Tu mano y mi mano, juntas como aquella hoja de aquel caluroso árbol cerezo. Tus suspiros y los míos, que se agrupan para encender aquella fría llama de aquel coral bello. Tu cuerpo deslizándose como pluma en aquel helado suelo, que junto a ti, se derite. Tu calor frío que me abraza en mis oscuras noches. Tus gemidos que hacen que mi oídos florezcan aunque estén helados sin tu ausencia. Tu aroma que no tiene encuentro, que me permite revivir aunque esté destrozado..
Y aunque estés bajo oscuridad y bajo la inmensa soledad de la tierra, yo te seguiré esperando en aquel helado suelo de verano…
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