“ Erase una vez un angelito con brillitos de dulzura…una curandera con las manos justas, unas manos suaves capaces de cerrar hasta las heridas del corazón… Erase una vez una voz que te calmaba aunque tu llanto inundara todos los mares…Es ahora, un rostro serio con oídos que sólo sintonizan tus relatos de dolor… será siempre tu más grande admiradora y la recordarás como si tuvieras un enorme monumento a la dedicación dentro de tu corazón. ”
Para comentar debe estar registrado.