la mirada más profunda, profusa y oscura.
Tanta impresión me desbastó no obedecía a
mis cinco sentidos.
Quedé absorto en mi agonía ajada
hasta quedar tendido.
Vencido por el tiempo, castigado por el cerillo
estaba casi interfecto. Y te sentí en los surcos de
nueces abandonadas por segundos me entregué
a tus balaustres besos y alcancé la cúspide planetaria.
Sin pico aletargado en el tiempo.
hasta quedar tendido.
Vencido por el tiempo, castigado por el cerillo
estaba casi interfecto. Y te sentí en los surcos de
nueces abandonadas por segundos me entregué
a tus balaustres besos y alcancé la cúspide planetaria.
Sin pico aletargado en el tiempo.
Y forjé la herradura del recio metal endurecido
sobre las inmensas serranías, puentes colgantes del desierto.
Mujer de mis encantos, muéstrame tú lado bueno
Para no arrojarte en el fondo del mar perverso.
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