Muchos años al pasado, la vida era diferente para ellos, ambos jóvenes y con una mirada similar de la vida en ese momento. La prioridad era evadir la realidad y divertirse sin pensar en las futuras consecuencias de sus actos. Un día cualquiera se encuentran sin planificarlo, gracias a las acciones espontáneas de los demás, y también la gente en común que sin saber involuntariamente aceptaría que eso ocurriese. Ella caminaba cuesta arriba junto a los que consideraba amigos en aquel entonces y él también, aunque no pudo ver su rostro en ese momento, algo familiar y cercano la comprometía al mirar el movimiento de sus pies, al avanzar delante de ella, y esto acompañado de un fuerte latido de su corazón. Llegaron todos al lugar de la reunión y algo casi de inmediato logro que ambos quedaran sentados uno al lado del otro. Apagaron los focos de un estadio ese día pero quedaba la linterna del teléfono, la cual ayudaría a encontrar los cigarros perdidos en su bolso, mientras estaba en silencio expectante de la situación, él reacciona para ayudarle con la luz, en cuestión de segundos olvidó los cigarros y visualizo fugazmente las líneas de su mano, sin preguntarle como se llama se da cuenta que su mano es igual a la de él, ella procedió a pedirle permiso para comparar sus manos con las de aquel joven, acto seguido se dibuja un si en su mirada, en ese momento siente una fuerte electricidad, algo muy fuerte, y él también reacciona e impresionado emite con una voz aguda, tus líneas de ambas manos son iguales a las mías y ella le dice sonriendo «quién sabe qué significa esto posiblemente formes parte de mi vida un tiempo y nos separemos», ahora podemos hablar de otra cosa mientras eso suceda en el tiempo.
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