Mi querido señor:
Déjeme decirle que la edad sólo importa si es usted un buen vino o un exquisito queso…
Puede usted enamorarse de la persona menos esperada, esa que jamás imaginó, de una loca que revolucione todo ese mundo cuadriculado en el que ha vivido…
Puede usted tener veinte, cincuenta o cien años… pero su elegancia y porte nunca envejecerá… Esa chispa que tiene su mirada y esa cautivadora sonrisa siempre permanecerán en usted…
Por eso no se asombre ni se reproche por sentir de nuevo mariposas en el estómago…
Esas que creía extintas y que renacieron cual aves fénix dentro de usted…
Lo importante es que esa persona lo ame con toda la pasión que usted merece…
que sin verlo sienta deseos de tenerle…
que sienta esa necesidad de besarle, de abrazarle…
y que sin desnudarle tenga esa magia de enamorarle…
De nada sirve estar en una relación que solo despierta tristeza en su vida, porque esa persona no ve mas allá de su arrogancia y se siente dueña de su ser sin siquiera corresponderle como mujer…
Está en la edad perfecta…
En la edad justa…
Perfecta porque es usted el hombre mas maravilloso de el universo…
Y justa porque ya es hora de arriesgarse y vivir esas cosas de las que se ha privado por tabues o por respeto… por cuidar algo con alguien que nunca supo valorarle y reconocerle como merece…
Por eso estoy aquí… Para darle ese valor y reconocimiento que tanto merece…
Para darle ese amor que tanto persiguió…
Para darle esa pasión que tanto necesita…
Mi querido señor es para mi un placer disfrutar de su virilidad la cual por cierto cualquier jovencito envidiaría…
Adoro ver su rostro al culminar nuestras locuras y que al caer exhaustos me abrace hasta quedarnos dormidos…
Prometo ser su cómplice… así… sin experiencia… sin compromisos… sin maldad…
Sólo quiero llenarle de besos, de vivencias…
Y si me lo permite… Algún día que me llegue usted a amar…
Illirya
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