Había una vez una puerquita llamada Raquel, ella vivía muy feliz en su casita, un un fango donde vivía con sus padres.
Raquel iba a la escuela como todos los animalitos que vivían cerca. Un mañana Raquel se dirigía hacía la escuela, cuando escucho un sónido muy enternecedor y triste; era un pequeño pájarito que estaba atrapado en las ramas de un árbol. Raquel se apresuró a ayudarlo, trato de mover las ramas con su pequeño ocico y aunque le llevo mucho tiempo logró rescatarlo.
Raquel llevo al pájarito a su casa, le contó todo lo sucedido a sus padres, estos ayudaron al pájarito; lo curaron y vendaron su ala herida.
El pájarito agradeció a Raquel y a sus padres por haberlo cuidado y ayudado. Regreso a su casa y contó todo a sus padres, los cuales decidieron hacer una fiesta en honor a Raquel por haberle salvado la vida a su pequeño hijo.
Llegó el día de la fiesta, todos los animalitos felicitaron a Raquel y a su familia. Raquel estaba muy feliz pues además de haberle salvado la vida al pájarito se habian convertido en buenos amigos.
Raquel entendió que tener amigos es muy importante y ayudarlos en los momentos que más lo necesitan es mejor.
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