Había una vez una joven llamada Ana que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Ana era muy feliz junto a su familia y amigos, pero un día todo cambió. Su padre, quien trabajaba en las minas del pueblo, sufrió un terrible accidente y perdió la vida.

La vida de Ana se desmoronó. Su madre, quien era enfermera en el único hospital del pueblo, tuvo que trabajar horas extras para poder mantener a su hija. Ana se sentía muy sola y triste sin su padre y su vida parecía no tener sentido.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, Ana encontró un perro abandonado. Era un cachorro de raza desconocida, pero Ana sintió que era el compañero que estaba buscando. Decidió llevarlo a casa y cuidarlo como si fuera su propio hijo.

El perro, al que llamó Max, se convirtió en el mejor amigo de Ana. Juntos paseaban por el bosque y se divertían en el río cercano. Pero un día, Max desapareció sin dejar rastro.

Ana estaba desesperada. Buscó por todas partes, pero no encontró a su amigo peludo. Sin embargo, un día recibió una llamada de un veterinario que había encontrado a Max herido en la carretera. Ana corrió al hospital de animales y allí encontró a su querido Max.

Pero la alegría de Ana fue efímera, ya que el veterinario le informó que Max necesitaba una cirugía costosa para sobrevivir. Ana sabía que no tenía el dinero para pagar por la operación, pero no podía permitirse perder a su amigo.

Desesperada, Ana decidió vender todo lo que tenía para pagar la cirugía de Max. Vendió su bicicleta, su teléfono móvil y hasta su vestido de baile favorito. Pero aún así, no tenía suficiente dinero para cubrir los costos.

En un último intento, Ana decidió hablar con el dueño de la mina donde trabajaba su padre. Le explicó su situación y le pidió ayuda. El dueño, que había sido amigo de su padre, se emocionó al ver lo valiente y decidida que era Ana y decidió pagar la operación de Max.

La cirugía fue un éxito y Max se recuperó rápidamente. Ana estaba agradecida y feliz de tener a su amigo de vuelta por que gracias a su fuerza y determinación, pudo superar todos los obstáculos y encontrar la felicidad junto a su fiel amigo Max.

La valentía de Ana y su amor por Max

La valentía de Ana y su amor por Max

autor: david eulalio misaico cantoral

Volvernos a ver en un
Esfuerzo ligero y continuo,
Pero atado en el alma,
Sueños interrumpidos.

Verte de nuevo es oscuridad
Mis sentimientos descubre que eres un extraño,
pero aún así Sigue pensando que eres mía.
es maravilloso verte de nuevo
dulce recuperación después de todo,
para las almas desnudas.

Más bellas ausencias.
verte de nuevo después de la noche incontrolable
esta en tus ojos encontrar una vieja foto tuya
y descubrí que en un pasado lejano,
mejores y mejores dias como una carta doblada
Todavía quedan algunas flores.

Guarda el libro de las 11 eras
Volverte a ver significa mostrarte
Lamento por la congelación,
como una hermosa niebla de la tarde,
en tus ojos azules Y, ya ves, de un largo viaje.

Regresé más limpio y más fuerte,
porque dormí toda la noche
por los caminos de la muerte.
porque te miro a los ojos
más allá del cielo
como en el agua de la cueva.

Un pueblo encantador para ver.
Porque veo tu imagen clara
en el halo del silencio,
De una manera nunca antes vista por ojos mortales.
Apareció una escena mundana.

Verte de nuevo es oscuridad
Mis sentimientos sin embargo,
descubrió que eres una extraña.
pero sigo creyendo que eres mía.

Volvernos a ver en un
Esfuerzo ligero y continuo,
Pero atado en el alma,
Sueños interrumpidos.

Solo tú, solo tú, me digo
después de que te vayas solamente
Tú con tus ojos, con tu hermosa frente,
Con tu dulce sonrisa, solo mía.
Volví a mirar la habitación ahora vacía,
La luz que dejas, la indiferencia,
Uno es huérfano en el ambiente.
más allá de todos tus recuerdos.
Más, después del tiempo libre
del trabajo cuando llega
Una sombra en lo intangible,
y pálidos horizontes ultramarinos,
Reapareciste, más vivo,
en el suave aroma de las violetas
en un atardecer contemplativo.