En una habitación de paredes blancas, pisos de madera opacos de tantas pisadas Juan fumaba un cigarrillo atrincherado detrás de su escritorio. Estaba abstraído mirando las fotos de un caso bastante extraño que le traía recuerdos olvidados.
Suena el teléfono y lo devuelve a la realidad de repente, era el comisario Ortiz:
¡De la Serna!… Tengo noticias de tu caso ya esta la autopsia, el forense quiere verte…
Voy para allá –Responde apagando el cigarrillo en un cenicero poblado de colillas y se marcha…
La calle estaba húmeda, gris y fría pero nada detenía a la agente Gutiérrez iba camino a la morgue judicial para enterarse de las nuevas novedades de un caso de suicidio bastante dudoso se trataba de una joven de unos 29 años con un disparo en la sien encontrada en los alrededores de una villa de emergencia, en el departamento de un anciano indigente que usurpó esta vivienda abandonada. Ella se llamaba Rita Olmedo, oriunda de Chile no tenía hijos ni familia en el país, trabajaba en el centro como recepcionista en un hotel del centro fue reportada desaparecida por sus compañeros de trabajo hace quince días, se encontró un arma calibre 32 en el lugar del hecho, y una carta de despedida bastante rara que según sus conocidos no correspondería a la víctima.