Cada día después que el sol
baja las ventanas de su cuarto,
una estrella sale a dar giros
por los jardines del cielo
y se ahoga en sus mares profundos.
A partir de esta noche,
volaré en las alas de la luna hacia el cielo
para arrebatar un beso a la estrella
e invitarla a bailar melodías nocturnas
por alegres y melancólicos arrabales.
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