La noche endemoniada
Notaba el viento en la cara y sentía la respiración acelerada de su caballo. Bruscamente, dio un salto para esquivar el tronco que como muchos otros había caído aquella noche. Una noche de tormenta, en la que los truenos y relámpagos cooperaban con el viento para quemar y destrozar todo lo que encontraba a su paso.
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