Tu tan llena de luz y vida
llegaste a mi mundo para dejarlo mudo
para destrozar la poca cordura que quedaba
solo te paseaste por mis parajes
con tus palabras, tus caricias y tus besos
destruyendo y recomponiendo todo por tu andar
ahora solo queda un alma rota, desolada y marchita
que te recuerda, que te exige dicha por cada palpitar
de este inútil, terco y maltrecho corazón
ahora que a llegado la hora
me queda el refugio de tus amargos besos
besos que nunca fueron sinceros
que nunca fueron reales
ahora llegada la hora sobra
y basta con dejarte un adiós disfrazado de recuerdo,
de te espero, de te quiero pero nunca vuelvas
no quiero el sabor amargo de tus besos
ni la vida que me puedes devolver con solo
respirar cerca de mi pecho.
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