Hoy traigo un formalismo puro que encontré cerca de mi casa, pasé por delante y sentí la necesidad de sacar una fotografía, como también siento la necesidad de hablaros de Jesucristo, como sabéis, la verdad suprema reside en él y su sacrificio logró salvarnos de ser simplemente una estructura de carne vacía, hueca, sin alma (de repente el tipo es un católico y lo predica sin pudor, el blog es el mascarón de proa, lo que realmente viene a comunicar es la palabra de Dios y todo lo demás es pura paja)
Dejémonos de tonterías, hablemos de cosas serias y olvidemos a Cristo que es lo único que se merece (contradicciones inmediatas). Me gusta mucho recoger este tipo de imágenes porque en cierto modo me relajan, no sabría decir muy bien por qué, aunque en realidad si sabría decir por qué y perfectamente además (el tipo se contradijo durante todo su discurso), la imagen que pude fotografiar fue esta:
Es un formalismo que me atrajo mucho, para mi tiene una estética muy interesante y de gran valor sensorial, se trata de unos maceteros blancos reposando sobre un alfeizar ancho.
Cuando veo la imagen me genera una sensación de pureza que me agrada, los maceteros me recuerdan a esa especie de maletines médicos usados para transportar órganos, recipientes blancos, impecables, todo lo contrario a lo que habita en su interior. Me gusta esa carencia de detalles y lo que me atrae estéticamente está, precisamente, en la carencia de esos detalles, simplemente son maceteros blancos que han colocado para sostener la belleza de las flores, en ellas debería residir la estética, pero sinceramente, ni siquiera recuerdo el color de las flores.
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