Hoy en la mañana
el viento abrió mi ventana.
Para sorpresa mía
el Sol entró a invitarme
a su danza dorada
con los quehaceres del día.
Bailo con el Sol de invierno
que quema lento, pero tierno.
Al espejo miro
y una sonrisa me devuelve
logrando entusiasmar
a mi desabrigado corazón
que por un chocolate caliente
se deja acompañar.
Bailo con el Sol de invierno
que quema lento, pero tierno.
Terminando mis labores
un suculento caldo de verduras
y cereales me espera
para mis bullicios calmar.
Bailo con el Sol de invierno
que quema lento, pero tierno.
Si alguien llama a la puerta
al abrir, en silencio, mi alma comparte
la danza que el Sol de invierno comenzó.
Bailo con el Sol de invierno
que quema lento, pero tierno.
Por la noche
las cobijas me envuelven suavemente
hacia el reino de los sueños
que como velas se encienden
para seguir guiando mi camino.
Bailo con el Sol de invierno
que quema lento, pero tierno.
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