus ojos. El éxtasis que recorre todo mi ser cuando acaricias tu hermoso cabello, la armonía que se crea en el espacio, sensación que logro experimentar solamente estando contigo. Tranquilidad, paz, serenidad; lo cierto es que cada día más me pierdo en tu mirada profunda y penetrante y tu voz hace eco en mi triste y seca alma y al escucharla, a gritos pide que no calles, mientras mis secos y pálidos labios, miran los tuyos cual si fueren el más puro y fresco manantial y me reclaman que los ayude a calmar su sed. Tu corazón ya tiene dueño, sin embargo no desprecies del todo el mío, pues te pueden herir y es allí en mi alma donde encontraras refugio, sin esperar nada a cambio, sin pensar si quiera en el tiempo, el lugar y la hora; todo mi ser estará dispuesto para ti, si de los caminos espinosos del amor, logras salir airosa, me conformaré que aunque no sea a mi lado, seré feliz en tu felicidad así no sea junto a mi.
Pero si al andar por estos, te tropiezas fuertemente, estará mi hombro para ayudarte a salir de las tinieblas y al final no perderás el aliento. Si el te llena; vivirás alegremente, si no; habrá un noble y humilde servidor esperando a brindarte todo su amor sin condición
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