Provengo de una familia humilde de la ciudad de Formosa, en el norte de la Republica Argentina, yo era un niño, que soñaba con ser jugador profesional de futbol, fanático del River Plate vestía casi todo el tiempo mi remera del club y mis botines sacachispas, mi padre era Contratista de Obra, cuando terminaba el ciclo lectivo era norma ir a ayudar en la construcción, lo que nos generaba una buena propina. Otra de mis pasiones eran los autos deportivos, en aquellos tiempos por nuestra ciudad no se observaban espectaculares bolidos, el Torino, el Ford Falcon y los Chevys eran lo mas deportivo que se observaba por estos lares. En el año 1982 tanto Renault como Ford, sacaron dos modelos que discutían el titulo del auto deportivo mas espectacular que circulaba por estas tierras. Yo solo los podia ver por televisión y si deseaba hacerlo en colores tenía que ir a la casa de mi madrina, que si contaba con los modernos televisores a color, el suyo era de marca Philips y recuerdo que tanto la sintonía como los colores se graduaban con una rueditas ubicadas en una cajas que salian desde el interior del aparato. Mi barrio lleva el nombre de VIRGEN DEL PILAR, mis padres fueron unos de los primeros vecinos, para esa época el barrio contaba con pocas casas, la ciudad comenzaba a crecer hacia el cardinal Sur ya que se encuentra rodeada en sus otros puntos cardinales por diferentes cursos de agua. Fue así que el barrio comenzó a recibir a nuevos vecinos de otro nivel de vida ya que el mismo era considerado una zona residencial. Corría el verano del año 83, día típicamente formoseño, calor, viento norte y un cielo azul impecable. Yo volvia de hacer un mandado a mi mama de la casa de ramos generales, El Norte, ya próximo a mi casa la ví pasar a Gabriela, una chica que iba a mi escuela y de la que vivía enamorado, ella iba en dirección contraría con su mamá, yo la seguí con la mirada hasta que dobló en la esquina siguiente, El Dr. Giraudo Castillo mi nuevo vecino, estacionaba su auto y yo embelezado por Gabriela casi lo llevo por delante, un cero Kilómetro fantástico yo lo admire tanto, como a Gabriela, tanto que el Doctor me invitó a subirme . Un momento único, cuando lo puso en marcha, me sentia en el cielo que increible sensacion, tomé el volante, las luces del tablero y el rugir del motor me hacian sentir que estaba en un video clip musical y hasta podia ver a Gabriela sentada a lado mio, a pesar de que solo duro cinco minutos fue un momento que lo tengo presente a lo largo de mi vida. Para un chico como yo que fabricaba mis autos de carrera con las pinzas de la ropa de mi mama. Las desarmaba las envolvia con papel, las decoraba con mis fibras de la escuela, les ponía propagandas y números, luego los forraba con cinta scoch para que se deslicen sobre la frazada sobre la cual jugaba, simulando epicas carreras del sensacional torneo de Turismo que se corría en nuestro país, en esa época el Flaco María Traverso era unos de los grandes protagonistas. Fui corriendo a mi casa para contarselo a mi Mamá, mientras susurraba NO ME LO VAN A CREER, NO ME LO VAN A CREEEEERRRR. Al llegar gritando Mamá, Mamá, antes que diga nada mi mamá me miro y dijo. Y LAS BOLSAS DEL MERCADO. Toda la emoción bajo a cero y salí volando, literalmente en busca de las mercaderías que mi madre me envió a buscar, a mitad de camino encontre al Dr., que me traia las bolsas que habia olvidado cuando subi a su auto. Le agradeci mucho su gesto y le dije que le podia lavar el auto como pago por haber cuidado de ellas, el solo se sonrió, despeino con sus manos mis cabellos y volvio en sus pasos. Al llegar a casa una vez que recuperé el aliento, le conté a mi mama de mi increible experiencia. Ella, dejo de cocinar y siguió mi relato con mucha atención, al finalizar me dijo, si estudias y trabajas muy duro vas a poder tener uno igual. Desde ese dia me jure que algún día iba a tener uno igual. Diferentes hechos fueron llevando mi vida por diferentes circunstancias, no encontraba un rumbo determinado hasta que ingrese a la Escuela de Cadetes para Oficiales de la Policía de mi Provincia, terminé el ciclo lectivo con honores y mas alla de aprender sobre leyes y técnicas de investigación, aprendí lo que significa el sacrificio y a fijarme objetivos para mejorar mi vida. En el año 2000 pude comprarme ese soñado auto. Claro que no estaba en el mismo estado que el del Doctor., le faltaban vidrios, la pintura estaba fea, ni hablar del tapizado, las ruedas todas eran diferentes y muy gastadas. En el taller de mi amigo CACHITO, lo deposité y lo fuimos arreglando de a poco, gracias a la internet pude conseguir varios respuestos que me faltaban , muchas veces ví muy lejano mi sueño y en otras pense que no lo podía lograr, luego de tres largos años pude usarlo, lo habiamos desarmado integramente, corregimos los pisos, reparamos el tapizado y los asientos, el motor lo desarme por completo con la ayuda de mi tio postizo FLAVIO, que es un mecánico profesional, el día que lo armamos, al colocarlo el sentía tanta emoción como yo, le consegui todos los vidrios y por último lo pintamos de un rojo furioso. Cuando lo puse en marcha fue un momento sensacional, tome el volante, el roncar del motor me fue llevando a un viaje en el tiempo y me veia con mis botines sacachispa, mis pantalones cortos y mi remera de river sentado en el auto del Doctor., en aquel lejano verano. Hoy mi sueño esta de nuevo en maquillaje espero poder terminarlo para fin de año, girar en el y traer de nuevo a aquel niño que fui una vez, enamorado soñando fantasias arriba de mi cupe fuego.»
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