Extrañamente me despierto entre una sacudidas espasmódicas que me tambalean por todo mi cubículo, de forma descontrolada, mientras mi postura se va tornando incomprensiblemente del revés. Por más que intento mandarle órdenes a mis músculos para que se resistan a tal extraño quehacer, parece ser más intensa la fuerza instintiva que domina tomo mi interior y me torna en dicha posición.
Consigo de forma algo confusa distinguir varias voces, que a estas alturas ya se me hacen familiares. Sinceramente no se de quienes proceden, pero por alguna razón que se aleja de mi comprensión, son las vías por las que discurre mi tren de tranquilidad, como si muy pero muy dentro de mi supiera que alrededor de dichas melodías prosódicas mi mundo estará en calma. Estaré siempre a salvo.
De repente y sin siquiera esperar tal acontecimiento brutal, por primera vez vislumbro una tonalidad que me ciega. No sé de qué se trata este brillo, el cual nunca antes había percibido, pero es un golpe de aire fresco, una llamada a la aventura, extrañamente deseo ir más allá de y descubrir que maravillas me encontraré.
Pero no puedo evitarlo, el miedo repentinamente se apodera de mi, que está pasando, por qué jamás había contemplado dicho contraste. Por qué mi cuerpo se mueve a merced de una voluntad ajena. Alto! Le digo a todo mi cuerpo. Quieto ahí. Y si toda esta nueva experiencia no alberga más que horrores. Qué será de mí. Por qué debo abandonar mi seguridad.
De pronto, mi cuerpo se para y unas extrañas garras surgen de aquel destello, intentándome arrancar de mi lecho tranquilo y feliz.
No quiero salir, lucho con todas mis fuerzas y consigo vencer. Esas endemoniadas pinzas reculan.
Expectante de lo que vendrá. Pero, para mayor de mis sorpresas, escucho como una voz que me es muy familiar. Me llama. Me invita a salir, indicándome que todo estará bien, que no debo temer.
Curiosamente en mi interior se abre paso una sensación de alegría y de curiosidad a la vez. Si salgo, puede que comprenda de quien precede dicha voz.
Al segundo intento de aquellas garras extrañas, no opongo resistencia, y con un par de sacudidas, abandono por completo mi nido. Mi lugar.
Ante unos golpeteos en todo mi cuerpo, una fuerza interna me impulsa a producir un sonido extraño, pero que me abre todo un mundo de sensaciones. Mis sentidos se destaponan. Algo nuevo está por venir.
Rápidamente, me acercan a un calor tan increíble y acogedor, del que jamás había tenido noción. Rodeado por aquel ser, una armoniosa melodía se desliza por mis sentidos. Una voz que me otorgo, durante todo mi recuerdo de existencia, las mayores de las alegrías y ganas de vivir. Era un sonido que me saludaba, que se alegraba de verme, que tan solo decía cosas hermosas de mí.
Me costó unos minutos acostumbrarme a aquel brillo segador, a aquel ambiente extraño. Pero por fin, cuando lo hice, abrí los ojos y la vi.
La imagen más impresionante que pudiera jamás soñar. Un vínculo me unió para la eternidad con su mirar. Fuera lo que fuera este nuevo universo, si puedo estar contemplando aquel rostro, sabré que no habrá de que temer.
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