Diana había conocido a Vicent apenas unas cuantas semanas atrás se había mudado cerca de la casa en una localidad pequeña donde habitaban cerca de cincuenta pobladores, se había acercado hacia este nuevo vecino quien parecía solitario y triste, Diana una niña inocente aun, se había visto conmovida y reflejada por este.
El nuevo vecino había recibido de buena manera a Diana y esta le había estado preguntando de su anterior hogar, la joven quien había pasado de una burbuja a otra tenía curiosidad del mundo.
Tras oir tan confusas palabras preguntó una vez más: ¿Qué pudo haber hecho una niña para morir junto con las personas que le dieron la vida?
Vicent primero observó inexpresivo a Diana con sus serenos ojos grises y luego respondió: Compartes la sangre, veras yo quería que muriera toda la familia Montañablanca. Su crimen es existir. Diana quizás no lo entiendas pero con su muerte he saciado mi sed de venganza.
Diana no pudiendo escuchar más salió corriendo lejos de los límites de la casa de Vicent, pero antes escuchó un ruido familiar, eran las sirenas de los autos de los autos de los policías, quienes se acercaban al lugar. Apenas unas semanas Vicent había llegado a la localidad arrastrado por la preocupación del destino de aquella pobre niña quien había visto la escena de los cuerpos de sus familiares deformados por lesiones rodeados por su propia sangre. A pesar de que ella no podía recordar nada de lo que había sucedido ese día, tenía que vivir con el amargo recuerdo de unos padres que ya no están y de un crimen sin resolverse.
El único testigo decidió hacer algo al respecto, mientras que el verdadero responsable se esconde tras una máscara.
Ahora, Vicent se prepara para su hora cero y Diana podrá obtener la justicia que tanto anhelaba, pero ¿cuál es el verdadero propósito de Vicent?
¿Qué es lo que realmente sucedió hace dos años?
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