Ayer me aferré a ti, anclándome en tu piel, hiciste que arrancara mis pensamientos y me adentrara en ti, navegamos por un largo rato en tus aguas enardecidas, era un vaivén de olas que quemaban nuestras entrañas. Sólo tú pudiste calmar este mar que hay en mi, lo abrazaste, lo sedujiste y penetraste, nos hundimos en el deseo, las mareas de mi cuerpo se avivaban cada vez más haciéndose una tormenta en tu piel, cada poro de mi cuerpo explotaba con tus manos, dejaste en mi tú brisa, tú reflejo en mi alma y tus caricias repartidas en cada rincón de este océano, ahogándome en tu boca ,en cada beso, en tú sexo, en tu cuerpo…ven y naveguemos otra vez.