VIDA

Estoy harto del dolor en mis rodillas, del vomito en mi camisa.
Por mas que voy a misa Jesús no baja de su repisa.
El alcohol me mira, risa tras risa, se burla de mi.
Yo, convertido en cenizas, apenas y me alcanza la brisa.

Pero la culpa no la tiene el padre ni el abuelo.
La culpa es del hijo por nunca levantar el vuelo.
Duelo es con lo que lidio, ahora quiero estar solo con mi libreta y una Beretta apuntándome entre los ojos.

vida amargo tomento.
Muerte dulce descanso, por alcanzarte podría ir descalzo, alzo mi frente esperando escuchar el boom que me lleve para siempre.

Mas, solo escuche un ruido diferente, el de las campanas de Santa lucia que ciega me decía «confía, por que dios confía en ti cada día»

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