Rito parsimonioso, que como ajenjo envenena el alma.
Cólera desbordada de crujidos torrente en nuestra sangre.
Vil sevicia de odio que enmaraña las entrañas.
Sed de sadismo, cual animal nos devora la razón.
Golpe de espada y un grito agónico, que enmudece el eco sollozante de un sufrimiento
Sangre derramada, oreja, rabo y huesos.
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