Fumo un cigarrillo en el jardín, el curso de la tarde circula de manera tranquila, las aves lo saben, se escuchan más relajadas que ayer. El humo desaparece mientras lanzo trozos de tortilla.
Los pinos se mueven con el viento, les brinda un aspecto acuático. Recuerdo cuando Danielita me dijo que no le gustaban los días sin nubes porque le parecía que estaba en una pecera, tiene razón, las nubes son fantásticas, tienen todas esas formas y sin embargo no poseen una sola forma, además siempre van, ni siquiera les importa a dónde.
Pareciera que cuando hago más lenta mi respiración también lo hace todo lo de allá.
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